domingo, 12 de febrero de 2017

25 AÑOS DESPUÉS DEL TRATADO DE MAASTRICHT

    El Tratado por el que se crea la Unión Europea (UE), fue firmado en Maastricht (Holanda) el 7 de febrero de 1992, aunque entraría en vigor el 1 de noviembre de 1993. El Tratado intenta responder a cinco objetivos: reforzar la legitimidad democrática de las instituciones; mejorar su eficacia; instauración de una unión económica y monetaria; desarrollo de la dimensión social de la Comunidad, e institucionalizar una política exterior y de seguridad común. Fue firmado por los doce países pertenecientes al anterior Mercado Común, entre los que se encontraba España (entró en 1986 con Felipe González). La llamada unión económica y monetaria incluía el "Pacto de Estabilidad y Crecimiento" (PEC), que establecía el tope del 3% del déficit anual, y una Deuda Pública total no superior al 60%. En la última fase de la Unión Económica y Monetaria, se concedieron a Dinamarca y Reino Unido cláusulas especiales de participación.
    Existen varias modificaciones al Tratado: Ámsterdam (1997); Niza (2001); Lisboa (2007); Tratado de admisión de Austria, Finlandia y Suecia (1994); Tratado de adhesión de Chipre, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Eslovenia; Tratado de adhesión de Bulgaria y Rumanía. Hasta llegar a un total de 27. Aclarando que los últimos 12 no cumplían los requisitos. 
    Después de 25 años de la firma del Tratado el resultado es poco halagüeño:
  -Según datos del Eurostat, sólo dos de sus socios fundadores han cumplido escrupulosamente con el PEC; se trata de Luxemburgo y Finlandia. En el polo opuesto está Italia que acumula 19 vulneraciones, sobre todo en lo que a deuda pública se refiere. Le siguen en ese ranking Alemania y Austria con 15 incumplimientos y, a continuación, van Francia y Bélgica, con 14. Todos referidos antes del año 2010.
 -En la unión bancaria, fundamental de la unión económica y monetaria (UEM) y del mercado interior, ya que asigna la responsabilidad relativa a la supervisión, se han dado pasos, pero sin llegar a la definitiva integración.
 -Los paraísos fiscales conforman un elevado número de territorios - 44 en total - que, o bien se vinculan desde un punto de vista jurisdiccional a un Estado soberano, o bien lo son por sí mismos. Aplican regímenes de exenciones y reducciones fiscales y de opacidad informativa. Su eliminación se ha pospuesto indefinidamente pese al acuerdo del Parlamento.
 -La política común de seguridad y defensa (PCSD) está paralizada pese a que ofrece un marco para esas estructuras dentro de la Unión y para las operaciones militares y civiles realizadas fuera, y a que el Tratado de Lisboa ofrece cobertura jurídica en los aspectos institucionales.
   Por último, la UE no ha evolucionado en democratizar y dar el poder de decisión a las instituciones elegidas. Alemania, a veces de acuerdo con Francia, ha sustituido frecuentemente a las instituciones, y los intereses de la UE han sido sustituidos por los nacionales. Las políticas económicas, enormemente restrictivas, han sido prioritarias en detrimento de los aspectos sociales, favoreciendo la brecha social. Se ha creado una burocracia cara e ineficaz, donde los "lobbies" son los órganos principales de consulta...
   La irrupción del fenómeno Trump puede colaborar en la destrucción de la UE. Aunque como ya ocurrió en España con Tejero, la falta de estética y de formas pudieron servir para fortalecer la democracia. Pudiera ocurrir que, pese a como se le vea en EE.UU., ya que en Europa es visto como un hombre machista, sin modales e indigno de dar la mano a la reina Isabel II, se produjera un cambio inesperado y positivo. En España, además, tendremos que superar la vergüenza de la charla telefónica con Rajoy.

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