domingo, 30 de diciembre de 2012

EL SISTEMA FINANCIERO: UN ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA


     El sistema financiero actual está formado por instituciones públicas y organizaciones privadas que no tienen carácter productivo, sino únicamente especulativo. Proporciona los medios de financiación a la economía internacional, casi siempre aumentando su influencia sobre el poder político de los estados sometidos a su especulación. Forma en su conjunto un nuevo sistema capitalista, no democrático ni sometido a las normas fiscales de las naciones por estar amparado en la liberalización que facilitan las políticas dominantes. Es un campo plagado de ideologías e intereses individuales; sus métodos de trabajo no están ajustados a ningún esquema de técnica económica ni a normas de carácter moral. Parte de su trabajo se basa en ocultar los desarreglos que producen en el sistema productivo, circunstancia que utilizan aumentando sus ganancias en los países sin solucionar su crisis. Los gestores basan su éxito en mover capitales con simples anotaciones y complejas situaciones de gestión, lo que les hace estar exentos de huelgas u otras presiones sociales. La presencia real de sus inmensos capitales se detecta fundamentalmente en los paraísos fiscales.
     En España dominan en estos momentos, pues gozan de una desregulación total y una clara protección fiscal. Se evidencia, además, en la ausencia cada vez más notoria de POLÍTICA, en el hundimiento del sistema productivo, en el crecimiento de las desigualdades sociales, en el enflaquecimiento del Estado y en la adaptación del sistema legislativo fundamental a favorecer los objetivos que persiguen.
      Respecto a esto último basta citar la modificación del art. 135 de la Constitución que, entre otras cosas, el apartado 3, establece: "los créditos para satisfacer los intereses y el capital de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Estos créditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación, mientras se ajusten a las condiciones de la ley de emisión”. Un texto vigente desde el 27 de septiembre de 2011. Un dominio financiero sobre los aspectos sociales, situación que se endurece notablemente en la Ley Orgánica 2/2012 de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Normas del más alto nivel jurídico, de difícil modificación, que crean unas rigideces financieras que hacen inviable el Estado de Bienestar. A lo que habría que unir las leyes que merman los derechos de los trabajadores, la práctica congelación del salario mínimo (sube el 0,6%) o la privatización de los servicios públicos. Aspectos que reflejan un panorama de empobrecimiento de la población, una pobreza cada vez más abundante, de la que será cada vez más difícil  salir.
     Si nos asomamos al panorama internacional, la situación se complementa con la disminución de más del 65% de las ayudas a los países más pobres de Asia, África y América del Sur, así como a los campamentos de refugiados; a la vez que el afán de ganancia acelera la explotación inhumana de los recursos estratégicos de estos países. Lo que está produciendo el aumento de los conflictos bélicos locales, el trabajo de la infancia, las violaciones, el aumento de enfermedades y epidemias, la desnutrición… Aspectos que traen como consecuencia la muerte de millones de personas, especialmente niños. Una mortandad que supera con creces algunas de las grandes guerras. Lo peor es que los que propician estas situaciones están lejos, no se creen culpables y se permiten los mayores lujos protegidos por la más absoluta impunidad.
     Esperemos que el año próximo nos traiga la regulación de los servicios financieros, su democratización, la supresión de los paraísos fiscales y una buena salud.

