domingo, 24 de febrero de 2013

ÚNICO OBJETIVO: LA PERMANENCIA EN EL PODER


    El primer debate sobre “El Estado de la Nación”, celebrado tras quince meses de espera, ha dejado en muchos españoles la sensación de no haber resuelto los muchos problemas que tenemos pendientes. Como elemento importante para la estabilidad de gobierno y la marca España, seguimos con la duda sobre la implicación del propio presidente en la corrupción. Pero también hemos asistido al discurso de una oposición que no ha querido hablar como una sola voz y “exigir” que el debate se ajustara a las inquietudes de la calle, obligando al presidente del gobierno a dar explicaciones previas sobre el caso de corrupción que tan directamente le implica so pena de no participar por falta de legitimidad ética. La oposición ha preferido defender sus pequeños intereses electorales o patrióticos. Al final, sin agobios en el debate, se ha permitido un respiro a un gobierno acosado, entre la alegría de sus palmeros. De nuevo hay que esperar que el pueblo, las investigaciones de todo tipo y Bruselas vuelvan a poner las cosas en su sitio. 
     Unas horas después, gracias a la investigación de algunos expertos, conocemos que la presunción de Rajoy de haber conseguido un déficit inferior al 7% se debe a que no ha considerado las ayudas públicas a la banca como exige Europa, con lo que el déficit efectivo puede llegar al 10,3%. En el año 2011, con ese mismo cómputo el déficit estuvo próximo al 8,5%; si a ese dato le añadimos una deuda del 70%  en el final de aquel año (ahora estamos cerca del 100%) resulta que la herencia recibida no fue tan mala, y que la excusa no solo era inútil, era, como siempre, mentira. También sabemos que Hacienda ha retrasado las devoluciones del IVA y de sociedades, lo que supone no incluir como gasto alrededor de 5.000 millones de euros que se han pasado a 2013. Por otra parte Hacienda ha dado orden a la Intervención General del Estado para  no reconocer gastos y deudas de ayuntamientos y comunidades a partir de mediados de noviembre, lo que supone reducir considerablemente el gasto de estos organismos, falseando el déficit real. Es decir, el gobierno nos engaña con cifras no ajustadas a la realidad. El sufrimiento de millones de españoles en este último año no ha servido para nada. Europa ya advierte de otro nuevo engaño, al decir que buena parte del dinero dado a la banca deberá ser pagado por todos los españoles, pese a que Montoro, Guindos y Rajoy decían lo contrario.
    Por su parte Bruselas, como ya hiciera antes el FMI, ha desmontado la previsión del crecimiento multiplicando por tres las previsiones negativas del gobierno en la confección del presupuesto para 2013. A su vez, el mismo organismo europeo ha previsto para 2014 un déficit del 7,2% (sin contar las ayudas públicas a la banca), lo que supone que seguirá creciendo para el próximo año, echando por tierra las previsiones anunciadas por el presidente a la vez que empeora sus pronósticos del agujero fiscal. En pocas horas se han desmontado buena parte de las afirmaciones del Congreso, gracias a lo cual la euforia de la salida toca a su fin. La frase de Rajoy “antes no teníamos nada, ahora tenemos futuro”, resulta enormemente hueca a las pocas horas de pronunciarse.
    La pelota Bárcenas continúa creciendo: el jueves se enriqueció con la noticia de que éste había realizado ante notario, el pasado 14 de diciembre, “un acta de manifestación de hechos” advirtiendo al notario que la hiciera pública si iba a la cárcel. Además, intentó falsificar su letra ante el fiscal para eludir la autoría de los cuadernos. En resumen sabemos que son auténticos los publicados por El País el pasado 31 de enero y que el chantaje es cada vez más verosímil. Circunstancias, todas ellas, que obligan a una explicación urgente en las Cortes sobre las mentiras y las corrupciones o a pedir la dimisión. Si no es así y ante tanta evidencia ¿Para qué sirven las Cortes?

domingo, 17 de febrero de 2013

¡HASTA CUÁNDO!


