domingo, 12 de noviembre de 2017

TENDER PUENTES

    EL título del artículo se refiere al comienzo de una frase conciliadora pronunciada por el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el domingo pasado: "tender puentes, no cavar trincheras ni levantar fronteras". Hay que reconocerle que ha intentado, hasta el último momento, que Puigdemont decretara elecciones anticipadas para el día 20 de diciembre y evitar así la aplicación del artículo 155. También formó un frente con sus alcaldes que soportaron todo tipo de amenazas y vejaciones de los independentistas por permanecer dentro de la ley y sigue esta línea política pese a todo. 
    Los días siguientes a la DUI han sido prolijos en noticias llenas de encuentros y desencuentros. Así, la huelga del pasado miércoles ha transcurrido con más violencia que paro (el consumo eléctrico sólo bajó el 1%). Por otro lado, mientras la juez Lamela rechazaba los recursos de todos los exconsellers, en el Supremo los miembros de la Mesa del Parlament aceptaron contestar a todas las partes. En sus testimonios dijeron acatar el artículo 155 de la Constitución y afirmaron que la declaración unilateral de independencia, que aprobó el Parlament el 27 de octubre, tuvo sólo un valor “simbólico” y carecía de efectos jurídicos. Una vez oídos, el juez ha sustituido la prisión por fianzas económicas, aunque siguen imputados y advertidos. Por otro lado, Puigdemont ya es un verso suelto y un problema no sólo para su partido y España, sino también para toda la UE. El nuevo coste ha sido que Barcelona ha perdido la Agencia Europea del Medicamento. Este conjunto de sucesos ha creado una cierta distensión, quizás efímera. 
    Pese a todo, seguimos observando que los sectores enfrentados continúan basando sus respectivas y complejas unidades, únicamente frente a la posición adoptada por el otro. Nadie busca lo mucho que puede unirnos, pese a llevar cientos de años viviendo juntos, adoptando formas y costumbres comunes. Es necesario reconocer el exquisito trato dado al idioma y a las costumbres catalanas por los emigrantes de otras regiones españolas. Recíprocamente ha existido, en ese dilatado tiempo, una buena acogida a todos por parte de Cataluña. Lo razonable sería cambiar la actitud actual. 
   También debería reconocerse, previamente a toda negociación, que la unidad de España que se recoge en la Constitución se puso en vigor después de un consentimiento más libre y democrático que ningún otro procedimiento de unificación de territorios a lo largo de toda la historia de lo que hoy es España. Es necesario partir de esta premisa de unidad, trabajar para modificar la Constitución. Una modificación no sólo en lo que respecta a Cataluña, sino en todo aquello que actualice el texto con las experiencias acumuladas.
   Juan Andrés Torres Mora afirma en un artículo titulado "La construcción de un conflicto identitario" (El País, 28/10/2017) : "los separatista no ofrecen el referéndum como un ejercicio de libertad, sino que obligan a que una mayoría de catalanes renuncien a una parte de su identidad plural, para adecuarse al ideal homogéneo de nación de los secesionistas. A eso llaman derecho a decidir. También al derecho exclusivo y excluyente de los ciudadanos y ciudadanas de un territorio a declararnos extranjeros, de manera unilateral, al resto de los españoles, a nuestras instituciones y a nuestra lengua". Para afirmar rotundamente al final: “estoy convencido de que lo razonable no será acordar una votación, sino votar un acuerdo”. Aspecto a tener en cuenta si se quiere culminar el necesario diálogo político.
   Por otro lado, la situación actual ha hecho una dejación total en toda España de asuntos que son vitales para los ciudadanos: la corrupción del gobierno, después de los informes fiscales y los testigos directos; el programa de empleo juvenil; la dignificación del empleo; el aumento de la brecha social... Necesitamos normalidad cuanto antes.

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