En materia de corrupción el “PP” está demostrando que son un colectivo hiperactivo, en ciertos casos corrompen hasta el lenguaje. También demuestran diligencia a la hora de practicar la hipocresía e intentar conseguir impunidad (esperemos que no lo consigan), siempre con absoluto desprecio a la inteligencia del otro. Decir que conviven con la corrupción en los últimos treinta años es una obviedad para la mayoría de los españoles que consideran este delito, moral y punible, su segunda preocupación. Veamos cómo ejercen la hipocresía e intentan la impunidad.
Sonia Castedo, «reimputada» en el caso Brugal con el constructor Enrique Ortiz. Hablan y se comportan -aunque sea en privado- de forma soez y como protagonistas de una película de gánsteres. Rajoy, cuando apareció La Gürtel, dijo: “no es una organización del “PP”, sino una organización contra el “PP”. Eliminaron a Garzón y, pese a ser el juez que más servicios había prestado al Estado, no le indultaron. Favor extendido a muchos de los corruptos condenados. Su respuesta más frecuente ha sido: “la culpa es de unas pocas personas particulares, de unos aprovechados que «no han estado a la altura» y han abusado de la ingenuidad y de la buena intención de los líderes”. Líderes que nunca saben, nunca ven y nunca oyen. También desvirtúan conceptos y situaciones jurídicas, pese a ser expertos: “indemnización laboral en diferido”, “recibís” firmados que aseguran no haber recibido, pretender personarse como acusaciones particulares cuando sus intereses coinciden con los del imputado. Borran ordenadores y hacen desaparecer libros de visitas. Rajoy en su comparecencia del 1 de agosto de 2013 afirmó en el Parlamento que en su partido no había caja “B” pero ahora tanto el juez, como el fiscal, como la abogacía del Estado creen que la hubo.
Con el caso “Púnica”, una trama mafiosa, calificada por el juez de “criminal”, activa en tiempo de los recortes con el actual gobierno, cuando proclamaban su desconcierto por la Gürtel, Granados afirmaba su rechazo por la actuación de los participantes, destacando su honradez. En “Púnica” ya existen 92 imputados, entre ellos alcaldes, consejeros, vicepresidentes, afectando de lleno a las comunidades de Valencia, Castilla-León y Madrid, cuyas grabaciones citan a Rajoy, Cospedal y Guindos, además existen pruebas y confesiones sobre la relación directa entre favores y comisiones. Todo con un lenguaje grosero e impropio de cargo alguno. Ahora, los nuevos voceros del “PP” dicen: estamos “abochornados”, “indignados” y “avergonzados”. ¡Qué pena! Pero Rajoy ha negado, hasta 20 veces, su comparecencia en el Congreso para explicar lo sucedido. Aguirre ha expulsado a uno. ¿Para eso reforman el Código Penal? Rajoy afirmó ayer: “eso es cosa del pasado”. Hipocresía pura y dura de un grupo sin ética.
La mayoría de asociaciones de jueces cargan la culpa de la actual situación al nuevo modelo del Poder Judicial que puso en marcha el “PP” en 2013. Reconocen que el presidente del TS y del CGPJ, ha impuesto su criterio para conseguir que haya un magistrado conservador al frente de todas las salas. Para la Sala Tercera, que se ocupa de los recursos contra el gobierno se ha nombrado al magistrado D. Luis Díez Picazo y como Secretaria de la Sala de Gobierno del TS a la compañera de Universidad de Rajoy, Asunción Mosquera, que conocerá una semana antes cualquier detención por corrupción y unos días antes tendrá acceso a las querellas. Últimamente dos magistrados propuestos por el "PP”, Concepción Espajel y Enrique López, juzgarán su contabilidad “B”, primera pieza separada del Gürtel. Sin duda ambos carecen de la necesaria apariencia de neutralidad para juzgar ese caso. Al menos hay que reconocer que intención de impunidad tienen.
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