domingo, 23 de diciembre de 2012

LAS MOVILIZACIONES TRANSVERSALES


      Las movilizaciones del 15M en 2011, modelo para muchos países del mundo, hicieron surgir un nuevo lenguaje político, desestructurado desde un punto de vista clásico, que conectó con un descontento general ya existente. Se puso en duda la representación democrática y el valor actual de muchas leyes que se consideraban, hasta entonces, inmutables y justas. Un nuevo discurso que empezó a oírse en esas originales movilizaciones que se llamaron, por primera vez, transversales. Casi dos años después no se ha avanzado nada, pues las cúpulas de las grandes formaciones políticas continúan sin estar interesadas en la transparencia democrática.
     Ahora, de nuevo, nuestra sociedad está viviendo un tiempo de movilizaciones sociales que tampoco están siendo promovidas por partidos políticos ni sindicatos. Más bien se están convocando por reivindicaciones profesionales, aspectos sociales concretos o intereses de muy distinto tipo. A estos colectivos que llenan las calles, tampoco les gusta la sociedad a la que caminamos, ni se consideran representados por las organizaciones que dirigen la vida política ni se fían de ellos. Muchos de los movilizados no se habían visto nunca juntos ni en actitudes como las que muestran en público, por lo que puede deducirse que viven una situación que consideran excepcional, única y grave.  
     Curiosamente, muchas de estas recientes movilizaciones de descontentos las protagonizan las élites sociales: rectores, catedráticos y profesores de universidad; profesores de educación primaria, secundaria y de escuelas infantiles; médicos, enfermeras y auxiliares; jueces, fiscales, secretarios de juzgados y abogados de ejercicio libre; inspectores de hacienda y economistas; científicos e investigadores... Se movilizan, además de por sus intereses corporativos correspondientes, contra cualquier forma de privatización, a la vez que expresan su deseo de mantener la gestión pública de los distintos asuntos que les competen. Proclaman también la igualdad, gratuidad y generalización de los servicios que prestan, considerando los recortes como un error económico que perjudica el futuro del país. Asuntos, en su mayoría, que pueden mirarse con simpatía por ideologías de izquierdas, pero para los que los participantes no piden el apoyo de partido político alguno. Únicamente pretenden que el gobierno desista, a través del diálogo, de sus actuales políticas que consideran perniciosas.
     Por otra parte los jubilados, los parados, los abandonados por los recortes a la ley de dependencia, los contrarios a los desahucios, los engañados por la compra de deuda subordinada y preferentes, además de otros colectivos afectados por las muchas injusticias del gobierno, están realizando igualmente manifestaciones transversales con fines más sociales o de supervivencia, dentro de descontentos similares. Es evidente que están sugiriendo nuevas y autónomas formas de ver y hacer política que van a requerir por los partidos políticos clásicos mayor cercanía a las peticiones que realizan para analizarlas y hacer una tarea integradora que pueda aplicarse a todo el país, facilitando la participación en las necesarias reformas estructurales de carácter político, económico o social que son cada vez más necesarias. 
      Lo que sí queda claro es que el gobierno se está quedando sin apoyo social y político, además de carecer de la complicidad de los expertos implicados en los recortes y en las nuevas leyes, muchos de ellos votantes asiduos del PP. Pese a todo, sigue empeñado en su vocación de partido único y totalitario, manteniendo en su lenguaje público dos obsesiones: echar la culpa de todo al PSOE y decirnos que todo lo que hace es lo único que puede hacerse. En la primera parte debería analizar que su forma despótica de gobernar; de hacer  los cambios por decreto, despreciando el parlamento; la falta de transparencia en los problemas financieros; los errores de BANKIA con un consejo de dominio del PP; las amnistías del Consejo de Ministros a los condenados por corrupción y engaños inmobiliarios; la falta de medios para perseguir el fraude fiscal; la ley sobre los depósitos bancarios de tipo cero (única en el mundo) para evitar ingresos a las autonomías y favorecer a los bancos; el déficit sanitario y general de autonomías como Madrid, Valencia o Murcia…Son, entre otras muchas cosas, de su exclusiva responsabilidad. Por otra parte, que nos quieran hacer creer que no se equivocan nunca, hace imposible cualquier participación o acuerdo. 
     El PSOE, la otra alternativa política, no es reconocida como tal en las movilizaciones. Su cúpula de poder se muestra recelosa a los grandes cambios, en los que cree ver evidentes riesgos, encontrándose a la espera de un futuro imprevisible que le lleve el poder, aportando ligeros maquillajes en personas y comportamientos. No se da cuenta de que en el actual momento no es creíble y que necesita mayor generosidad en su interpretación del cambio político. Posiciones que hacen más desesperada la situación a una mayoría de ciudadanos que aspiramos a importantes cambios sociales y políticos, o que se encuentran perjudicados por los recortes, están parados, perjudicados por corrupciones o por las muchas injusticias y las malas formas que tanto abundan. 
     Parece claro que la única solución  a la que avocan consiste en aumentar el nivel de las movilizaciones, concentrando todos los descontentos, hasta conseguir el diálogo con el gobierno e intentar un gran pacto de Estado. Mientras tanto iremos viendo cómo crecen los nacionalismos extremos que amenazan la unidad del país, a la vez que los recortes, las deudas de las instituciones a las empresas, el aumento del paro y la ausencia de préstamos bancarios van aplazando la posibilidad de una salida en un tiempo razonable. Ya se empieza a hablar, desgraciadamente con razón, de una década perdida.
     Mientras la Europa-germana, de la Sra. Merkel, sigue ensimismada en el nacionalismo-calvinista de los dirigentes, protegiendo sus intereses nacionales a toda costa, a la vez que retrasa cualquier decisión común que pueda distraerla, todo hasta que llegue septiembre.
Salud, que la Navidad os sea leve y si podéis, sed felices.

