El paso del tiempo parece dejar en evidencia que las exhibiciones excluyentes de patriotismo, los excesos en el uso de la bandera y la defensa a ultranza de cualquier cambio en la Constitución han sido utilizados por Casado como meros instrumentos para hacerse con el poder. Una falta absoluta de respeto por el uso que ha hecho de una simbología que nos representa a todos los españoles, pensemos como pensemos.
Con frecuencia asume situaciones enormemente difíciles de entender, poco razonables e imposibles de creer o resolverse a su favor. Me refiero a considerar culpable de todo lo ocurrido en la pandemia al gobierno e incluso acusar judicialmente a su representante en la comunidad de Madrid. Pese a la enorme cantidad de razones en contra, hicieron de ello una obsesión. Para el "PP" de Casado la manifestación del 8M, realizada en todo el mundo, fue la culpable de todo lo ocurrido únicamente en España. Realmente la causa del 8-M era más propia de uno de esos bulos a los que se han acostumbrado que de un caso de sumario. Así, el pasado 12 de junio, era archivada provisionalmente por la jueza Rodríguez-Medel, la voluntariosa instructora en la que tantas esperanzas había depositado la derecha, que ya la imaginaban que metería en cintura a este PSOE añadiendo su coletilla favorita: "Un PSOE, entregado al neocomunismo bolivariano que quiere convertir España en una república arruinada, bananera y, naturalmente, antiespañola". Sin duda un lenguaje malintencionado y viejuno, que usa con frecuencia.
Ahora, otra nueva y perversa ocurrencia del patriotismo que exhibe Casado le ha llevado a apoyar, en el Parlamento Europeo, las posiciones de Holanda y los países del norte de la UE, para que impongan a España e Italia duras condiciones para recibir las subvenciones y créditos de fondos de 750.000 millones de euros que la Comisión Europea propuso al Consejo Europeo para reactivar las economías de la UE. A sabiendas de que la propuesta iba contra los intereses de España. La respuesta de Sánchez fue inmediata: "Nadie puede soñar con sacar beneficio dañando los intereses de España y de los españoles. Si España pierde, no solo pierde el Gobierno, perdemos todos, pido responsabilidad, altura de miras y patriotismo". Está claro que no le importa perjudicar a España, cuando se trata de cualquier estrategia para llegar al poder. Todo un patriota.
Estas inconsecuencias empiezan a producir fisuras internas. El presidente de la Xunta, continuador de la línea de Rajoy, sorprendió el pasado domingo, declarando su agradecimiento a Pedro Sánchez, su tendencia al consenso y su esfuerzo durante toda la pandemia: “Agradezco la colaboración y el diálogo que ha habido en la mayoría de los momentos y reconozco el esfuerzo del Gobierno de España, con aciertos y errores, con acuerdos y diferencias”. Pero además, Feijóo destrozó el argumentario elaborado por Casado para salvar a Ayuso del escándalo de las residencias. Se aleja del "PP" de Casado. Por otro lado el gobierno de Castilla y León ha firmado grandes acuerdos con el PSOE.
El Gobierno quiere aclarar las razones por las que la Fundación Francisco Franco conserva documentos públicos afectados por la normativa de secretos oficiales, impidiendo el trabajo de los historiadores, para documentar el tiempo de Franco. Espero también que se cambie la normativa de secretos oficiales. Los acuerdos sociales siguen adelante, ahora para modernizar y lanzar las industrias del automóvil y del turismo. Los principales son el empleo y el PIB, a falta del acuerdo sobre los ERTE.
El "PP" de Casado defendió, hace poco, consensuar con el PSOE distintas medidas económicas como las que incluye su documento. El presidente del Gobierno le respondió, con sorna: “Nunca es tarde si la dicha es buena, no sabe la alegría que me produce escuchar al portavoz del PP hablar de acuerdos”. Creo que las elecciones vascas y gallegas y la encuesta del CIS tienen que ver con ese corto y falso cambio.
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