domingo, 18 de enero de 2015

GRECIA

    Grecia es un país de 137.957 km2 y 11 millones de habitantes. En economía, su deuda es del 256,9% del PIB, 303.918 millones de euros (M/€), que genera un interés creciente que imposibilita claramente el pago. Desde el punto de vista social, tiene un paro del 27,2% que afecta a 1.290.000 griegos, el 30% de la población vive por debajo del nivel de la pobreza (3,4 millones). Casi 3 millones de griegos se han quedado fuera del sistema de sanidad. La renta de los hogares ha disminuido el 8,2% en los dos últimos años, la bajada salarial ha sido del 13%. Su deuda está en manos de la banca europea: la primera, la banca alemana tiene una exposición de 124.700 M/€ y la española 66.225 M/€. Ha tenido dos rescates con participación de la UE y el FMI que han aportado en conjunto 220.000M€, de los que España ha puesto 24.912 M/€ y Alemania 122.000 M/€. Existen como se ve complejos intereses cruzados. 
    En lo político, Adonis Samarás de ND (Nueva Democracia), gobierna con el Pasok desde 2012, asumiendo las reformas de Merkel y las trampas anteriores, con las consecuencias apuntadas. Los avances económicos sólo los canta el ejecutivo: “Grecia ve por fin la luz al final del túnel” (¿nos suena?). De los 300 diputados en su Parlamento, 129 son de ND y 33 del Pasok (Partido socialista panhelénico). Después de las europeas, en las que triunfó Syriza, el bipartito contó con el apoyo de los 17 diputados de DINA (izquierda democrática), que obligó a cambios importantes. Syriza, liderado por Alexis Tsiripas, no es ajeno al poder: cuenta con 73 diputados, gobierna en muchos municipios y en la región más importante de Grecia y es ganador en las europeas con 6 diputados y el 26.56% de los votos. Parte como ganador con un lenguaje suavizado en la campaña, pues ha descartado su salida del Euro y pretende mejores condiciones económicas para los contribuyentes alemanes y griegos. El Pasok puede desaparecer pues, además del desgaste del gobierno, Yorgos Papandreu, exprimer ministro griego e hijo del fundador, ha organizado un nuevo partido, “Movimiento de los Demócratas Socialistas”, que dejará, según encuestas, en menos del 5% los votos del Pasok. Se presenta de nuevo Amanecer Dorado que sacó 18 diputados y también seis partidos comunistas. Un panorama que deben resolver exclusivamente los griegos.
    El BCE, Merkel y el FMI han manifestado que suspenderán las ayudas hasta conocer el gobierno. Una clara amenaza a Syriza y un intento de amedrantar a los votantes. Cualquier solución no pasa por intentar romper el libre juego democrático al que tienen derecho los griegos, como también es un error pensar como afirman los gobiernos de Grecia y España que lo peor de la crisis ha pasado. Según el economista alemán Sinn, los griegos deben recuperar competitividad, lo que exige una devaluación, es decir una salida temporal del euro, lo que implica una quita de la deuda. La propuesta de la Comisión Europea es prorrogar el rescate actual, para ganar un tiempo (dos meses), que permita aclarar la situación política y sondear las posibilidades de un acuerdo negociado y viable. Lo que sí parece quedar claro es que el modelo de rescate aplicado ha fracasado y el programa de restricción presupuestaria a ultranza no ha servido para estabilizar las finanzas públicas y ha propiciado, en muchos casos, la violación de los derechos humanos. Grecia, más que amenazas, necesita una reestructuración pactada y solidaria de su deuda, seguida de un plan económico que consolide la estructura fiscal y normalice el funcionamiento de las instituciones.
    Esperemos que la deuda griega, que afecta fundamentalmente a Alemania, sea el motivo del cambio en la política económica. Pues las siguientes elecciones en España y Portugal pueden verse seriamente afectadas, agravando enormemente el problema.

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