    Esta semana he podido conocer que en sólo 24 horas altos personajes del gobierno han dicho hasta seis veces una cosa y su contraria. Lo malo no es la falta de credibilidad que ese tejer y destejer produce, lo perverso es que en sus afirmaciones y negaciones pretenden tener razón en ambas posiciones. Cospedal en esas horas de contradicciones afirmaría que “rectificar es de sabios”, sin acordarse de la segunda parte de ese dicho: “y es de necios hacerlo a diario”. Todo menos pedir perdón.
    El presidente Rajoy, respondiendo a un periodista británico en unas jornadas de “The Economist”, ha dicho: “No he cumplido mis promesas electorales, pero siento que he cumplido con mi deber”. Parece que, en el sentir del presidente, no cumplir lo prometido es un deber de su cargo. ¡Curiosa ética! Un día no lejano, habló de las grandes virtudes de Bárcenas y ahora, cuando está implicado, niega todo sin razones, a la vez que le mantiene en nómina. Para mayor confusión, huye de explicaciones parlamentarias y ruedas de prensa, dando pie a todo tipo de sospechas. Presenta, como un gran alarde de transparencia, sus declaraciones de la renta que han servido únicamente para demostrar que las afirmaciones públicas, cuando habló de sus estrecheces y ganancias, eran mentira.  La indignación pública sigue aumentando por lo que está ocurriendo, ahora el procesado Bárcenas, sin medidas cautelares, se encuentra desde hace una semana esquiando en Canadá, desde donde puede destruir pruebas o, si le conviene, fugarse. Y el gobierno como si nada ocurriera.  
    Por otra parte, las políticas realizadas para salvarnos de la crisis, han servido para hacer más pobres a los débiles y más ricos a los fuertes, abriendo enormemente las diferencias sociales. Así, contemplamos cómo miembros representativos de la patronal deslocalizan sus empresas, pagan con dinero negro, sobornan políticos o estafan. Vemos  cómo muchos banqueros, los mismos que han estafado con engaños a los clientes, se enriquecen y el gobierno acude rápido a hacerse cargo de las pérdidas con el dinero de todos. Mientras, como no hay, hunden la educación, suben las matrículas, destrozan la investigación y ponen la sanidad en manos de empresarios amigos. En un mismo orden de cosas, a un año de la vigencia de la ley 3/2012, el paro supera el 26%, hace emigrar a buena parte de la juventud, lleva a los trabajadores a aceptar salarios de miseria, a la vez que se estima que las horas extraordinarias hechas y no pagadas pueden suponer el equivalente a 300.000 puestos de trabajo, abundando situaciones laborales cercanas a la esclavitud.
    Además de todo esto, su estilo de gobernar nos muestra un paisaje de ministros que siempre tienen razón, que humillan a los funcionarios, que son incapaces de dimitir pase lo que pase, que sólo escuchan bajo importantes presiones, que no les importan las consecuencias de acciones tan irresponsables como las tasas de la justicia o los desahucios, de los que, pese a los compromisos de la vicepresidenta, aun no saben si quiera cuántos son los afectados, habiendo cedido a las presiones después de una cadena de suicidios. Esperemos que la solución no tenga que venir de la denuncia puesta el pasado 23 de enero, desde Ecuador, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Sería otra vergüenza pero que tampoco traería dimisiones.
    Estamos en un nivel tan bajo que, además de una lucha contra la crisis, tenemos planteada la reconquista de la dignidad de España y la recuperación de una democracia que sentimos se nos está escapando de las manos. Quizás deberíamos pensar que los indignos no llegan al poder por sus méritos, sino por los fallos, los descuidos y los silencios de los demócratas.

