domingo, 5 de febrero de 2017

TRUMP Y EL RESURGIR DEL IDEARIO FASCISTA

    Los historiadores atribuyen el triunfo de Hitler a la humillación y la frustración que creó el "Tratado de Versalles" en el orgullo del pueblo alemán. Unos sentimientos que fueron acumulándose hasta que Hitler les dio cauce con su "nacional/fascismo". Ahora esos primeros brotes han empezado a verse en Europa, motivados por las políticas neoliberales pactadas con las socialdemocracias y la ausencia de otras alternativas por la izquierda. En EE.UU., un espacio muy distinto, nunca sospecharon que el país del "sueño americano", estuviera tan lleno de sueños rotos. Trump ha sido en esta ocasión el catalizador de esa nueva frustración para poner en vigor y normalizar una ideología de corte fascista, aunque con características que le son propias. Su escasa formación política, al manejar la Casa Blanca como si fuera una de sus empresas, así lo atestiguan. La situación no es buena para nadie, pero debido al auge de la derecha xenófoba en algunos países europeos, la UE se puede estar jugando su existencia.
    La campaña y los primeros comportamientos de Trump han puesto en pie y ganado adeptos a las diversas versiones del Ku Klux Klan, especialmente presentes en los estados que le dieron el triunfo; al movimiento "Neo Nazi" y al "antiinmigrante", surgido con fuerza en Arizona; como también al conocido como los "Minutemen" que intentan frenar el flujo de emigrantes mexicanos. Se ha vuelto a oír el prohibido lema: "White Anglo-Saxon Protestant" (el auténtico americano debe ser "blanco, anglosajón y protestante"), usado por estadounidenses xenófobos, descendientes de británicos, con un gran poder social y económico. También a trabajadores y parados blancos, negros y latinos que creyeron, por distintas causas, que serían redimidos. Esa mezcla puede construir, por acción u omisión, un nuevo fascismo en EE.UU., exportable a la UE.
    Entre las primeras medidas, muy destacadas como xenófobas, mencionamos: la construcción de la valla en la frontera mexicana y la negación de la entrada al país a los nacidos en siete naciones musulmanas. En esta última destacamos la oposición de la Fiscal General, apoyada por 16 fiscales de otros tantos estados. Pese a ello, la fulminó de su cargo, llamándola traidora, simplemente por no obedecerle. Lo último ha sido que un juez federal la ha suspendido por inconstitucional, paralizando su aplicación, aunque ha sido recurrida. Destaquemos que detrás de esa medida contra parte del mundo árabe, parecen subyacer intereses bastardos. Es evidente que va a tener muchas dificultades legales y políticas para hacer lo que quiere, pero no debemos confiarnos. 
    Es necesario reconocer que en EE.UU. los ciudadanos han reaccionado, incluso antes de la toma de posesión, destacando las de mujeres contra su machismo. Como había prometido, Obama ha cumplido su compromiso ante el ataque que esas medidas suponían para los valores americanos y grandes empresas americanas se han opuesto a las medidas; algunas incluso se han comprometido a contratar a miles de trabajadores procedentes de los siete países que tienen el acceso prohibido. Las recientes encuestas indican que las últimas medidas son rechazadas por el 53% de los consultados.
    En la UE el presidente del Consejo, Tusk, animó a ponerse en pie por la "dignidad" de una Europa unida; la Eurocámara ha rechazado al embajador propuesto por Trump; el ministro de Exteriores y de Cooperación del Consejo, Alfonso Dastis, ha abierto la posibilidad de que se convoque una reunión extraordinaria de países iberoamericanos en apoyo de México frente a las políticas de Trump en caso de que México lo pida. En España, Rajoy llamó a Peña Nieto expresando su solidaridad. En la última reunión de Malta, Europa ha dado un paso atrás. No debe olvidar que su situación es peor, pues el nacionalismo y la xenofobia los tenemos dentro. 

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