domingo, 7 de julio de 2019

UNA MIRADA DISTINTA MIENTRAS TERMINA LA CUENTA ATRAS

    En este último tiempo, muchos tenemos la sensación de que la política ha entrado en un reiterado día de la marmota, en un bucle político fuera de toda lógica y con la sensación de que el contenido ideológico y programático, e incluso el bien de España, se supeditan a conseguir espacios de poder como una forma de colocación personal, donde predominan irracionalidades, aderezadas con insultos y mentiras, llegando incluso a groserías, como el comunicado de Vox contra Cs, o la actitud de Rivera rechazando la invitación a la Moncloa para dialogar con el Presidente del Gobierno en funciones. Además se constata que bastantes acuerdos municipales han culminado con un aumento generalizado de liberados, subida generalizada de sueldos y aumento de asesores. Todo ello está haciendo volver, como antaño, la generalización de la desconfianza en la política y en los políticos. Esperemos que al final todo quede en un mal sueño y recuperemos la ilusión de futuro, pues de seguir así, España podría ser el primer país democrático europeo que tuviera que repetir elecciones ante la imposibilidad de investir al presidente del ejecutivo.
    Si alejamos momentáneamente la mirada de España, el espectáculo está cargado con más luces que sombras: por un lado la UE ha renovado sus instituciones con un acuerdo que deja descontentos a muchos, pero que permite el funcionamiento del conjunto, en un momento especialmente difícil que necesita tomar decisiones sobre un Brexit sin acuerdo, en una Europa que está perdiendo sus valores de acogida y que debe darse cuenta de que la historia de la humanidad es la historia de las emigraciones y que el conjunto de los países europeos va de manera acelerada al envejecimiento de su población. Es obligado ahora recuperar, con sentido común, y ser nuevamente una tierra de acogida, pues más que generar miedo, debemos pensar que puede ser una solución, si lo hacemos de común acuerdo. Por otra parte, España ha vuelto a ocupar su espacio en Europa. La figura de Borrell como encargado europeo de exteriores y defensa, llega en un momento determinante, pues la actitud de EE.UU, intentando eliminar la libertad de comercio, exige un marco distinto en las relaciones internacionales. También el protagonismo de Sánchez, al ser portavoz de los socialistas europeos, tal vez permita recuperar la idea de que España pueda ser una gran potencia media, con mayor influencia internacional que hasta ahora. Por otro lado, parece que Ceuta tendrá importantes ventajas y podrán ponerse vetos a los abusos de Gibraltar.  Parece que la España de la UE tiene más brillo que la España interior.
    Por otra parte, el problema Catalán empieza a ser visto por Europa de otra manera. Así, la Justicia europea ha impedido a Comín y Puigdemont que tomaran posesión del escaño. Además, el Supremo pregunta al tribunal de la UE si la impunidad protege a Junqueras, en un reconocimiento de que son casos distintos, pues Junqueras no fue cobarde y asumió la responsabilidad de sus acciones. Ahora se pide a tres gobiernos de Europa el cierre de tres embajadas catalanas y no ha habido que aplicar el 155. Eso si la derecha lo ha visto en silencio. Quizás está empezando un tiempo en que el nacionalismo abra espacios a la racionalidad, a la vez que la justicia ocupa su espacio y la política el suyo, pues el problema catalán es básicamente político. Situaciones que pueden permitir el diálogo. Resulta penoso que estos avances no caigan bien a los que se reconocen como patriotas exclusivos, que tanto mintieron sobre las concesiones de Sánchez a los nacionalistas y que aún no han pedido perdón. Ahora que parece que puede estar más clara una negociación con los nacionalistas, recordemos que se hará dentro de los cauces que se marcan en la Constitución. ¡¡Viva San Fermín!!

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