domingo, 17 de noviembre de 2013

RUBALCABA GANA TIEMPO

 

    La Conferencia Política del PSOE nace sobre la estrategia ideada por Rubalcaba: “primero, el programa; y después el candidato”, llevada a cabo al final sin problemas gracias, entre otros, al apoyo de Susana Díaz. La reunión ha conseguido una importante reafirmación de la unidad del partido; ha sido una terapia de grupo para un nuevo estado de ánimo y también una recopilación de referencias socialistas, tal vez olvidadas. Todo ello dirigido por la Ejecutiva Federal, que ha ejercido con todo rigor su poder estatutario. Rubalcaba ha demostrado dotes negociadoras y fuerza en su discurso final, ganando un tiempo que esperemos sea bien utilizado para exigirle a él y a todos los dirigentes que le acompañan los sacrificios personales necesarios para dar credibilidad al retorno socialista. En una palabra, romper definitivamente la crisis de liderazgo.  
    En otros aspectos se ha echado de menos un espacio para buscar la revitalización y el compromiso con la Internacional Socialista, nuestra referencia internacional para la regulación de los mercados financieros pues, como se menciona, los problemas que padecemos son más internacionales que locales. También se ha omitido una necesaria estructuración de las medidas propuestas para demostrar su viabilidad y evitar que se vuelva a la creencia de que el ciudadano sólo tiene derechos pues, pese a quién pese, hacen falta sacrificios para conseguir un aumento de competitividad; sacrificios que debemos hacer todos de manera proporcional a nuestros medios y no sólo los trabajadores.
    Debemos reconocer que hoy no es posible lograr el socialismo si no es a través de la democracia política y de la exaltación cada vez más firme de la dignidad de la persona, de la ética y de la responsabilidad política. Los ciudadanos pedimos con insistencia una democracia representativa, pues muchos entendemos que los que están no nos representan. La ley electoral marca un camino que hoy daña la autenticidad de la democracia, a la vez que los partidos políticos practican un clientelismo interno, con listas que tampoco representan el sentir de sus militantes. Da la sensación de que los procesos electorales son una farsa que están viciando, por contagio, a los otros poderes del Estado, fomentando su corrupción. Los socialistas debemos comprometernos a terminar esta faceta de la transición que ya está agotada y empezar por cambiar nuestros estatutos, ya obsoletos, asumiendo las incomodidades y sacrificios que se impongan. 
    El éxito de esta Conferencia sería lograr el retorno de buena parte de los cuatro millones de seguidores perdidos, aunque ya apenas se habla de ella. La actual dirección debe hacer los cambios sin demora para abrir unas primarias limpias y libres y generalizadas, aunque sea necesaria una segunda vuelta, que permitan nuevos liderazgos auténticamente representativos. La demora en esta decisión puede aumentar la desesperanza, cuando no la división. Por otra parte, con el orden marcado en la Conferencia se abre un tiempo en el que pueden ser distintos el candidato a presidente y el Secretario General. Lo que indica que Rubalcaba seguiría teniendo la llave a pesar de las primarias. El PSOE debe luchar por una España en la que todos nos sintamos cómodos y representados. Para ello hay que empezar por reformar profundamente nuestro partido, para después lograr una democracia efectiva y limpia para todos que facilite la justicia social. Ya no valen estrategias de permanencia ni nuevos ensayos. 

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