domingo, 25 de agosto de 2013

EUROPA EN SITUACIÓN DE EMERGENCIA

    La Europa que nos llenó de esperanza hace unos pocos años, está sufriendo una parálisis progresiva debido a la total ausencia de ideas por parte de una élite incapaz de ver más allá del país colindante y del tiempo de su mandato. El problema lo está creando básicamente Alemania que aún continúa, como dijo Ludwig Dehio, “demasiado débil para dominar y demasiado fuerte para integrarse”. En este tiempo, la Alemania de Merkel se ha considerado la más fuerte del conjunto, por lo que ha optado por ejercer el papel del líder europeo. Esta importante misión la está llevando a cabo con una visión política estrecha y excesivamente nacionalista. Ha obligado a los países del Sur a seguir su rígida agenda de recortes para superar la crisis, pese a la evidencia del fracaso de la ruta elegida. No tiene en cuenta la responsabilidad que está asumiendo y se niega a reconocer que es culpable de sus consecuencias: la política de rescates que impone, más que favorecer a esos países favorece a los inversores. Todo es admisible, si la astuta Ángela consigue favorecer los intereses de su país para que un puñado de electores la apoye con su voto, dejando los problemas importantes e incómodos del resto de europeos para más adelante. La Europa del Euro se encuentra en situación de emergencia por la ausencia de decisiones solidarias que sirvan por igual para todos.
    Desde el punto de vista político, esta irresponsable actuación está llevando a muchos países, especialmente del Sur, a una cada vez mayor inseguridad política, a la vez que el descontento abona el terreno para el crecimiento de partidos extremistas con aumento de la xenofobia y la violencia contra el diferente. La Europa de los valores y de las libertades está experimentando una lenta pero segura transformación hacia la intransigencia, a la vez que su política exterior va perdiendo influencia en paralelo con su pérdida de importancia económica. Estos países disponen de una soberanía absolutamente ficticia que les impide la toma de decisiones económicas adecuadas para este momento, a la vez que quien debe tomarlas para la salida conjunta queda bloqueado por una Alemania intransigente a la que favorece la situación. El impedir una unión bancaria para la asunción comunitaria de los costes de la liquidación de los bancos malos es tan solo el ejemplo más reciente de ello. Debemos ser conscientes de que vivimos una situación extraordinaria, donde la imaginación, la generosidad en el avance de la unidad política, el valor y la disposición de asumir responsabilidades tienen que marcar los acontecimientos futuros para salir adelante. Las políticas nacionalistas basadas en conceptos de superioridad o inferioridad no hacen  Europa.
    En el caso español, es cierto que va disminuyendo el déficit exterior (en 2013 se reducirá hasta un 1% de PIB), que bate records el número de turistas y ha disminuido la prima de riesgo. Pero no es menos cierto que aumenta la morosidad, que el paro resulta insoportable, que el déficit no disminuye y sí el consumo interno, que la deuda aumenta, que las previsiones erróneas nos cuestan este año 14.000 millones de €, a la vez que hay un desplome de los ingresos tributarios por una estructura del sistema fiscal que no es favorable al crecimiento, pues el aumento de impuestos no repercute adecuadamente en los ingresos. Desde el punto de vista político, somos el país europeo de máxima estabilidad política, con mayoría absoluta del partido gobernante y a falta de más de dos años para nuevas elecciones. Un capital político desperdiciado por la incomunicación social y política de un gobierno que necesita mentir para huir de una realidad incómoda, en el que su presidente carece de credibilidad por los continuos incumplimientos y la presencia, cada vez más alarmante, de una corrupción que le afecta y asfixia, ante la que no da respuestas, mientras el país se hunde en la desesperanza y el pesimismo.

