domingo, 4 de agosto de 2013

TIEMPO DE ESPERA

            La movida parlamentaria a “cara de perro” que hemos vivido estos días se debe, además de a la presión política interna y externa, a la munición facilitada por Bárcenas. Un debate que ha revitalizado el parlamento pues, por primera vez en la legislatura, los líderes políticos de la oposición han expresado el pensamiento de los ciudadanos en lenguaje de la calle. Resulta triste mirar hacia atrás y ver que en asuntos tan importantes como la Ley de Educación, la reforma del mercado de trabajo, las renovables, los desahucios, así como los destructivos recortes que han hipotecado nuestro futuro hayan pasado sin pena ni gloria por el hemiciclo y haya sido la calle y algunos tribunales de justicia quienes hayan dado la respuesta. La estrategia del “PP” ha cambiado y la nueva reconoce algunas de las absurdas negaciones anteriores y de nuevo vuelven a equivocarse y a mentir (el 72% cree que no dijo la verdad). Hoy tienen urgencia en calmar dos frentes: Bárcenas, que cada vez es más difícil, y manejar la justicia en personas y tiempos, tarea en la que llevan años y tampoco lo tienen fácil. Es un tiempo de espera pues Bárcenas puede responder, como parece que ha comentado en la cárcel, y poner en muy serio riesgo al presidente, pues ahora Rajoy es mucho más vulnerable que antes de su comparecencia, a la vez que la instrucción avanza incluso en agosto.
            Rajoy, que ya ha nombrado al maldito, dijo: “Me equivoqué. Lo lamento, pero fue así (…). Creí en su inocencia hasta que llegaron los datos de las cuentas en Suiza con dinero no declarado”. Una vez más mintió de forma contundente, ahora con aires de víctima, sin desmentir los SMS cruzados con Bárcenas, que evidencian una auténtica negociación, después de conocidas las cuentas en Suiza. Esto sería suficiente, además de su absoluta falta de credibilidad, para la dimisión de Rajoy, si éste creyera en las “responsabilidades políticas” y en la necesidad de “autoridad moral” pare ejercer el poder. Ha reconocido que se habían pagado “sueldos (...), remuneraciones complementarias por razón del cargo (...) anticipos o suplidos a justificar por cargos inherentes al desempeño del cargo (...), como en todas partes. Es de justicia”. Otra falsedad, pues en el PSOE y en la mayoría de partidos los cargos públicos pagan y no cobran. El presidente no ha tenido en cuenta que los ministros no pueden cobrar y que en la declaración de la renta se exige la procedencia de los fondos. Quizás sea que confía en que como para demostrar que se cobra en “negro” se exige el informe de Hacienda, ahora bajo su control como ya hemos visto en el caso de la Infanta Cristina, no habrá problemas.
            Sin embargo, ha evitado profundizar en el sumario, jactándose de no influir en la investigación de un juez trabajador, que en todo momento ha contado con el fiscal que es jerárquicamente dependiente del ministro de Justicia (al que Bárcenas culpa de no hacer lo posible), y que no ha realizado ningún registro ni llamado a la mayoría de los grandes empresarios donantes. Una serie de incógnitas y zonas en blanco que apuntan a una despiadada lucha interna por el poder dentro del “PP”.
            Durante mucho tiempo Rajoy, Cospedal y buena parte de la cúpula del “PP” han mentido demasiadas veces sobre Bárcenas: sus vacilaciones y extrañas soluciones en su situación con el partido, la rotunda afirmación de la falsedad de todos los papeles como simples fotocopias sin sentido, la negación de los cobros… Sin embargo los papeles de Bárcenas son cada vez más ciertos, así como los SMS. Todos quisiéramos creer en la honestidad del presidente, pero por ahora la inmensa mayoría creemos que miente una vez más. Las declaraciones como testigos de los secretarios generales del “PP” pueden hacer esperar a Bárcenas, especialmente lo que diga Cascos. Es posible que agosto sea definitivo y Cospedal se encuentre en la misma situación que Rajoy.

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