Es posible que Rajoy represente en el “PP” la cumbre del poder de su partido en España. Esa mayoría absoluta en
ayuntamientos, diputaciones y autonomías, que coincide con una de las mayores
crisis de Europa y España, podría haber propiciado, con un más equitativo
reparto de cargas, una salida más justa y social, pero representa una mala
herencia por su falta de transparencia, injusticia, corrupción, nepotismo y
tener como objetivo único la eliminación a toda costa del contrario. Rajoy ha
batido el récord de legislar por decreto; dice que por la crisis. Socialmente
nos deja:
- Una enorme fractura social, con un tercio de
familias en situación de pobreza, a la vez que crece el número de ricos y los
beneficios de bancos y grandes empresas, sin que el crédito llegue aún
adecuadamente a ciudadanos y PYMES.
- Una importante pérdida de opciones de futuro por
los recortes y cambios en educación e investigación que apuntan a una
generación perdida.
- La contratación laboral, donde sólo el 6% es
fija y el 4% lo es a jornada completa. Ese ha sido el resultado de una reforma
laboral que maquilla los datos.
- Desconfianza en las instituciones por la
desaparición de la ética en la política, privatizaciones cargadas de intereses espurios,
puertas giratorias y fomento del amiguismo sectario que ha dañado la
independencia de los poderes del Estado.
- La insolvencia del sistema público de pensiones
para favorecer la privatización.
- Leyes injustas que han eliminado derechos y
libertades, sin motivo ni razón.
- Ataques a la cultura con el objetivo de eliminar
cualquier tipo de crítica...
Indudablemente
algunas cifras macroeconómicas han mejorado, así como el turismo. Pero para
muchos economistas la crisis no ha pasado y la mejora es aún inestable. Este apartado,
el orgullo de Rajoy, tampoco es una buena herencia. Veamos:
- La deuda pública ha subido el 42% durante su
mandato, más de 300.000 millones de €. y sigue aumentando y seguirá hasta el
fin del mandato.
- Se ha
debatido en el Parlamento el rescate a Grecia y no el rescate financiero de
España, que siempre se ha negado, por un importe de más de 40.000 millones de
€. que pagaremos todos los españoles. Su mandato tiene déficit democrático.
- El Presupuesto-programa del “PP” no es riguroso
ni justo: entre otras cosas, en la corrección del déficit público al 2,8%
adjudica a las autonomías el mayor esfuerzo, al impedirles que superen el 0,3%,
mientras el gobierno central se reserva llegar hasta el 2,5%. Por otra parte,
el crecimiento del 3% del PIB no tiene justificación, como tampoco que el bono
a 10 años se mantenga en el 1,4% y que el conjunto no supere el 2,2%.
Vaticinios que sirvan de base para la previsión de crecimiento del empleo del
mismo porcentaje, el ahorro de 5.000 millones de € en desempleo y de 2.500
millones de € en los intereses de la deuda. Previsiones que, de no cumplirse,
exigirán muchos más recortes al nuevo gobierno que salga de las próximas
generales. Todo para destruir al contrario cuando salgan del poder. España y su
futuro no interesan a esos viejos patriotas.
- Aumenta la depresión de la balanza exterior,
pese a la bajada del petróleo. Sin que aumente la importación de bienes de
equipo que indiquen mejora industrial.
- El Estado mantiene con las eléctricas una deuda de
33.000 millones de €.
El tiempo de Rajoy debe terminar en las próximas
elecciones. La historia le juzgará negativamente por no haber utilizado el
enorme potencial de la juventud y no hacer una distribución equitativa de
bienes y cargas. Ha bloqueado el dialogo, abusando del Decreto Ley, despreciando a las Cortes y engañando en sus
comparecencias.
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