Sin duda, en el largo recorrido de culpables, ideado por los
estrategas del PP para eludir cualquier responsabilidad de su gobierno,
empiezan ahora a marcar culpables cercanos a la verdad. Aunque más cerca
estarían de ella si hubieran dicho que la culpa era del presidente del gobierno
por haber hecho caso de la Sra. Merkel y seguir su destructivo e inútil
programa de recortes. Demos la bienvenida a los que son ahora sus nuevos amigos, Monti y Hollande, anteriormente sus enemigos, con los que esperamos soluciones de mayor racionalidad social y económica.
El
trabajo realizado por el gobierno en estos seis primeros meses del año ha
traído como consecuencia que el “déficit” de la Administración Central del
Estado, a finales de mayo, haya sido del 3,41%
a sólo 0,09% por debajo de lo pactado para todo el año. Nos dicen que la
culpa la tienen las transferencias adelantadas a las Comunidades Autónomas; al
final de año lo veremos. Todo apunta a que el “déficit” no se va a poder cumplir.
Para mayor abundamiento, el Banco de España, ahora presidido por alguien de confianza
del gobierno (Luis María Linde), nos cuenta que estamos en una situación de
urgencia: el PIB ha bajado un 0,48% en
el primer trimestre; a la vez que en mayo han continuado cayendo los índices de
confianza de los hogares y del comercio minorista; los beneficios empresariales se han desplomado un 64,2% en
ese primer trimestre. Destaca en el mismo informe que la destrucción de empleo ha proseguido a
un ritmo notable y continúa con la senda de “intensificación iniciada en la
segunda mitad de 2011”. Hay, después de muchos meses de crecimiento, un
descenso de las exportaciones en abril y de las importaciones, lo que supone una
situación de debilidad de la demanda nacional; cae la producción industrial.
Pero además, pese a la subida de impuestos, los ingresos del Estado han caído
un 4,2% (un total de 31.708 millones de €), a la vez que, pese a los recortes,
el Estado ha gastado 36.000 millones más de lo que debería, exactamente un
115% más de lo ingresado. Todos los
recortes han dado un resultado contraproducente. Realmente no se han realizado
los deberes.
Además
hay que añadir que la evolución de los mercados hacia España en estos seis meses está haciendo imposible la financiación de las instituciones públicas. Si
siguen con los recortes disminuyendo los ingresos a las clases medias, no habrá
consumo ni aumento de ingresos para el Estado. A la vez que se constata que la
reforma del mercado de trabajo no funciona, lo que ha sido causa de enormes
sufrimientos a los trabajadores, empeorando su situación económica y social. A
la vez, se están perdiendo libertades y, por primera vez en la democracia, los
cuerpos de seguridad se ven, por buena parte de los ciudadanos, como represores
de la libertad.
Este
fin de semana parece que apuntan buenas noticias sobre la realización de manera
directa de la capitalización de los bancos gracias a Italia, Francia, el SPD
alemán y España, a los que ha debido unirse la Sra. Merkel para conseguir el apoyo
de su oposición. Pese a todo, en sus últimas declaraciones, la canciller ha querido
dejar claro que no habrá prestación sin contraprestación, creando de nuevo
incertidumbres. Hasta ahora podemos decir que hoy estamos peor que ayer, pero
mejor que mañana. Esperemos a la próxima semana.
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