domingo, 17 de abril de 2016

ALGO SE ESTA MOVIENDO

    La catarata de casos de corrupción de personas de "PP", que diariamente conocemos por los medios de comunicación, parecían haber entrado en fase de normalidad. Dejando claro, en las encuestas, la escasa importancia que esa falta de ética producía en sus votantes. Pero quizás la aparición de los "papeles de Panamá" pueda ser la gota que precipite el descontento y el hartazgo de muchos actuales votantes. La dimisión del ministro Soria y sus declaraciones acusando a la vicepresidenta del acoso mediático que ha tenido que sufrir, indican una división del Consejo de Ministros. No olvidemos que el ya exministro era de la línea dura y causante de la desastrosa política energética de los últimos años. No sería raro que su caída tuviera más consecuencias.
   El pasado viernes, El Confidencial digital apuntaba una serie de razones que se referían a la inseguridad del sistema informático elegido por Podemos para su consulta. Alegaba una serie de razones como la facilidad de los "trolls"; los problemas del censo; inseguridad a la hora de auditar los resultados... Haciéndose la siguiente pregunta: ¿Hay garantías de que esas 397.661 personas llamadas a votar sean reales? Es posible que esa situación produzca en Podemos una seria reflexión sobre la situación en que puede quedar si mantiene la consulta como excusa para eludir su responsabilidad en el desacuerdo con PSOE/C's. Es necesario evitar que los ciudadanos piensen que la aparente lucha de ideales no es más que el disfraz de la lucha de intereses de siempre.
   Es cada vez más urgente revertir lo que el gobierno de Rajoy está haciendo salvajemente, en especial el crecimiento de las desigualdades, para lo que hacen falta enfoques más sociales y ordenar la fiscalidad. Hay que ir en contra de una forma de crecimiento económico que, hasta ahora, aumenta las desigualdades. Debemos actuar de inmediato en la educación y la investigación como solución a medio plazo de las desigualdades. Tener en cuenta que la independencia de un territorio de manera tan amable como se propone, y, mucho menos, si ésta se realiza de manera unilateral, no es una solución. Por ese camino dejamos claro que la política es una defensa de intereses (los de cada partido) que se camufla como una lucha de ideales con referencias obsoletas. Sin duda los partidos tienen extraordinarias dificultades para construir un discurso nacional que sea creíble. Nadie puede entender que un "referéndum", imposible de cumplir en la situación actual, pueda paralizar los inmediatos problemas sociales y las leyes que tanto necesitamos para erradicar la corrupción, hacer más justa la representación política e iniciar el camino de la regeneración dentro de una Europa que puede y debe recuperar sus valores. Nunca tan poco paralizó tanta acción necesaria
   Por otra parte el rey, ante el vergonzoso fracaso de las negociaciones para formar Gobierno, hará otra ronda de consultas para saber de manera definitiva si se liquida la legislatura. 
    Esta última oportunidad no puede fallar. Las elecciones anticipadas van, indudablemente a dar un respiro al "PP" y pueden prolongar la situación. Para evitar esa prórroga merece renunciar a personalismos, a viejas figuras retóricas y entrar a negociar con la idea fija de no salir sin un acuerdo de verdad y con soluciones posibles.
    Por último reconocer como dice Fernando Rey en su artículo de El País (13 de abril de 2016) "Los intelectuales han huido de los partidos; ya sólo hay expertos en comunicación". Y añadiría que ese cambio evidente, posiblemente inducido por la nuevas tecnologías, hace más difícil el entendimiento. Pese a que resulte una extravagancia, es necesario un gobierno nuevo, aunque solo sea por incluir la filosofía en todos los planes de estudio y quitar la religión del "curriculum". ¡Viva la República!

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