domingo, 16 de diciembre de 2012

LAS OCURRENCIAS DE MONTORO



Hace tiempo, allá por los comienzos de los años noventa, su señoría Montoro, era un simple diputado de a pié en la oposición, que aguantaba con heroico estoicismo las frecuentes risas de los diputados hacia su persona sin que se conozca la causa, salvo su voz aflautada en sus escasas intervenciones. Lo cierto es que en algunos debates, una voz potente en el hemiciclo rompía el silencio sin motivo, afirmando: “Montoro dimisión”, seguido de una cascada de risas ante la ocurrencia.  Desde entonces hasta ahora la carrera de Montoro ha sido casi meteórica y hoy, ya ministro de Hacienda, ha adquirido un tono de suficiencia en la Cámara que nos impide ver, debido al momento trágico que vive el país, la parte cómica que aún permanece en tan importante personaje.
     Los derroteros del nuevo Cristóbal Montoro se están inclinando hacia la ocurrencia, posiblemente aderezada con el resquemor de tiempos pasados. Algunas son bienintencionadas como cuando dijo en la radio: "Vamos a exigir responsabilidades penales a los malos gestores públicos”, dando la impresión de que pretendía meter a la mitad del PP en la cárcel; afirmación que tuvo que ser desmentida por su propio partido. Recientemente nos anuncia que 2013 será el final de la crisis, una predicción difícilmente creíble.  La última, peor intencionada, ha sido amenazar con difundir una relación de los principales evasores y morosos con el fisco. Una lista negra que pretende sacar en 2013. El asunto sería una ocurrencia más, si no fuera porque viene precedida de una advertencia a la prensa que le critica: “Escucho y leo palabras éticas, también pronunciadas en editoriales de medios de comunicación, que no tienen duda a la hora de referir a la sociedad española la importancia que tiene aflorar bases imponibles para financiar nuestros servicios públicos cuando esos medios de comunicación tienen importantísimas deudas con la Hacienda Pública. Yo pido a todos más coherencia y más lógica y recuperar lo que hubo en esta Cámara en pasados episodios de regularización fiscal”. Todo apuntaba a que estaba amenazando con publicar listas si continuaban haciendo críticas a su gestión. Esta figura se llama “chantaje”. A la vez, me pregunto: ¿Es que la Hacienda Pública no tiene medios para hacer pagar a un contribuyente del que conoce su nombre y cuantía de la deuda? De todos modos parece que la medida es buena, pues puede colaborar a la claridad que debe rodear a la  función pública. Pero esta sensata transparencia debe generalizarse sin excepciones.
     En esta línea debería hacerse pública la lista de los indultados por la amnistía fiscal para que conozcamos a los sinvergüenzas que conviven entre nosotros, junto a otras tantas listas:
  • La de los indultados en Consejo de Ministros, para que veamos que los indultos no son neutros.
  • La lista denunciada y conocida por el fisco de los que tienen cuentas en Suiza, para que los conozcamos a todos y podamos pedirles explicaciones o dimisiones merecidas.
  • La relación de cargos de confianza de los distintos partidos con sus correspondientes sueldos y méritos en las administraciones local, autonómica y central, para que sepamos el ahorro que supondría su desaparición y la sustitución por funcionarios ya existentes a los que se presume imparcialidad y formación, con lo que ahorraríamos en gasto  y disminuiríamos los despidos.
  • La relación de aquellos diputados y senadores que cobran residencia y que disponen de pisos de su propiedad en Madrid. Así como la justificación de las Cortes para este pago, una vez conocida esta realidad.
  • La relación del patrimonio rústico y urbano de la Iglesia, para que los españoles sepamos su riqueza y el ahorro en impuestos que le supone no cobrar al primer propietario del país. Quién por cierto no levanta su voz a favor de los pobres y únicamente aporta el 1,8% de su coste a la importante labor de Cáritas.
  • La lista de los colocados a dedo en las empresas públicas.
  • La relación de empresas españolas que pagan sus impuestos fuera del país y los que tienen su dinero en otros paraísos fiscales…

     Sr. Montoro, no se quede en las primeras matas y llegue hasta el final y saque una ley de transparencia que haga creíble al gobierno. De esa forma lo que ahora es una ocurrencia pasaría a ser una excelente idea. Así no existirá la tentación de repetir lo que en tiempos de Franco se dijo ante el sorprendente nombramiento, como ministro de Agricultura, de D. Cirilo Cánovas. Ante la designación un intimo amigo del recién nombrado, para comunicar el nombramiento a otro amigo común, mandó el siguiente telegrama: “Cirilo ministro. Te lo juro por mi madre”. Un nombramiento tan sorprendente que el comunicante tuvo que jurar por su madre para ser creído.

domingo, 9 de diciembre de 2012

ESTE GOBIERNO ABURRE, IRRITA Y DESESPERA


      El PP sigue manteniendo la estrategia del avestruz para evitar mirar de frente a la realidad a la que nos llevan, echando la culpa de todo a Zapatero para evitar razonar, como corresponde a cualquier gobierno, sus decisiones. Han olvidado que cuando estaban en la oposición propusieron muchas soluciones y no han cumplido ninguna. En Madrid, por ejemplo, han pasado de una política sanitaria de construcción de hospitales públicos a una privatización de servicios sanitarios, siempre con gobiernos del PP, pese a la disminución de calidad y al considerable aumento del gasto. La situación sólo se explica desde una política clientelar que con tanta frecuencia practican las instituciones del PP. La novedad es que ahora se oponen con eficacia los trabajadores sanitarios y los enfermos. En Castilla-La Mancha, donde prometieron una auditoría externa al llegar al poder, no sólo no la han hecho, lo que impide comprobar la situación de partida, sino que en nueve meses dicen haber pasado en el tercer trimestre del 7,3% de déficit sobre el PIB en el final de 2011 (el más alto de toda España), al 0,76% (batiendo todos los records de eliminación del déficit en el mundo), aunque siguen sin pagar a empresas y servicios de todo tipo. Todo apunta a una especial interpretación para justificar el desmantelamiento del sector público que se está produciendo; como en Valencia, en Murcia, en Castilla-León. El día de la Constitución, Rajoy habló de brutal endeudamiento de España, sin aclarar, con enorme cinismo, que ese endeudamiento es de particulares y empresas; pues si lo hubiera hecho habría roto la estrategia de culpar a Zapatero. Ya lo dijo antes: “haré lo contrario de lo que diga si eso es bueno para España”. Suponemos que lo bueno para España lo define él. Tanta mentira, tanta ineficacia y tanto cinismo, aburren.
     Nos están haciendo creer que no piden el “rescate” porque no admiten las exigencias de Europa. El pasado miércoles nos enteramos por Montoro, en declaraciones fuera de nuestro  país, que España quiere el rescate pero que la Sra. Merkel no quiere, aunque si escuchamos a las autoridades europeas esta versión tampoco es creíble. La confusión en asunto tan vital para todos sigue viva. 
    Aunque la UE necesita de manera urgente un supervisor bancario único, éste no llega debido a la sobreprotección de Alemania a su red bancaria. Este proteccionismo está suponiendo enormes ventajas financieras para Alemania. Mientras, nosotros sacamos adelante la banca con préstamos avalados por el Estado que pagamos todos los españoles como si no pasara nada. Pese a todo el Bundesbank advierte del riesgo de recesión en Alemania: Europa ya lo está. Entre unos y otros vamos directos al fracaso.
     En otro aspecto, mientras la Comisión europea sanciona a los grandes fabricantes de televisores con una multa de 1.470 millones de euros por pactar precios; en nuestro país las petroleras, las eléctricas y los bancos pactan los precios sin problemas, a la vez que se les permite una fiscalidad privilegiada. Como reconocimiento a tanta ventaja las petroleras bajaron los precios en noviembre para disminuir el IPC en el momento clave, evitando una referencia más negativa en el mes de la compensación a los jubilados. Tanta opacidad y tanta componenda con los poderosos, irrita. 
     Es cierto que Europa exige un determinado déficit, pero no es menos cierto que la forma de hacerlo es de exclusiva responsabilidad del gobierno de cada país.
     La ley de reforma del mercado de trabajo, creada para promocionar el empleo, ha generado desde entonces 755.721 nuevos desempleados, aumentando desde el 25% al 37% del número total los desempleados que no cobran subsidio, alrededor de 2.300.000, con el drama que supone para todas esas familias. No reconocen que el abaratamiento del despido y los ERES son una barbaridad social en tiempo de crisis.
     La amnistía fiscal ha recaudado 1.200 millones de €, menos de la mitad de lo incluido en presupuestos, dejando un agujero de 1.300 millones que ha aumentado la desconfianza. Todo ello pese a introducir nuevas e inmorales mejoras, pues en el caso de que se acredite que el dinero oculto era anterior a 2008, limita la sanción a los intereses generados entre 2008 y 2010, una cuantía ridícula que supone la legalización total de un importante delito, para ello han modificado la Ley General Tributaria y el Código Penal. Qué pena que esa rapidez en legislar a los sinvergüenzas no la empleen para corregir la injusticia de los embargos. Por su parte los inspectores fiscales, sin mejoras de plantilla ni ventajas, han sacado más de 1.600 millones del fraude fiscal. Sin duda el camino correcto es aumentar los medios para corregir el fraude fiscal y perseguir a los defraudadores.
     Mientras algunos países aumentan las partidas de educación e investigación para no condenar el crecimiento futuro, los recortes que impone el gobierno están destrozando la investigación, la educación y de paso, la sanidad. Ahora sacan un borrador de Ley de Educación que de nuevo será efímera y que nos retrotrae al tiempo preconstitucional dando a la Iglesia y a la escuela concertada mayores privilegios, en detrimento de la pública. A su vez las nuevas tasas de la justicia dan la espalda de nuevo a los que menos tienen. Todo ello está ocasionando que en este momento seamos el tercer país de la UE con más riesgo de pobreza. Además, posiblemente lo más grave, España está disminuyendo su desarrollo potencial, lo que ralentizará necesariamente las posibilidades de crecimiento en el futuro. La idea de Rajoy de que creceremos en 2014 puede interpretarse como una nueva mentira de esas que él interpreta como que hacen beneficio del país. Tanta injusticia y tanta crueldad con el débil, desespera y obligan a ser solidario con los que se rebelan.


