lunes, 29 de julio de 2019

RECORDEMOS PARA ENTENDER MEJOR

    Si alguien, ajeno a las vivencias políticas de los pasados meses, contempló el espectáculo de la pasada y fallida moción de investidura, pensaría que buena parte de las intervenciones eran realizadas por políticos ajenos a la verdadera situación de España y que se limitaban a expresar intereses y sentimientos impropios del momento. No quisieron pensar que la solución no era sólo cosa de uno o de dos, sino también del PP y Cs que, sin renunciar a sus principios ni dejar por eso de ser oposición, podían abstenerse (lo que Weber llamaría ejercer la ética de la responsabilidad). Creo que para entender mejor lo que pasa, hay que recordar el pasado de la plaza de Colón, pues pienso que "aquellos polvos han traido estos lodos". En este pleno de investidura, tanto "PP" como Cs, sustituyeron de manera total, el imprescindible debate programático, que nos hubiera presentado otras alternativas, por una sucesión de juicios personales e insultos sobre Sánchez, no escucharon las respuestas a los distintos intervinientes nacionalistas, ni analizaron que el PSOE está infinitamente mejor situado políticamente en los nacionalismos y en Europa que ellos...  Pero recordemos Colón...
    El líder del Partido Popular, Pablo Casado, y Albert Rivera de Cs, junto con Vox convocaron "una gran manifestación" en la plaza de Colón, contra Pedro Sánchez. En la comparecencia de prensa que Casado celebró en Cuenca para promocionar la manifestación,  destacaron los 19 insultos que el líder del PP dedicó a Sánchez: Traidor, Felón, Ilegítimo, Chantajeador, Deslegitimado, Mentiroso compulsivo, Ridículo, Adalid de la ruptura en España, Irresponsable, Incapaz, Desleal, Catástrofe, Ególatra, Chovinista del poder, Rehén, Escarnio para España, Incompetente, Mediocre y Ocupa. Luego, en la concentración se leyó un manifiesto pactado por Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. El manifiesto decía textualmente: Pedro Sánchez, ha hecho “cesiones” y ha protagonizado "bandazos” frente al “chantaje” de los “secesionistas catalanes”. “Constantes cesiones intolerables” cometidas durante meses. Según la alianza tripartita, el Gobierno ha cometido “traición” y ha sometido al Estado a una “humillación sin precedentes“ porque “decidió dar una puñalada por la espalda a la ley y a la justicia aceptando los términos y exigencias impuestos por el presidente de la Generalitat”. Después de ese preámbulo, acusó a Sánchez de haber recibido en la Moncloa al presidente de la Generalitat con lazos amarillos. A su vez acusaba al Gobierno, de: ceder para trasladar a los políticos presos a cárceles catalanas; de aceptar la bilateralidad entre iguales en la reunión de Pedralves: de ceder, al torcer el criterio jurídico de la abogacía del Estado; de ceder a las 21 exigencias del secesionismo. Una estrategia, cargada de mentiras, que sigue viva tanto en el PP como en Cs. No son patriotas, son nacionalistas; no tienen ideología, tienen intereses. Pretenden que Sánchez esté obligado a negociar con UP y nacionalistas para mantener el discurso.
    Almudena Grandes en un artículo titulado Negocios, afirmaba en El País, el pasado 22 de julio: "La aspiración de Podemos de hacer oposición desde el Consejo de Ministros sólo resultará una entelequia o un suicidio". Sin duda toda una premonición. Pese a que el gobierno en funciones le propuso que nombrase una comisión para discutir las políticas primero y un programa común después, y sobre esos acuerdos montar el gobierno de coalición. Su empeño en montar un gobierno en paralelo, le impidió entender las ofertas. Aún hay tiempo. España necesita un gobierno y lo necesita ya. Por eso, ante la imposibilidad de que se forme un gobierno alternativo al del PSOE, pedimos a UP, PP y Cs que no bloqueen la investidura. 
    Pedir disculpas, pues una intervención quirúrgica me ha impedido escribir. 

