domingo, 20 de noviembre de 2016

TIEMPOS DE ESPERA

   Quizás el título sea engañoso, pues puede dar a entender que son tiempos tranquilos. Nada más lejos de la realidad. Son, en este caso, tiempos de una actividad frenética, aunque no siempre transparente. Así, se observa que Rajoy sigue sacando sus asuntos adelante para consolidarse en el poder, nombrando cargos que le exoneren de su pasado y procurando el enfrentamiento de la oposición de izquierdas, a la vez que busca la alianza con el PNV y se prepara para seguir controlando la unidad del partido a su alrededor en el próximo Congreso. El PSOE intenta jugar con los tiempos para borrar el mal sabor del pasado 1 de octubre, a la vez que va eliminando a los contrarios a la gestora, siguiendo implacable con la hoja de ruta que marca Andalucía, con el viento a favor de los medios. Iglesias intenta mantenerse en la cúspide en una organización con geometría variable y Rivera quiere refrendar su posición interna y salir del cobijo que le ofrece el "PP". También es tiempo de espera en EE.UU y la UE. Repasemos.
   Rajoy, pese a sus esfuerzos, no ha podido evitar que España ocupe uno de los primeros puestos de Europa en corrupción política y que el 54% de los españoles consideren que el presidente del gobierno y los ministros son corruptos. Tampoco que sigan apareciendo nuevos casos, afianzando el carácter estructural de su corrupción. Empieza poco a poco a darse cuenta de que no tiene mayoría absoluta en el Congreso y que la UE duda de las cifras económicas que serán la base de los presupuestos para 2017, un próximo desafío en el que él es único responsable y no la oposición.
   El PSOE, en la línea ya apuntada, ahora da primacía a una singular disciplina, que consiste en utilizar los estatutos con intransigencia, aunque la razón política aconseje lo contrario. En nuestro caso, esta razón consiste en la traición a los votantes al dar el gobierno a Rajoy, cuando se ofertó el "no es no". Después, con claro cinismo, la gestora afirma que el duro proceso disciplinario se hace en beneficio de la unidad, aunque sea evidente que ha sido una purga para los cercanos a P. Sánchez. A la vez, empiezan a cuestionar las relaciones con el PSC, sin pensar que en el programa, aún vigente, se apuesta, para solucionar el problema catalán, por una gestión política basada en la reforma constitucional para salir de la judicialización del "PP", y en cuya solución le corresponde un papel fundamental al PSC. En esta situación cabe creer que alguien esté pensando en que sus 16.000 militantes no parecen dispuestos a votar lo que quiera la gestora. Como tampoco quiero creer que los ataques de estos días a Borrell nada tienen que ver con su posible candidatura. Sin unas primarias limpias, urgentes y transparentes, libre de viejos y obscenos trucos, no habrá unidad. La "gestora" es un órgano de transición que no debe redactar el programa definitivo, ni fomentar el candidato único. 
   Por otra parte, creo que Unidos/Podemos está dentro y fuera de un expresionismo impresionista. Claro, me refiero políticamente. Deben dejar el todo vale y madurar.
   Por su parte, la nueva situación de Cs le está dejando sin perfil político, pues Rajoy parece no oír sus insistentes propuestas sobre medidas anticorrupción. Espero que después de sus primarias, ahora con competencia interna, cambien y sean más incisivos.
   Las buenas noticias corren a cargo del acuerdo de Estado sobre "violencia de género" con reflejo presupuestario y también "la intención" de reformar la LOMCE. Por último, felicitar al PSE por su acuerdo de gobierno con el PNV.    
   Fuera, en EE.UU. la mayoría de las grandes ciudades (incluidas Washington y Nueva York), van a impedir la deportación de extranjeros; que unido a las continuas protestas, indica que no le va a ser fácil gobernar a Trump. En la UE se creará una directiva para prohibir recortes a las "energías renovables". Algo empieza a moverse.  

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