El actual líder del PP, Pablo Casado, acusó, este pasado lunes, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de preferir "las manos manchadas de sangre que las manos pintadas de blanco", en referencia al apoyo que considera que ha buscado de EH-Bildu para aprobar los últimos decretos del Gobierno. El voto de esta formación pertenecía a la diputada que fue alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, quien, por cierto, no está imputada en delito alguno y la Constitución le reconoce su condición y representación, al igual que a cualquier diputado o diputada del "PP". Su explicación de voto fue que debía votar a favor, porque los decretos representaban ventajas sociales para los ciudadanos. Esta situación de considerar mejores a unos diputados que otros, según a quien voten, no es nueva en Casado. Su sentido de la democracia es bastante peculiar.
Las emociones desbordadas y sueltas a su aire resultan lesivas. Cuando proceden de la indignación ante el descalabro de la virtud, pueden entenderse. Pero cuando son planificadas, no están fundadas y se busca hacer daño para el propio lucro, carecen de justificación moral y debieran penalizarse. Incluso dirigentes del PP alemán alertan del riesgo que corre Casado al hacer de las "exageraciones" uno de sus ejes de campaña.
Desde otro punto de vista, hablar de ETA como si aún estuviera matando, sin tener en cuenta que se anunció el final del terrorismo el 20 de octubre de 2011, resulta un insulto a un pasado que ignora. Cómo se produjo el final de ETA debe ser un orgullo para la democracia española, que ha conseguido que vivamos en paz, por medio del diálogo. Hoy, los que hicieron actos de terrorismo han pagado, están pagando, o se les sigue persiguiendo para que paguen sus culpas. Los que han pagado se han integrado en la sociedad, incluso algunos están ocupando puestos en las instituciones españolas. Sin duda ahora hay que ocuparse de las víctimas y sus familias, para darles las compensaciones y homenajes que merecen. Muchas de ellas ya han perdonado a los verdugos y éstos han pedido perdón, ya nadie necesita protección en Euskadi ni en ningún sitio, se ha conseguido así, entre todos, un país en paz. La estrategia del "PP" de Casado de usar él personalmente este tema, empleando una terminología grosera e impropia para insultar sin razón al Presidente del Gobierno y así ocupar la Moncloa dice poco de su talla humana y política y le aleja del fin buscado de gobernar y representar a España.
Sí tendría que explicar, de inmediato, algo que está perfectamente vigente: me refiero a cómo se fraguó la brigada política y sus fines. Especialmente su participación, así como los detalles por los que se dio a seis de sus participantes medallas pensionadas y si está dispuesto a solicitar su suspensión. Por otro lado la corrupción, aún vigente en sus investigaciones y en los juzgados, necesita explicar el conocimiento de estas acciones cuando ocupaba cargos de importancia en el "PP" con M. Rajoy. Sería necesario para demostrar, aunque sólo fuera, que Vd. tiene las manos blancas y no sucias por haberlas metido en las cloacas y en la corrupción. Esperemos.
El PSOE no debe confiarse por los resultados del CIS, pues hay más del 40% que no dicen o no saben lo que van a votar y no está clara la gobernabilidad. Las mayores preocupaciones del comité de campaña del PSOE deben ser no cometer errores y una posible desmovilización de sus votantes, provocada por los buenos pronósticos de las encuestas, especialmente de la última. Es necesario aumentar la movilización y especialmente que nadie deje de ir a votar. En estos momentos, ante opciones tan dispares, el voto razonado y responsable puede hacer que el futuro de España sea esperanzador. Sólo me queda recordar en este día que no olvidemos la República.
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