domingo, 10 de febrero de 2013

JAQUE A LA DEMOCRACIA


     El presidente Rajoy contaba, donde quisieran oírle, que iba a ser el líder de la transparencia. Era, según decía, la única forma para salir de la crisis. Ahora, ante un problema que pone en riesgo al país y que le obligaría a colaborar en su esclarecimiento, se limita a negarlo todo fuera de los cauces democráticos, permitiéndose dar más importancia a los intereses del partido que a los de España. Un jaque a la democracia.
    Cuando el pasado jueves El País sacó “los papeles secretos de Bárcenas”, un asunto que ha trascendido fronteras y dejado al país en estado de coma, el presidente reaccionó despreciando lo que le obliga su representación, las formas y los valores democráticos: primero se escondió, como siempre, dejando a la secretaria general que diera la cara con un guión aprendido y sin razones; después, en un acto exclusivamente de partido, permitió que los españoles, incluida la prensa (nunca sabremos por qué asistieron), pudiéramos ver y oír lo que decía a los suyos. Después hubimos de esperar dos días más para que, en presencia y con el apoyo de la Sra. Merkel, hiciera una comparecencia desde Alemania absolutamente vergonzosa. Transcribo exactamente lo que dijo, para que cada uno opine: “Todo lo que haya se refiere a mí y que figura allí y a los compañeros del partido mío que figuran allí, no es cierto, salvo alguna cosa que es la que han publicado los medios de comunicación. O dicho de otra manera es total y absolutamente falso.” Un auténtico galimatías. Si quitamos las palabras nerviosas y las mal expresadas referencias (lo subrayado), lo que queda es absolutamente contradictorio y difícil de entender. Además, dio pié a una intromisión inexplicable de la Sra. Merkel en un asunto exclusivo de los españoles. Pues bien, con esas dos presencias, Rajoy ha considerado solventado el asunto desde el punto de vista político, dando órdenes a su portavoz para que su grupo bloqueara todas las comparecencias de él y de sus ministros en el Congreso. Una orden que supone dejar en suspenso una de las funciones importantes del Parlamento: el control del gobierno. 
    La razón dada ha sido: “como está en manos de la justicia no deben realizarse intromisiones con el caso Bárcenas”, lo que supone alejar del debate las responsabilidades políticas y el esclarecimiento de los hechos, a la vez que amenazan con infinidad de pleitos. ¡Qué poco da de sí la política para los que no creen en ella! A la vez siguen desprestigiando al PSOE y a Rubalcaba, diciendo auténticos disparates, sin tener en cuenta la situación política. Deberían saber, de una vez por todas, que lo que interesa a los ciudadanos es su futuro y saber si estamos gobernados por un grupo de corruptos. El PSOE, al que se castigó duramente en elecciones pasadas, no puede ser la coartada que se emplee para ocultar la corrupción y el mal gobierno. Al mismo tiempo, el grupo dirigente mantiene una arrogancia que crispa cada vez más a los ciudadanos, mientras que la pelota del desprestigio crece y crece cada día. La permanencia de Ana Mato en el gobierno, por ejemplo, no lo entiende ninguna mente sensata; nos dicen además, con una ignorancia supina de sus leyes, que no pueden despedir al exmarido de la ministra. Los cambios en el gobierno y en el “PP” deben ser para ya. 
    Es urgente una ley de transparencia, que garantice que una elección democrática no es un cheque en blanco para que el elegido haga lo que quiera. La democracia no es una dictadura que se cuestiona cada cuatro años. La esperanza última está en un pueblo que cada vez toma la calle en mayor número, motivado por la desconfianza, la intranquilidad, la confusión y la rabia que les inspira las políticas y los políticos, sólo es consciente de que le están quitando el futuro. La justicia, que parece estar actuando adecuadamente, debe acelerar sus resoluciones. Así lo espero.