domingo, 18 de agosto de 2013

UN ESPECTÁCULO BOCHORNOSO

    Desde hace meses el “PP” está ofreciendo a España y al mundo un espectáculo vergonzoso en el que su élite política aparece como un conjunto de pícaros, amparados por un poder que ejercen para su provecho. Son ajenos a la grandeza de miras que necesita la política en este momento y a los enormes sacrificios que están obligando a realizar a una mayoría de españoles. A estas alturas tenemos la convicción de que el problema no es solamente la financiación del partido, es también el enriquecimiento impropio de un número importante de sus dirigentes. El hecho de que sigan en el poder es debido a que las leyes de la transición se han quedado trasnochadas e inútiles para este tiempo y no se ve la forma de reformarlas en el inmediato futuro y conseguir la necesaria regeneración política para salir de los problemas económicos. A la vez que evidenciamos los cobros que realizaban sus dirigentes, descubrimos la bajeza moral de muchas de sus acciones: mienten, echan la culpa a otros de unas responsabilidades que les obliga el artículo 42 de sus Estatutos y simulan amnesia para ocultar una verdad que los hundiría personalmente; unos mienten o dicen medias verdades en sede parlamentaria y otros en sede judicial. La crisis más grave no es la económica, es la falta de valores éticos y de autoridad moral de los que pueden sacarnos de ella. Afortunadamente, pese a las mentiras, el juez tiene acreditadas la veracidad de 55 apuntes de la contabilidad en “b” y sigue la investigación.  
    Las declaraciones de Cospedal han dejado claro que Rajoy fue el artífice de toda la trama interna que situó a Barcenas con un sueldo bruto de 14 pagas de 18.297 €, la minuta de los abogados, coche oficial del partido, despacho, secretaria y alta en la SS. La reunión de marzo de 2010, con Bárcenas y Arenas, deja en evidencia lo dicho por el presidente en su comparecencia el 1 de agosto pasado. Mentiras que debieran ser delito. Por su parte Cristóbal Páez, persona de confianza de Cospedal, reconoció que cobró hasta 12.000 € en billetes de 500 en sobres, “en negro”. Todo ello aunque la justicia considere prescritos los delitos, o sean objeto de sanción administrativa o penal; por delante del camino judicial está el político y ese tiene ya sentencia. A estas alturas es evidente que el fraude en la vida pública aleja la salida de la crisis y aplaza las necesarias reformas políticas y económicas que urgen en España. 
    Es hora de que el partido del gobierno exija responsabilidades y obre en consecuencia, pues el problema es de la presidencia y no vale un simple cambio de gobierno. La ley hace posible que la mayoría nombre un nuevo presidente de entre los suyos, rodeado de un equipo que esté limpio. La lucha interna que se evidencia, una vez más, con las declaraciones de Cospedal, que ha puesto en marcha su idea de que “cada palo aguante su vela”, pueden paralizar la toma de decisiones y hacer inviable la sustitución; salvo que se produzca un acto de generosidad del presidente, virtud que hasta ahora no ha dado señales de poseer. La tentación de permanencia a toda costa, utilizando los resortes del poder (la más probable teniendo en cuenta los antecedentes), puede no ser una solución duradera pues supondría un pacto con un personaje como Bárcenas, o un profundo desprestigio de la justicia que puede llevarnos a un clima de desgobierno con graves problemas para la economía en un momento en que Europa ha salido de la crisis (Portugal ha crecido 1,1% del PIB). Ha llegado el momento para todos de hacer POLÍTICA en beneficio de España. Lo triste es que si no hay decisiones pronto, sólo podemos esperar un contraataque de Bárcenas que haga más difícil una salida digna y seamos  condenados a ser los últimos en salir de la crisis.

domingo, 11 de agosto de 2013

EL ÉXITO DE UN FRACASO

    Las sucesivas reformas laborales están siendo para el  gobierno y su ideología un gran éxito, así lo apuntan sus abundantes declaraciones. El éxito consiste en ir hacia una sociedad en la que el trabajador cobre sueldos cada vez más bajos (por primera vez en la democracia existe una bajada del 4% en el salario medio); que el ejército de parados haya superado los 6.000.000 y que se acerquen al 50% los que no cobran subsidio y así trabajarán a cualquier precio; que se hagan horas extraordinarias sin cobrarlas y que hayan disminuido los contratos fijos al 5% de los realizados, a la vez que aumenta el contrato por obra determinada y tiempo parcial; que la negociación colectiva esté perdiendo su virtualidad y los sindicatos, ante las muchas dificultades para su ejercicio y su ausencia de renovación, pierdan espacio social. A la vez, el encarecimiento de la educación universitaria la hace más accesible para los hijos de los ricos, que formarán las élites sociales del futuro, y más difícil para los de los trabajadores a los que será cada vez más complicado el ascenso social. Culminar este modelo será el éxito de la reforma. A la vez que será el fracaso de una sociedad que quiera fomentar la igualdad de oportunidades en una colectividad democrática y libre o que intente conseguir mayor competitividad fomentando el diálogo entre empresarios y trabajadores, favoreciendo el crédito para la mejora de las estructuras empresariales y el fomento de I+D+I. 
    Esta reflexión intenta que entendamos lo que quiere decir el gobierno cuando, entre mentiras y medias verdades, nos cuenta los buenos resultados de su reforma, ocultando el deterioro para la vida del trabajador medio. Tanto esfuerzo realizado no ha servido para el cumplimiento de lo que el gobierno definió como su objetivo fundamental, la eliminación del “déficit”: hoy éste es superior al que existía con el gobierno de Zapatero. Ha conseguido, es cierto, una mejora importante de la balanza de pagos mejorando las exportaciones, a la vez que ha disminuido el consumo interno, los ingresos de Hacienda, la calidad de vida de los españoles y la confianza en una Europa que, como nuestro gobierno, parece más interesada en que los financieros cobren los resultados de su especulación que facilitar la vida de los ciudadanos. En los últimos años el pueblo español ha pagado para reflotar bancos mal gestionados la cantidad de 250.000 millones de € (el 25% del PIB), de los que solo recuperará 60.000 millones. Buena parte de los esfuerzos se han empleado en pagar incompetentes y corrupciones.
    En cuanto a las mentiras o medias verdades sobre las cifras del paro, sabemos ahora que la euforia gubernamental de los últimos meses, está muy poco respaldada. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha cambiado este año su costumbre respecto de la EPA, publicando en nota aparte los datos “desestacionalizados”, por lo que las cifras son distintas: así los casi 150.000 puestos de trabajo creados en el segundo trimestre se deben exclusivamente al llamado efecto verano, es decir, el momentáneo aumento de la contratación en el sector de servicios, provocado por el turismo, sin subida real representativa. En julio la caída del paro en 64.866 personas, anunciada por Rajoy en el Congreso, corresponde al mismo motivo; de hecho cuando se desestaciona la estadística del mes pasado, el paro no sólo no cae, sino que aumenta en 7.600 personas. 
    Como hace años realiza EE. UU. y ahora comienzan Gran Bretaña y el Gobierno Francés, el paro se soluciona con dinero barato a las empresas, especialmente a las PYMES, y no con los consejos de la troika de bajar los sueldos el 10%, ni animando a la denuncia de unos trabajadores contra otros, fomentando la división entre los que menos tienen, en lugar de que el gobierno cumpla con su obligación y elimine el gran fraude y la corrupción de la vida española, con una rigurosa y eficaz intervención de la justicia.

