PERDONEN LA INSISTENCIA

     Después del Consejo de Ministros del 26 de abril, el gobierno representado por la vicepresidenta y los ministros de Economía y de Hacienda dijeron al país que la lucha contra el paro se daba por perdida en esta legislatura. Fue también la constatación de que el ejecutivo había agotado su proyecto. El único mensaje que llegó desde Moncloa fue que tuviéramos paciencia.  Fue un ataque de sinceridad irrepetible. Un mes después, cuando ven la avalancha de críticas a su gestión y se conocen los resultados del empleo de mayo, pese a saberse que es una situación de coyuntura, todo cambia y sin razones que lo avalen, resulta que los que se rindieron, dicen que lo peor de la crisis ha pasado, pese a que no han aumentado los ingresos del Estado en el primer trimestre, ni disminuido el “déficit”, ni aumentado la fluidez del crédito, ni crecido la compra de maquinaria ni bienes de equipo, que la fractura social sigue aumentando y cada vez hay más personas que pasan hambre, a la vez que aumentan los intereses de la deuda y el “riesgo país”. Sigo sin ver que en mi ciudad disminuyan los cierres de comercios, ni los ERES. Tampoco nos dicen cómo cumplirán las exigencias de la troika por la prórroga del tiempo para corregir el “déficit”, aunque, Luis Mª. Linde, más como muñidor del gobierno que en sus obligaciones, se incline por los beneficiarios de los fondos de pensiones. Además la reforma de las AA PP supondrá un ahorro de 37.700 millones hasta 2015, lo que indica que aún nos quedan sacrificios. Es cierto que en Europa corren vientos, cada vez más fuertes, contrarios a los recortes, posiblemente mirando a las elecciones alemanas de septiembre. Esperemos que sea cierta la adivinanza metafísica y que el gobierno sea capaz de reconstruir lo mucho que ha destruido. 

     Todo lo que está ocurriendo no puede hacernos dejar atrás el caso Bárcenas, cuando su hucha ya va por los 47 millones de € y faltan por contestar 12 suplicatorios realizados a otros tantos paraísos fiscales; cuando ya sabemos los nombres de los perceptores de fondos de los últimos 20 años; que buena parte de las entregas eran superiores a lo que permitía la ley, así como la coincidencia de las entregas con algunas fechas y concesiones de obras y servicios. Últimamente el juez ha acusado de estafa procesal al tesorero y su mujer por mentir en lo de los cuadros. Ante todo ello cabe preguntarse: ¿A qué esperan el juez o el fiscal para pedir la prisión preventiva de Bárcenas? Sabiendo su trasiego de cajas con documentos, ¿porqué no se realiza un registro en su domicilio? Conociendo la estructura del PP y lo poco verosímil que resulta que los directivos no conocieran lo que se hacía, ¿cómo no se llama a declarar a los Secretarios Generales y Presidentes del PP de los últimos 20 años? y ¿cómo no se investigan las instituciones que realizaron las adjudicaciones y su forma de realizarlas? La mayoría de los españoles damos por cierta la ausencia de ética de buena parte del gobierno y del PP, aspecto que en las democracias europeas sería suficiente para un cambio de gobierno. Pero cada vez hay más dudas sobre la eficacia del sumario para definir los aspectos penales, pues presumimos que haberlos, hay los.

     Respecto al “pacto sin firma” entre el gobierno y el PSOE, todo hace pensar que puede, de manera general, ser bueno para España, aunque no entiendo tres aspectos que lo rodean:
  1º) La sensación de que se ha hecho poco por integrar a otros grupos políticos en el pacto,
  2º) la fórmula elegida en el Congreso de “Proposición no de Ley”
  3º) cómo se presenta con toda la parafernalia en La Moncloa antes de que se produzca la votación.
  Aspectos, todos ellos, que quitan relevancia al acuerdo y parecen mandar el mensaje de la preponderancia del bipartidismo en el momento de su declive.

     Felicitémonos, pues la Audiencia abre la investigación penal por las preferentes.