domingo, 2 de diciembre de 2012

HAY QUE SUPERAR LA TRANSICIÓN


     La realidad histórica nos apunta a que los españoles realizamos una transición que sorprendió al mundo, aunque ahora sabemos que no fue demasiado explicada ni transparente. Sin duda el enorme deseo de paz y libertad expresado por nuestro pueblo a la muerte de Franco, hizo creer a los líderes políticos que era necesario hacer tabla rasa de lo ocurrido durante la dictadura y dar continuidad jurídica a un tiempo negro de nuestra historia. Buena parte de la legislación de entonces, que facilitó la llegada de la democracia, permanece aún vigente, pese a que los enormes cambios producidos en el país durante los más de 30 años de vigencia, constituyen ahora una auténtica rémora para el desarrollo de la democracia y consecuentemente para el futuro de España. Es necesario superar ese tiempo, aplicando nuevas leyes que se acomoden a los cambios experimentados y a las experiencias vividas. No debemos permitir que la economía, donde más soberanía ha perdido España, sea el único elemento de debate público durante la crisis. Una trampa en la que estamos cayendo, mientras nos están quitando buena parte de unos derechos democráticos que tenemos obligación de aumentar y actualizar para que los avances económicos tengan sentido.
     Como muestra de los cambios producidos, basta decir que la renta de cada español ha pasado de 4.500 € en 1978 a 27.900 € en 2012; la población ha crecido en ese tiempo en 11.000.000 de habitantes; las expectativas de vida de la población ha pasado de 71 años para los varones y 76 años para las mujeres a 82 para los hombres y 87 para las mujeres; que la natalidad ha pasado de 18,5 nacimientos por cada mil habitantes en 1978 a 10,40 en 2.012; que en 1978 trabajaban un 22% de mujeres y hoy lo hacen un 52,3%... En otros aspectos conceptuales sabemos que la democracia no funciona y que tenemos la sensación de no estar adecuadamente representados; que algunas instituciones no son necesarias; que los partidos políticos han dejado de ser representativos y que los programas electorales en los que debemos basar el voto no obligan a nada; que la corrupción nos ha invadido y carecemos de medios para eliminarla; que la justicia no es igual para todos ni es independiente… La política es imprescindible para actualizar los cambios y para introducir novedades que impidan la escalada de pérdida de libertades democráticas. Es necesario exigir una adecuada y moderna legislación que corrija las carencias de entonces y tenga en cuenta la nueva realidad que ha ido surgiendo.
    Hace falta, entre otras, una reforma constitucional que actualice el título VIII, marque competencias exclusivas al Senado o lo elimine, debata la conveniencia de las diputaciones, dedique un mayor espacio a la autonomía municipal, permita una regulación del derecho de huelga y propicie algunos cambios que figuran en el título X, por ejemplo. Además, en otro nivel jurídico hace falta una reforma en la ley electoral que haga más proporcional la representación política, que introduzca las listas abiertas, así como la limitación de mandatos y las obligaciones que llevan consigo los programas electorales; una ley de partidos que clarifique su financiación y garantice la democracia interna; una ley anticorrupción que asegure la  independencia de su actuación… 
     En otros aspectos, es imprescindible una ley de educación, una ley de la sanidad pública, una ley de reforma de la justicia y otra de los consumidores que actualice sus derechos. Además sería conveniente una completa ordenación del territorio que marque los usos en todo el territorio nacional.
     Es evidente que todo ello necesita la recuperación de una parte del estilo político que caracterizó la transición, el llamado “consenso” en el que ahora deberán intervenir los sindicatos y los colectivos afectados. Sin ello nada es posible. Ahora nuestros líderes políticos, los directores del proceso, parecen carecer de sentido de Estado, pues se pierden en el “y tú más”, considerando como horizonte de sus actos políticos las próximas elecciones, en lugar de pensar en las próximas generaciones. El problema final sería cómo se hace para que la POLÍTICA recupere la credibilidad, algo sobre lo que nos invade el pesimismo. Aunque no debemos olvidar que si no actualizamos la política y hacemos de ella la palanca para tener justicia y libertad, podemos conseguir en unos años una financiación barata y superávit en el presupuesto, pero estaremos caminando, si seguimos como ahora, hacia un Estado socialmente injusto y sin auténtica democracia. Esta situación, la bondad económica a la que quieren llevarnos, está trayendo consigo los instrumentos legislativos para que una minoría, económicamente privilegiada, esclavice a la mayoría de nuestro pueblo. Terminar con lo que Fuentes Quintana dijo ante la necesidad de los Pactos de la Moncloa: “o los demócratas acabamos con la crisis o la crisis acaba con la democracia”.