domingo, 14 de julio de 2019

BLOQUEO POLÍTICO EN AMBOS FRENTES

    Esta semana, que se presentaba cargada de expectativas, ha conseguido rizar el rizo del absurdo. Por un lado se ha escenificado "aparentemente" la ruptura de UP y PSOE, "pero puede que no". Ya no hay nada predecible. Por otro lado, el tripartito de derechas parece que no consiguen encontrar la difícil fórmula de reunirse sin reunirse y hablar sin relacionarse y mucho menos fotografiarse, pero el "PP", mullidor de ambos, cree que es posible el acuerdo. Parece que a los españoles sólo nos toca esperar, mientras cada día que pasa sin acuerdos, nos acercamos un poco más a otras elecciones generales y a alguna autonómica. Cosa que habría que justificar de manera muy clara. El primer buen síntoma que destacamos ha sido que El PSOE y UP se garantizan controlar la Diputación Permanente del Congreso con el apoyo de ERC y PNV, factor importante en caso de disolución de las cámaras, pero la desconfianza sigue. PSOE y UP deben mirar a Portugal.
    Quizás convenga hacer algún análisis sobre cómo está evolucionando el multipartidismo, que tantas ventajas podría traer a nuestra democracia, con respecto al agotado bipartidismo. Así nos lo decían UP, considerado heredero del 15M, y que calificó de "casta" a los que militamos en los partidos clásicos. Por su parte Cs tenía intención de evitar las irreconciliables diferencias y constituir un puente para el entendimiento de todos, a la vez que se proclamaba luchador incansable contra la corrupción. Ambos comenzaron su andadura con indudable éxito. ¿Qué ha pasado?
   En una primera mirada, tengo la impresión de que desde aquellos primeros planteamientos, hubiera pasado mucho más tiempo del real. Como si se hubiera producido un envejecimiento prematuro en ambos, aunque eso sí, desde situaciones radicalmente diferenciadas. Es decir, se han adaptado a algunas situaciones políticas de los viejos partidos, unos adjudicándose la situación de profetas únicos de su ideología, aunque ahora prefieren primero los cargos y después los programas, quizás justificado por su especial situación de supervivencia, y Cs que parece haber elegido el odio como estrategia. Ambos desconocen la autocrítica. Pese a todo, aún queda la esperanza de que la oscuridad del abismo electoral para ambos modere su actitud final.
    Sin embargo, en este singular momento político, el conflicto catalán está evolucionando, aparentemente, de otra forma. Por un lado las elecciones, gracias a Valls y su buen sentido político de elegir lo menos malo, desobedeciendo a Cs, ha conseguido que el Ayuntamiento de Barcelona no haya sido para los independentistas, logrando que Ada Colau mantenga la alcaldía con el apoyo del PSC. Resulta curioso observar como Cs, en otro tiempo el partido más votado en Cataluña, ha malgastado ese caudal político, dejando como recuerdo único su "singular" visita a Puigdemont en Waterloo. Ahora sólo habla del 155, fuera de tiempo y sin razones jurídicas que  lo avalen. Por otra parte, el PSC de Iceta con el apoyo de JxCat han decidido que la presidenta de la Diputación de Barcelona sea la socialista Nuria Marín. Con todo lo que eso lleva consigo. Por otro lado, el nombramiento de Borrell como máximo responsable de Exteriores y Defensa ha puesto nerviosos a los independentistas que pueden ver, con asombro, cómo desaparecen algunas embajadas importantes y se dificulta su acción exterior, sin dar cuenta al Ministerio de Exteriores de España. Sin duda tanto PSOE como UP, y parece que los independentistas, lo consideran también así. Quizás se esté en el momento para iniciar unas negociaciones que empiecen a pacificar Cataluña y evitar que la derecha no comience con sus mentiras a declarar que la patria está en peligro y ellos vienen a salvarla con las armas del 155. Ahora que todo parece estar mal quizás se empiece a ver la luz. Unos hechos que Sánchez no quiere que se tuerzan.  

