Dentro de unos días, concretamente el próximo 2 de diciembre, tendrán lugar las elecciones andaluzas. Elecciones importantes siempre, pero que en este momento son una prueba de fuego para todos los líderes de los partidos. A la vez, los previos se ven rodeados de otras decisiones políticas nacionales que pueden influir en el electorado.
Por ser novedad, destacar la presencia de Vox, un partido de extrema derecha que ha puesto nerviosos a Casado y Rivera, debido al éxito de su presentación en Vista Alegre. Parece que restará más votos a Casado, quién ha hecho todas las gestiones posibles para que no se presentaran e incluso ha hecho declaraciones como: "En lo esencial estoy de acuerdo con Vox". Con repercusión negativa, incluso en su partido.
El PSOE, partido hegemónico hasta ahora, al que los sondeos dan bajada en votos, aunque mantiene la mayoría relativa, necesitará la ayuda de otros partidos. El apoyo del Presidente del Gobierno puede ser fundamental. Las primarias provinciales para completar las listas deben mejorar la situación de partida. Hay que resaltar que los socialistas andaluces han llevado a su pueblo a los mayores logros de su historia democrática: en primer lugar, un Estatuto digno de su pueblo, tanto en sus comienzos, con el 151, como en su posterior adaptación y logros tan importantes como la "EXPO-92" y el "AVE"...También, junto a esa brillante historia, han existido fallos importantes.
En el "PP", parece que Casado, con su militancia en el aznarismo y su lenguaje insultante, cambiante xenófobo, lleno de falsas verdades, que usa, con envidiable soltura, como estrategia para consolidarse, no convence a los suyos. Diputados, senadores y otros cargos de su partido manifiestan que reciben a lo largo del día ocho o diez argumentarios, más las declaraciones efectuadas por Pablo Casado; el secretario general, Teodoro García Egea; el vicesecretario de organización, Javier Maroto, y la vicesecretaria de estudios y programas, entre otros. Todo eso está muy bien dicen, pero echan de menos directrices políticas que permitan hacer su labor parlamentaria a unos o ejecutiva a otros, y eso, aseguran, no lo reciben de Génova. A mayor abundamiento, las declaraciones despectivas hacia Andalucía, de algunos notables, tampoco le ayudan. Por su parte Cs, que en Andalucía definió un camino distinto al apoyar el gobierno de Susana Díaz, tiene aquí factores diferenciales distintos al resto del país, aunque sus cambios de posición política en el resto de España con su declarado aznarismo, pueden pasarle factura. En las primeras encuestas es el único partido que crece en intención de voto. Aspecto especialmente negativo para el PP.
En cuanto a Podemos tiene ante sí unas primarias complicadas. Hasta ahora Teresa Rodríguez, la candidata rebelde, rechazó la fórmula de la dirección estatal porque "invisibiliza Andalucía y a las demás fuerzas de la confluencia". La marca que inscribirán en el registro de partidos como coalición electoral será "Adelante Andalucía con Podemos, IU, Equo" y el resto de fuerzas andalucistas que se integren en la coalición. Parece que, pese a las incertidumbres, repetirá la votación de 2015. Es posible, por la marcha de la política nacional, que pueda ser el apoyo del PSOE.
Por último, una decisión nacional influyente: el conflicto con Arabia Saudí. Un caso de enorme repercusión, especialmente desde que adelantó su decisión Alemania y el posterior acuerdo del Europarlamento. La decisión es un clásico abordado ya hace tiempo por el pensador Marx Weber, que distinguía entre ética de la convicción (dominio de lo ideológico) y ética de la responsabilidad (domina lo mejor para los gobernados). Afirmaba que la primera tenía como referencia el dogma y la segunda, asumía la responsabilidad del bien del pueblo. Esperemos que lo decidido sea lo mejor.
