domingo, 15 de julio de 2012

¿QUIÉN MANDA EN ESPAÑA?


Los sacrificios que exige el gobierno y que con tanta alegría recibían los diputados populares, van marcando con meticulosa exactitud el total incumplimiento del programa electoral con el que ascendió el PP al poder. Después de lo escuchado, su legitimidad ética ha desaparecido. Mantienen el poder por la legalidad constitucional, que la usan sin contar con los españoles, sin diálogo, con absoluta improvisación y ocultando incluso las cifras en las que deben apoyarse. Nos tratan como idiotas. 
Hablan de la creación de un banco malo, algo que este gobierno prometió que no haría; se subirá el IVA, pese a que afirmaron que con esa subida se condenaba a España a un callejón sin salida; habrá recortes en el desempleo, la educación, la sanidad, en los gastos de la ley de dependencia (los más necesitados); de nuevo recortan ingresos y derechos a los funcionarios a los que degradan y humillan…, y así hasta treinta y dos medidas más, que violan los compromisos electorales. Recortes que suponen la reforma de unos presupuestos que esos mismos diputados aprobaron, también con aplausos, hace únicamente seis días. Por otro lado, el anuncio de la supresión de concejales cambia un esquema político democrático del que no han medido su alcance y merece una profunda reflexión. Mientras por la puerta de atrás van cambiando los programas estrella de la radio y televisión del Estado, mermando la libertad de expresión. Si estas medidas no dieran el resultado buscado, lo correcto sería la convocatoria de elecciones anticipadas. 
En su comparecencia, el Sr. Rajoy no ha mencionado la necesidad de recortes a los profesores de religión, pues mantienen los 800 millones de € de gasto; ni la exigencia del IBI a la Iglesia en sus muchos locales en los que hacen negocio; ni sobre las reformas que van a introducir para eliminar el enorme fraude fiscal (cerca de 60.000 millones de €), ni de cómo hacer pagar más al que más tiene; ni de la supresión de compras de material militar (recordemos que ascienden a más de 32.000 millones de €); ni de la eliminación de puestos de confianza política en las instituciones con decenas de miles de privilegiados. Tampoco ha explicado el motivo por el que protegen a los defraudadores; ni porqué su partido va a defender a los gestores de Bankia, cuyos manejos costarán a los españoles 23.500 millones de €; ni a qué se debe el no poder evitar las enormes indemnizaciones de los directivos en los bancos intervenidos, cómo se puede solucionar la dación en pago o el engaño de las acciones preferentes. Tampoco nos ha dicho que estamos intervenidos y que nuestra soberanía se ve absolutamente restringida: que algunas funciones del Ministerio de Economía, por ejemplo, van a ser sustituidas por el Banco de España, que a su vez será revisado y controlado; que el Ministerio de Hacienda será visitado cada poco tiempo para comprobar si va bien la marcha de lo recaudado y gastado; o bien que los bancos afectados deberán suprimir sucursales con importantes despidos. Siguen sin decirnos para cuándo llegará el dinero a las empresas y a los ciudadanos, un requisito imprescindible para ver hacia dónde vamos. 
Pero a la vez debemos preguntamos para qué sirve la comunidad europea a la que nos unimos con tanto fervor y sobre todo ¿Quién es Europa?. Desgraciadamente no son las instituciones elegidas por todos, aunque en muchos momentos las noticias se atribuyen a algo tan impersonal como “Bruselas” o “la troika”. Todo apunta a que la poderosa Alemania es quién decide, por voluntad de la Sra. Merkel y su gobierno, quienes parecen más interesados en asegurar el pago de los préstamos que en consolidar Europa, hacerla crecer y aumentar el bienestar de los europeos. Estamos en una Europa alemana que no deseamos. Pero ¿quién es la Sra. Merkel?. Sabemos que es una mujer científica y muy preparada; es, además, muy “conservadora”; su padre, pastor protestante, la formó en una ética protestante muy luterana sobre la idea de que “el pecador debe entregar sus  bienes, tolerando que se los quiten o roben sin oponer resistencia”. Sobre nosotros ha dicho: “los europeos del sur pecan de gandulería y pese a que ocupan muchas horas de trabajo no consiguen una adecuada productividad, pues son torpes e inútiles”. Sin duda a este personaje debemos la ideología que preside las reformas que ha ordenado hacer a España y que van a decidir nuestro futuro. Lo peor es que el Sr. Rajoy, su fiel acólito, considera sus mandatos como dogmas y nos los ofrece, después de la aprobación correspondiente, con razones políticas de tanto peso como: “no hay otro camino”, “no existen otras soluciones”, “no tenemos más remedio tanto si nos gusta como si no”. Para él, las políticas realizadas desde Francia, Italia o EE.UU., que se inclinan por dar prioridad al crecimiento, no cuentan en su repertorio. En esta última semana España ha perdido al único representante del BCE y las referencias financieras no nos favorecen. ¡La que nos está liando Zapatero!. 

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