domingo, 3 de febrero de 2013

UN GOBIERNO SIN CREDIBILIDAD Y BAJO SOSPECHA


     En  pocos días, el huracán informativo de El País ha barrido la vieja estrategia del “PP” para ocultar su corrupción. Sin querer, me ha traído la memoria el excelente trabajo de la SER sobre la autoría del 11M. Otra inmoral trama del PP. 
     Más de dos años atrás, herencia de Zapatero, se iniciaba el caso Gürtel sobre la financiación ilegal del “PP”. Cospedal, desde Costa Rica, realizaba las siguientes declaraciones: “denuncio a todas las instituciones del Estado y de una manera especial a la fiscalía general, a la policía judicial y a la vicepresidenta De la Vega por su política partidaria en la persecución del “PP”; luego le tocaría el turno al juez Garzón. Era el estilo de la oposición de entonces. Hace unos meses, ya con aquellos del “PP” en el gobierno, la estrategia consistía en resaltar las virtudes de Bárcenas; después, para irse alejando del personaje, resaltaron que ya no militaba en el partido; más adelante negaron sin éxito, algo tan rocambolesco como que aun le tenían en la sede de Génova despacho, secretaria, coche y aparcamiento. Ya olía a chantaje. Más adelante todo el “PP”, incluido Rajoy, opinaban sobre el pago con sobres, repitiendo, “no me consta” a la vez que Cospedal decía con dureza “que cada palo aguante su vela”, pretendiendo autoexculparse. Todos mintieron una y otra vez, sin importarles el daño a su pueblo.
     Ya con El País en la calle, descubiertos los papeles de Bárcenas con los sobresueldos a la misma Cospedal, Rato, Mayor, Arenas, Acebes, Cascos, los viajes de Ana Mato (con informe detallado de la policía) y Rajoy, entre otros, y las donaciones al partido de personas y empresas hasta 7.500.000 €., la secretaria general del “PP” convocaba una rueda de prensa en la que afirmaría: "Niego “rotundamente” lo que dicen los documentos publicados y proclamo la “absoluta” transparencia de mi partido"; además anunciaba una querella contra el mensajero y no contra Bárcenas, a la vez que pretendía hacernos creer que la solución a todo eran las conocidas auditorías. Mientras esto hablaba, García Escudero, presidente del Senado, afirmaba que era cierto lo que decía el periódico, pues efectivamente había recibido un préstamo de 5.000.000 de pts. Al día siguiente sabíamos que el 70% de los donativos eran ilegales, a la vez que otros destacados miembros del “PP” afirmaban que era cierta la información, al mismo tiempo que un calígrafo afirmaba que era la letra de Bárcenas la que figura en los documentos. Las mentiras ahora  para ganar tiempo. 
      Pero la cosa no acaba aquí, Montoro, designado por Rajoy (el que nunca comparece), con su habitual cinismo y tono despectivo, afirmaba en el Congreso que desconocía que Bárcenas hubiera utilizado los beneficios de su amnistía fiscal y que no habría problemas, pues no se permitía el uso a procesados. La afirmación sería inmediatamente desmentida por el propio Bárcenas al presentar en la Audiencia Nacional los documentos que acreditaban que se benefició en casi 11 millones, pagando algo más de 1 millón de impuestos (le hubiera correspondido pagar casi cinco millones); a la vez que los inspectores de su ministerio aclaraban las dificultades para el castigo, dejando en ridículo al ministro y con cara de idiotas a los sufridos ciudadanos que veían como una ley del gobierno legalizaba el dinero de todo tipo de delincuentes y además con ventajas fiscales. 
     La comparecencia de Rajoy, no permitiendo la entrada a periodistas cuando se dirigía a la cúpula del partido en una reunión extraordinaria, es un tanto irregular y poco democrática. Abundó en la estrategia de Cospedal: declaró apócrifo el documento, negó cualquier cobro irregular de él y de su partido, insinuó una conspiración y dijo que haría pública su declaración de la renta y patrimonio. Seguimos necesitando explicaciones en sede parlamentaria donde se discuta el futuro de su actual gobierno, a la vez que se pacta una dura ley para que esto no ocurra jamás. La crisis necesita para su solución un gobierno con fuerza moral suficiente para exigir sacrificios, dialogar y dar explicaciones; el actual ha demostrado su total incapacidad para esta tarea. Nuestro pueblo, que ha soportado la soberbia de unos dañinos recortes que le han empobrecido, ha visto en ese tiempo triunfar a banqueros, empresarios y políticos corruptos. Sería un error dejar exclusivamente en manos de la justicia esa enorme falta de honradez y de escrúpulos, así como el frecuente uso de mentiras. Buscamos legitimar nuestra democracia con valores morales. La legalidad de la justicia va a tropezar con un sistema que no es precisamente activo contra la corrupción, además ya se ha producido la prescripción de algunos de los delitos; van a existir enormes dificultades para obtener las pruebas que demuestren que los dirigentes de las instituciones más diversas han utilizado en beneficio propio y de su partido el dinero de todos. Tenemos la seguridad que nos da la experiencia de que nunca se devolverá lo robado y que esos culpables no irán a la cárcel. Cuando termine el proceso ya habrá pasado la legislatura y todos mirarán para otro lado. Es muy previsible que en la estrategia del gobierno esté prevista la utilización de esta vía, pues la maraña de pleitos hará cada vez más difícil y tardío el esclarecimiento de todo. ¡Ojalá tenga que escribir lo contrario! 
     Por último, siendo verdad que el gobierno dedica más tiempo a desprestigiar a la oposición que a explicar y razonar sus propias políticas, el PSOE tiene también la responsabilidad de acelerar sus necesarios y radicales cambios para presentar una alternativa creíble que elimine la actual incertidumbre y propicie el diálogo con todos los partidos y ciudadanos, pues España vive el momento más difícil de los  últimos años. Hasta la monarquía está en tela de juicio y demasiados ciudadanos empiezan a dudar de las ventajas de la democracia.