domingo, 7 de mayo de 2017

AHORA, A VOTAR EN LIBERTAD

   El pasado viernes comenzó la campaña para elegir al próximo secretario general del PSOE, que tendrá una enorme tarea por delante, pues deberá dedicar mucho tiempo y buena voluntad para conseguir la unidad del partido, respetando las distintas sensibilidades que normalmente surgen y que enriquecen nuestra tradición socialista. Es indudable que la tarea de la gestora, nacida de la división del 1 de octubre, ha sido parcial, inexplicablemente larga en su mandato, unilateralmente autoritaria y torpe (quizás por ello Sánchez ha ganado en Asturias). Esta fase de los avales ha terminado y parece que P. Sánchez sigue vivo y que Susana, que razonaba sobre el máximo de 41.338 firmas que consiguió Pedro en las pasadas primarias, con su apoyo, han aumentado de manera inexplicable, impidiéndola proclamarse ganadora como esperaba. Este nuevo tiempo tiene otras características que cambian completamente el panorama.
   En primer lugar, los avales son más coercitivos y permiten a los "aparatos", principales valedores de Susana, ejercer más presión, al poder utilizar con mayor eficacia el sistema clientelar actual. Podemos afirmar que el anonimato que permite el voto en democracia, facilita la libertad de elección, lo que no permite el aval: así los 59.390 de Susana no está claro que se vayan a convertir en votantes, mientras que los 53.117 de Sánchez sí se pueden contabilizar como votos directos. Sánchez tan sólo tiene 6.273 firmas menos que Díaz. Todo parece apuntar que con esos números el ex secretario general ganará porque tiene más voto oculto que la andaluza y que los avales de Díaz son su "techo electoral" por tratarse de "voto cautivo", perdiendo su condición de favorita. Lo que debe suponer que va a aumentar el número de votantes, circunstancia que puede favorecer a Pedro. Destacamos el caso de Cataluña con sus pocos avales.
   Estas dos semanas de campaña electoral deben ser eminentemente "didácticas" para explicar los contenidos programáticos de cada una de las dos opciones mayores, así como su justificación. Sin ataques personales. Sabemos, por sus intervenciones y la escenografía de su presentación que Susana representa el continuismo, expresado en su repetida frase "somos el socialismo de siempre", una actitud que gusta a la derecha. Pedro, por el contrario, está por una nuevo socialismo de "izquierdas", basado en la regeneración democrática y la apertura a la sociedad para construir esa nueva socialdemocracia. Propone un nuevo modelo de partido basado en cinco ideas fuerza: primarias y más democracia interna, funcionamiento transparente con rendición de cuentas, comportamiento ético de los socialistas frente a la corrupción, fortalecimiento y conexión social de las agrupaciones socialistas y un liderazgo integrador y compartido basado en la lealtad. Más allá de los enunciados lo importante es su desarrollo. Ese es su compromiso. Lo ocurrido en la socialdemocracia europea en las últimas elecciones avalan claramente este cambio de rumbo.
   Pedro Sánchez, antes del conocimiento definitivo de los resultados, ha ofrecido su integración a Patxi López, con resultado negativo. Muchos de los enemigos de Pedro han visto el gesto como una oferta que expresa su debilidad. Sin duda, Sánchez tiene enormes enemigos en algunos medios de comunicación, gobierno y afines. Enemigos ideológicos que clarifican y animan a los que deseamos el cambio. Esperemos que Patxi recapacite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario