domingo, 14 de julio de 2013

DESCONFIANZA

     Estos días se está debatiendo un dilema en dos frentes sobre el caso de Bárcenas-Rajoy y si estamos o no saliendo de la crisis. ¿Quién dice la verdad? En ambas la situación de partida es que existe desconfianza, pues para buena parte de la opinión pública nadie es creíble. La práctica nos enseña que tanto en política como en la empresa la solvencia y la ética fomentan la confianza y con ellas el éxito, y mucho me temo que entre los contendientes existen enormes carencias en ambas virtudes.
          El caso Bárcenas-Rajoy podría ser una situación de solución inmediata al comparar ahora un preso preventivo con el elegido democráticamente presidente del gobierno de España. Pero la realidad no es así, puesto que ambos han estado gestionando durante 20 años el “PP”. Además el presidente Rajoy ha mentido infinidad de veces a los españoles; me quedo entre ellas cuando en TVE, con cara compungida, nos dijo: “mi mujer y yo tenemos que hacer muchas cuentas para llegar a fin de mes”. Se necesita mucho cuajo para hacer una representación así en ese momento. El sentido común nos dice que el extesorero del “PP”, amigo de Rajoy, no pudo actuar solo y ocultar 48 millones de €, legalizar infinidad de donaciones ilegales y repartir sobres con dinero, sin que se enterasen los dirigentes que además lo recibieron. Pero la dimensión es estrictamente política, y nadie entiende que Rajoy no comparezca en las Cortes y la oposición tenga que presentar una moción de censura si quieren oírle. Resulta grave que muchos españoles creamos más en la autenticidad de los papeles de Bárcenas que en la palabra de Rajoy. La noticia tiene además eco internacional y repercutirá en la inversión y en el prestigio de la marca España. La mentira, la opacidad y el silencio son, una vez más, las estrategias de un gobierno que no ahorra sacrificios a los españoles y que ahora carece de autoridad moral para seguir gobernando.
    Lo mismo ocurre con el debate entre el gobierno de Rajoy y el FMI, ambos como antes, sin credibilidad ante la opinión pública española. El gobierno ha pasado en semanas de describir un futuro desastroso a un panorama idílico; mientras el FMI a la vez que pide perdón por los errores en Grecia y Chipre sigue recomendando las mismas políticas de austeridad, preocupado únicamente por las finanzas de los poderosos. Su presidenta, que se subió el sueldo un 11% nada más llegar, ahora cobra 383.000 €/año libres de impuestos, pero sigue recomendando la bajada del sueldo a los funcionarios.
    El gobierno, por su parte, al tardar en tomar las decisiones adecuadas y algunos errores de cálculo están encareciendo el coste del saneamiento financiero; Cataluña Banc y NCG (Nova Caixa Galicia) pueden costar a los españoles 25.000 millones de €, que pueden llegar a los 30.000 millones. España se sitúa entre los estados de la UE con menor rendimiento tributario por detrás de Grecia y Portugal; un estudio de Freemark concluye que los ingresos caerán un 6,7% este año pese a los incrementos de Montoro que desde que llegó sigue incidiendo sobre los que tienen mayor impacto depresivo sobre la economía: IRPF, IVA, Sociedades y ganancias de capital. Los resultados generales para atajar el fraude fiscal son paupérrimos y siguen ocultos pagos por 70.000 millones de €. Cuando España estaba entre los que menos proporción del PIB gastaban en Educación, Sanidad, Servicios Sociales e I+D+I; el ahorro obtenido por destrozar las cuatro claves de la economía, no supera los 13.000 millones de €. La energía es un 60% más cara que en Francia y un 23% más que en Alemania, lo que está hundiendo la competitividad de la industria, y seguirán subiendo las tarifas y el paro… La insistencia en la improvisación, las torpezas y la opacidad de este gobierno me hace pensar que tiene razón el FMI y el crecimiento se estancará en 2014. 

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