La proximidad de las primarias para la elección del Secretario General del PSOE está creando una tensión nerviosa que podemos calificar de impropia. Es indudable que esta tensión ha venido creciendo desde el 1 de octubre, ante la posición de una gestora que nace sin vocación de neutralidad. Hace unos días leíamos la noticia de que su presidente confesaba que estaba "nerviosísimo" ante el avance de Sánchez, una actitud que hace compatible con la exigencia de neutralidad a Iceta (PSC). La ética en los trámites internos es necesaria si queremos trasmitir credibilidad al otro.
Últimamente el nerviosismo ha llegado al máximo, pues algunos dirigentes llaman "rojo" a Sánchez en tono peyorativo. A los socialistas, hasta ahora, nos lo decían eso los "azules" o en la Guerra Civil los "fachas". Esta misma terminología se está usando también por el "PP" para desprestigiar a Sánchez en las instituciones y medios de comunicación que controlan. La actual gestora que ha retrasado enormemente e inexplicablemente los tiempos e incluso ha discriminado hasta en el pago del gasto de los actos políticos, debe saber que para que las primarias no se transformen en la prolongación del 1 de octubre debemos tratarnos con respeto, pues dentro de unos meses, todos debemos colaborar con un solo líder y un solo proyecto. No lo olvidemos.
Debemos reconocer que el sacrificio que pidió la gestora al PSOE, sus amenazas y sus multas, no ha cambiado de manera visible la vida de los españoles. Más al contrario, el "PP" está tomando decisiones nuevas para facilitar la impunidad en sus muchas corrupciones. Citaré, por ser recientes: que el fiscal general ha relevado a los titulares de dos fiscalías clave, Anticorrupción y la de la Audiencia Nacional, además al fiscal general de la región de Murcia, quien impulsó la investigación del presidente regional, Pedro Antonio Sánchez. El fiscal sustituido en Murcia ha afirmado haber recibido intimidaciones y coacciones y que a los fiscales anticorrupción se les aplica métodos tipo mafia de los años 20, sintiéndose desprotegidos. Como dice "El Roto", la justicia es igual para todos, las sentencias no. El mismo día, en el Parlamento de Galicia con la abstención del PSOE, se impidió la formación de una comisión que investigara las responsabilidades en el accidente ferroviario de Santiago de Compostela. En estas fechas también se han producido los chanchullos para la continuidad de la central nuclear de Garoña por la empresa que conforman Iberdrola y Endesa, con la única oposición de Cristina Narbona. Ante esto y más, no puedo impedir la sensación de que nos equivocamos con dar el gobierno a Rajoy y que es necesario un cambio.
Esta semana Pedro Sánchez ha sacado su programa político. En la presentación, reconoció un cambio importante en su visión de las políticas que España necesita en función de sus experiencias, de sus silencios y de las variadas conversaciones mantenidas. En el programa se aprecia un evidente giro a la izquierda, habiendo elegido el liberalismo como el gran rival ideológico del PSOE. Un giro que se ajusta al ya realizado y probado con éxito en la socialdemocracia portuguesa y que también han elegido las socialdemocracias de Inglaterra, Alemania y Francia. Además, razona, desde los planos económico y social, el camino hacia una renta básica universal y establece la reforma de la Constitución sobre la base de un Estado Plurinacional, similar a la propuesta aprobada en el Congreso Federal de Granada. Contrastar que el PSOE que propone no tiene los mismos principios, ni el mismo universo, ni la misma filosofía de acción política de Unidos/Podemos. Se han adherido y colaborado: José Borrell, Cristina Narbona, José Félix Tezanos, Manuel Escudero, Odón Elorza, Margarita Robles..., que dan credibilidad y abren, con Pedro Sánchez, un camino a la esperanza.
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