domingo, 7 de julio de 2019

UNA MIRADA DISTINTA MIENTRAS TERMINA LA CUENTA ATRAS

    En este último tiempo, muchos tenemos la sensación de que la política ha entrado en un reiterado día de la marmota, en un bucle político fuera de toda lógica y con la sensación de que el contenido ideológico y programático, e incluso el bien de España, se supeditan a conseguir espacios de poder como una forma de colocación personal, donde predominan irracionalidades, aderezadas con insultos y mentiras, llegando incluso a groserías, como el comunicado de Vox contra Cs, o la actitud de Rivera rechazando la invitación a la Moncloa para dialogar con el Presidente del Gobierno en funciones. Además se constata que bastantes acuerdos municipales han culminado con un aumento generalizado de liberados, subida generalizada de sueldos y aumento de asesores. Todo ello está haciendo volver, como antaño, la generalización de la desconfianza en la política y en los políticos. Esperemos que al final todo quede en un mal sueño y recuperemos la ilusión de futuro, pues de seguir así, España podría ser el primer país democrático europeo que tuviera que repetir elecciones ante la imposibilidad de investir al presidente del ejecutivo.
    Si alejamos momentáneamente la mirada de España, el espectáculo está cargado con más luces que sombras: por un lado la UE ha renovado sus instituciones con un acuerdo que deja descontentos a muchos, pero que permite el funcionamiento del conjunto, en un momento especialmente difícil que necesita tomar decisiones sobre un Brexit sin acuerdo, en una Europa que está perdiendo sus valores de acogida y que debe darse cuenta de que la historia de la humanidad es la historia de las emigraciones y que el conjunto de los países europeos va de manera acelerada al envejecimiento de su población. Es obligado ahora recuperar, con sentido común, y ser nuevamente una tierra de acogida, pues más que generar miedo, debemos pensar que puede ser una solución, si lo hacemos de común acuerdo. Por otra parte, España ha vuelto a ocupar su espacio en Europa. La figura de Borrell como encargado europeo de exteriores y defensa, llega en un momento determinante, pues la actitud de EE.UU, intentando eliminar la libertad de comercio, exige un marco distinto en las relaciones internacionales. También el protagonismo de Sánchez, al ser portavoz de los socialistas europeos, tal vez permita recuperar la idea de que España pueda ser una gran potencia media, con mayor influencia internacional que hasta ahora. Por otro lado, parece que Ceuta tendrá importantes ventajas y podrán ponerse vetos a los abusos de Gibraltar.  Parece que la España de la UE tiene más brillo que la España interior.
    Por otra parte, el problema Catalán empieza a ser visto por Europa de otra manera. Así, la Justicia europea ha impedido a Comín y Puigdemont que tomaran posesión del escaño. Además, el Supremo pregunta al tribunal de la UE si la impunidad protege a Junqueras, en un reconocimiento de que son casos distintos, pues Junqueras no fue cobarde y asumió la responsabilidad de sus acciones. Ahora se pide a tres gobiernos de Europa el cierre de tres embajadas catalanas y no ha habido que aplicar el 155. Eso si la derecha lo ha visto en silencio. Quizás está empezando un tiempo en que el nacionalismo abra espacios a la racionalidad, a la vez que la justicia ocupa su espacio y la política el suyo, pues el problema catalán es básicamente político. Situaciones que pueden permitir el diálogo. Resulta penoso que estos avances no caigan bien a los que se reconocen como patriotas exclusivos, que tanto mintieron sobre las concesiones de Sánchez a los nacionalistas y que aún no han pedido perdón. Ahora que parece que puede estar más clara una negociación con los nacionalistas, recordemos que se hará dentro de los cauces que se marcan en la Constitución. ¡¡Viva San Fermín!!