domingo, 13 de mayo de 2012

SOBRE BANKIA

     Este banco, la joya financiera del PP, nació en el verano de 2010 como consecuencia de la reforma del sector que incentivaba las uniones de cajas. La unión para su formación estuvo encabezada por dos cajas señeras para el PP: Caja Madrid (el eje de todo el conjunto) y Bancaja (con Caja Valencia, que sería intervenida por un agujero de 562 millones de euros); además de otras cinco: Caja Canarias, Caja Layetana, Caja La Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia.

       Bankia es ahora, menos de dos años después, la cuarta entidad financiera del país y la mayor institución bancaria en préstamos al sector inmobiliario: 37.500 millones de euros. Su financiación en la compra de suelo, su mayor problema, se eleva a 11.594 millones de euros. A finales de 2010 recibió del Fondo de Restauración y Ordenación Bancaria (FROB), casi exclusivamente formado por fondos públicos, 4.665 millones de euros por la fusión, fondos que podían transformarse en acciones del capital si fuera necesario. 

     Esta semana se ha convertido en la mayor preocupación del sistema financiero español, advertido por el Fondo Monetario Internacional. Su desplome en bolsa ha sido del 42%. Las cuentas de la entidad, presentadas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores, no han podido ser auditadas por su “complejidad” debido, entre otras cosas, a incluir como activos 10.524 millones en créditos dudosos y 1.748 millones en activos fallidos. Además, la auditora Deloitte rebaja a cero el patrimonio actual del grupo. 

        El presidente desde sus comienzos, Rodrigo Rato, con mayoría absoluta en el consejo de políticos del PP, fue presidente antes de Caja Madrid (nombrado por recomendación de Esperanza Aguirre, después de extrañas truculencias), Ministro de Economía con Aznar y el autor del Milagro Español gracias al ladrillo, además de director -dimitido sin causa- del Fondo Monetario Internacional. Este hombre de prestigio, defendido por todos hasta hace unos días, ha sido expulsado de su puesto a petición del Ministro de Economía, después de no aprobar su plan de viabilidad y considerarlo así la plana mayor del PP. Sólo nos falta saber cuál será el importe de su indemnización por el despido (pagada, claro está, con dinero público) y el nuevo destino que se le asigna. Además sería importante conocer el papel del Banco de España en este asunto que ha estado guardando una sospechosa opacidad informativa, no sabemos si compartida con el actual gobierno. Conocemos, eso sí, que su sucesor, José Ignacio Gorigolzarri, fue jubilado de su anterior puesto directivo en BBVA con una indemnización de 62 millones de euros. Parece que la banca vive la crisis de otra manera. 

     A mayor abundamiento, Rajoy ya anunció que estaba dispuesto a poner 7.000 millones de euros de dinero público (al parecer al 8% de interés o participación en el capital, previa aprobación del plan de viabilidad) para su saneamiento, todo ello ajustado a su intachable lógica política: “Tengo que hacer las cosas como Dios manda, aunque haya prometido antes lo contrario”. Resulta interesante la facilidad con la que se da dinero público por mala gestión de sus directores y las dificultades para poner este dinero en servicios públicos para la población. Al final ha decidido transformar en acciones los fondos del FROB anteriores, lo que hace al Estado dueño del 45% del capital de BANKIA. De no acertar en esta decisión el dinero aportado se transformaría en aumento del “déficit público” y los españoles deberíamos pagar dos veces, una al perderlo y aumentar el déficit y otra para eliminarlo con nuevos recortes, circunstancia que no impedirá una futura aportación de entre 7.000 y 10.000 millones de euros si fueran necesarios. 

        La decisión ha sido contestada por autonomías como Cataluña y Galicia (del PP) por considerar que están dando a BANKIA un trato de favor. Recordemos que cuando se intervino Caja de Castilla-La Mancha, aunque pueda parecer mentira, la presidenta de esta autonomía, entonces en la oposición, recomendó a los impositores la retirada de fondos de la entidad financiera, consiguiendo su descapitalización, pese a que su marido era miembro del consejo de administración de la institución intervenida. Pese a todo, estoy seguro de que los miembros del PP a la hora de una explicación, que aun no han dado, seguirán con el latiguillo de: “La culpa la tienen los socialistas”. He escuchado que ahora echan la culpa a Fernández Ordoñez. Mientras tanto, el gobierno saca su segundo plan financiero ante una Europa que desconfía, pero que tampoco da soluciones. 

     Sin duda a estos políticos les gusta más la macroeconomía que el ser humano al que dicen servir. Señor que cruz.

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