domingo, 5 de marzo de 2017

DEBILIDADES DE NUESTRA DEMOCRACIA

    Ya es parte de la historia que la "Transición" española admiró al mundo. Nadie esperaba que un pueblo tan complejo como el español, después de una dictadura de 36 años, que nació de una cruenta guerra civil y que incluyó una represalia con más de 110.000 muertos, pudiera salir de manera pactada con tanta resolución y tanto éxito. Olvidamos que las leyes y pautas de ese periodo de prosperidad no podrían ser eternas y debieron facilitar su adaptación, para evitar, como así ha sido, que lo conseguido representara la mayor dificultad para seguir avanzando. El tiempo de alto riesgo para la democracia, con atentados terroristas y golpes de Estado, encontraron en el 23F primero y en la UE después una solución que parecía definitiva, pero que resultó temporal. Hoy Bruselas reconoce el fracaso de la UE ante la peor crisis global de la posguerra. 
    Nuestra actual realidad es que han quedado obsoletas la Constitución, la Ley Electoral, el funcionamiento y las funciones de las dos cámaras; que es necesaria una ley de partidos e infinidad de otras leyes que adecuen las instituciones, la información institucional y la transparencia que obliguen a utilizar honradamente el dinero público. En definitiva, una serie de cambios mucho más difíciles de llevar adelante que antaño, pues el tiempo ha denostado las actuaciones políticas, hasta el punto de que "lo público" se ha transformado, de manera irreconocible, en un manantial inagotable de beneficios privados, donde brillan los populismos, los nacionalismos y toda suerte de "ismos" que buscan el engaño en el discurso y dan via libre a la avaricia. Demos un ligero repaso a las últimas conductas, al funcionamiento de los poderes y algunos aspectos sociales para entender y confirmar lo expuesto.
    En cuanto a las últimas conductas, comenzamos por destacar que la estructura criminal creada, principalmente desde el "PP", con la corrupción, ha formado una atmósfera propicia a los abusos de toda índole. Citaremos únicamente algunas noticias de esta última semana: después de la dura crítica de todos los grupos por la designación del "PP" a Fernández de Mesa consejero de "Red eléctrica", usando su cupo, a los pocos días la gestora del PSOE, nombra a Alberto Carbajo como consejero, en la misma empresa y por el mismo concepto; en el nombramiento de jueces para el TC, el "PP" y la gestora del "PSOE se reparten los cuatro nuevos magistrado, el "PP" prolonga su mayoría en el alto tribunal, con total opacidad en la negociación; el gobierno firma compromisos que incumple y luego su portavoz dice que lo firmado no pensaban cumplirlo; el exjefe de la 'policía política' del "PP" (Director Adjunto de Operaciones) reconoció que informó a la Justicia, durante años, a partir de "rumores e intuiciones". 
    En cuanto a los tres poderes que defendiera "Montequieu" se observa que, aunque los escaños, tanto del Congreso como del Senado, pertenecen a la persona que los ocupa, realmente su voto pertenece al partido, quien puede imponerle castigos o eliminarle de las listas siguientes. Si a eso añadimos la politización de los nombramientos de los miembros del Tribunal Supremo, del Tribunal Constitucional, del Consejo General del Poder Judicial y del Fiscal General del Estado. Realmente el Gobierno puede controlar los tres poderes, especialmente si tiene mayoría absoluta.
    En cuanto a los aspectos sociales: tenemos una juventud preparada que tiene que salir fuera para trabajar; la escolarización actual es de las menores de la UE; nuestro gran crecimiento del PIB sirve para aumentar la brecha social; el futuro de las pensiones no está asegurado y encontrar trabajo no garantiza salir de la situación de pobreza. En resumen, el Estado de Bienestar está muy grave y necesita urgentemente otras políticas. 

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