domingo, 4 de agosto de 2013

TIEMPO DE ESPERA

            La movida parlamentaria a “cara de perro” que hemos vivido estos días se debe, además de a la presión política interna y externa, a la munición facilitada por Bárcenas. Un debate que ha revitalizado el parlamento pues, por primera vez en la legislatura, los líderes políticos de la oposición han expresado el pensamiento de los ciudadanos en lenguaje de la calle. Resulta triste mirar hacia atrás y ver que en asuntos tan importantes como la Ley de Educación, la reforma del mercado de trabajo, las renovables, los desahucios, así como los destructivos recortes que han hipotecado nuestro futuro hayan pasado sin pena ni gloria por el hemiciclo y haya sido la calle y algunos tribunales de justicia quienes hayan dado la respuesta. La estrategia del “PP” ha cambiado y la nueva reconoce algunas de las absurdas negaciones anteriores y de nuevo vuelven a equivocarse y a mentir (el 72% cree que no dijo la verdad). Hoy tienen urgencia en calmar dos frentes: Bárcenas, que cada vez es más difícil, y manejar la justicia en personas y tiempos, tarea en la que llevan años y tampoco lo tienen fácil. Es un tiempo de espera pues Bárcenas puede responder, como parece que ha comentado en la cárcel, y poner en muy serio riesgo al presidente, pues ahora Rajoy es mucho más vulnerable que antes de su comparecencia, a la vez que la instrucción avanza incluso en agosto.
            Rajoy, que ya ha nombrado al maldito, dijo: “Me equivoqué. Lo lamento, pero fue así (…). Creí en su inocencia hasta que llegaron los datos de las cuentas en Suiza con dinero no declarado”. Una vez más mintió de forma contundente, ahora con aires de víctima, sin desmentir los SMS cruzados con Bárcenas, que evidencian una auténtica negociación, después de conocidas las cuentas en Suiza. Esto sería suficiente, además de su absoluta falta de credibilidad, para la dimisión de Rajoy, si éste creyera en las “responsabilidades políticas” y en la necesidad de “autoridad moral” pare ejercer el poder. Ha reconocido que se habían pagado “sueldos (...), remuneraciones complementarias por razón del cargo (...) anticipos o suplidos a justificar por cargos inherentes al desempeño del cargo (...), como en todas partes. Es de justicia”. Otra falsedad, pues en el PSOE y en la mayoría de partidos los cargos públicos pagan y no cobran. El presidente no ha tenido en cuenta que los ministros no pueden cobrar y que en la declaración de la renta se exige la procedencia de los fondos. Quizás sea que confía en que como para demostrar que se cobra en “negro” se exige el informe de Hacienda, ahora bajo su control como ya hemos visto en el caso de la Infanta Cristina, no habrá problemas.
            Sin embargo, ha evitado profundizar en el sumario, jactándose de no influir en la investigación de un juez trabajador, que en todo momento ha contado con el fiscal que es jerárquicamente dependiente del ministro de Justicia (al que Bárcenas culpa de no hacer lo posible), y que no ha realizado ningún registro ni llamado a la mayoría de los grandes empresarios donantes. Una serie de incógnitas y zonas en blanco que apuntan a una despiadada lucha interna por el poder dentro del “PP”.
            Durante mucho tiempo Rajoy, Cospedal y buena parte de la cúpula del “PP” han mentido demasiadas veces sobre Bárcenas: sus vacilaciones y extrañas soluciones en su situación con el partido, la rotunda afirmación de la falsedad de todos los papeles como simples fotocopias sin sentido, la negación de los cobros… Sin embargo los papeles de Bárcenas son cada vez más ciertos, así como los SMS. Todos quisiéramos creer en la honestidad del presidente, pero por ahora la inmensa mayoría creemos que miente una vez más. Las declaraciones como testigos de los secretarios generales del “PP” pueden hacer esperar a Bárcenas, especialmente lo que diga Cascos. Es posible que agosto sea definitivo y Cospedal se encuentre en la misma situación que Rajoy.