Para iniciaros en los objetivos de este blog haremos un ligero repaso del pasado:
Desde hace tiempo, después de los
enormes sacrificios de la posguerra, los
españoles vivimos una continua situación de crecimiento, sin que sea necesario
profundizar demasiado en sus cualidades. Cada generación experimentaba una
mejoría en todos los sentidos (se partía de muy poco): los padres eran
superados por sus hijos en titulación académica, aspiraciones de futuro e
incluso en estatura. Influía para este logro el afán de superación de padres e
hijos, la valoración de la libertad, el orgullo por lo conquistado y la mala
experiencia pasada. Había debate social sobre las ideas que se incorporaba a
una nueva forma de hacer cultura.
En los últimos quince años, apoyados por una
nueva ley del suelo que daba facilidades a los inversores, con bajos tipos de
interés y que promocionaba los chanchullos políticos, se produjo una enorme
aceleración del crecimiento económico (se vendía bajo la muletilla política de “España
va bien”). Muchas empresas y particulares ganaban cantidades enormes con
inversiones inexplicables. Los que se
metían en hipotecas para treinta años o más, veían como su piso aumentaba de
valor antes de ocuparlo. A la vez que todos callábamos ante los saqueos de las
distintas instituciones del Estado. El llamado “milagro español” se producía
gracias al enorme endeudamiento de familias, empresas y autonomías. Solo
entendíamos los derechos y las obligaciones eran casi impertinencias.
En este ambiente de euforia, los
mercados financieros y los grandes propietarios del dinero se globalizaban, y
poco a poco fueron creando sus propias reglas. Por otro lado, al amparo de las
democracias, se han ido creando, como un nuevo poder independiente, grandes
instituciones financieras: Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo
y el Banco Mundial, que participaban de los mismos intereses de los mercados
financieros, sin deseo alguno en su regulación. Para librarse de cualquier
obligación económica han creado, unos y otros, los paraísos fiscales. Todo ello
bajo el paraguas de una ideología neoliberal. Los errores de los mismos
financieros propiciaron las hipotecas basura y con ello el comienzo de una
gigantesca crisis mundial. Los que la crearon tuvieron la habilidad de culpar a
inocentes que se llenaron de miedo ante la idea de perder lo poco que tenían.
Esa situación ha creado el ambiente ideal para acelerar la pérdida de los
derechos adquiridos.
En naciones como España, la fidelidad a estos principios
está siendo demoledora en el último año y medio: hemos visto al nuevo gobierno
(el que prometía salvarnos del anterior) que, en el corto periodo de cien días,
ha destruido una buena parte de las ventajas sociales conseguidas, atacando
especialmente la educación, la cultura, la sanidad, la investigación y los
derechos de los trabajadores. La demolición ha sido posible gracias a la
participación de las clases medias (curiosamente, las que van a ser más
afectadas), muchos de ellos se verán
seriamente dañados por los recortes, por el acelerado adelgazamiento del Estado
y por la pérdida de derechos para los que tienen que trabajar (hasta ahora,
estas medidas, sólo están produciendo paro y decrecimiento). Hoy, muchos de
ellos, ven las cosas de otra manera y empiezan a reaccionar.
Este blog nace con la idea de
encontrar espacios de análisis que nos permitan tomar conciencia de lo que está
pasando. Contamos con todos. Gracias.