domingo, 24 de mayo de 2020

EL ODIO SIGUE MARCANDO LA POLÍTICA DE CASADO

Desgraciadamente para España, el odio sigue marcando los pasos de la estrategia política de Casado. Útilmente ha marcado dos consignas difíciles de digerir por la gente razonable: "El Presidente Sánchez odia a Madrid" Y la otra, "el PSOE busca votos, liberando presos de ETA". Todo indica que nos estamos acercando ya a que acuse al Presidente del Gobierno de la muerte de Manolete. De la primera debió quedar zanjado después de que se comunicaran por escrito las razones técnicas por las que Madrid no podía entrar en la primera fase, razones apoyadas incluso por el presidente del Colegio de Médicos, que  aconsejó que las prisas en estos casos no eran buenas.
La llamada revolución de los ricos, más bien conspiración, que parece ser que es la ultima estrategia de Casado, ha consistido en utilizar caceroladas en las manifestaciones de los barrios más ricos de Madrid, a la vez que anulaban los aplausos que, de manera espontanea, se daban en toda España como reconocimiento a la inmensa tarea y sacrificios realizados por las personas que trabajan por la salud de todos. Lo curioso es que cuando se lo dijeron a Díaz Ayuso, respondió: "Esperen a que la gente salga a la calle, que Núñez de Balboa les va a parecer una broma". Sin duda la respuesta indicaba que conocía el plan de futuro y que lo apoyaba. Es necesario constatar que todo apunta a que Aznar marca, desde el principio, la estrategia del PP de Casado a través de FAES, la fundación que Casado reintegró en el "PP". Como propició la unidad de acción con Vox. 
Quizás por ser considerado como autor intelectual de algunas de las maldades de Casado, conviene echar una mirada hacia atrás para conocer algunas de sus acciones políticas más notables de su pasado: Se dio a conocer mundialmente como Presidente del Gobierno por figurar en la foto de las Azores junto a George Bush, presidente de EE.UU, y Tony Blair, presidente del Reino Unido, que fraguaron una serie de mentiras sobre las armas de destrucción masiva que poseía Irak, bajo la presidencia de Sadam Husein. La guerra injusta contra Irak costó muchos cientos de miles de muertos y el conflicto sigue. La mañana del 11 de marzo de 2004 explotaron 10 bombas en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo. Fue el mayor atentado de la historia de España. El Gobierno de Aznar, en elecciones, lo tiene claro: ha sido ETA, pese a que en la furgoneta de los asesinos se encontraron escritos en árabe y otras pruebas evidentes, como así lo confirmaría el Juez Bermúdez. Pese a todo perdió las elecciones. Más recientemente, en pleno confinamiento de la pandemia, viajó de vacaciones a Marbella, siendo censurado, hasta por el New York Times, por su falta de sensibilidad. Otra revista de EE.UU., Foreign Policy, le considera uno de los cinco expresidentes peores del mundo... Este  es el ideólogo del nuevo "PP" de Casado.
Por último, no podemos caer de nuevo en el error histórico de la división de la izquierda. Los últimos debates para la prórroga del Estado de Alarma han mezclado, sin saber cómo, la investidura y la alarma. Un error que ha cometido básicamente ERC, que ha confundido un voto que marcaba una forma de hacer política de futuro con otra cosa, que después del informe de la Abogacía del Estado marcaba la una única formal perjudicar a todos. El reto político final deberá ser la aprobación de unos Presupuestos enormemente decisivos para poder hacer una auténtica política de izquierdas. Hay que reconstruir el Estado de Bienestar, fomentar la cultura, la igualdad de oportunidades, el medio ambiente..., una política progresista como ya se hace en Portugal. Ahora se añade un chapucero pacto entre PSOE, UP y Bildu. No puede eliminarse así el diálogo con empresarios y sindicatos. En el peor momento, la coalición está en grave riesgo.

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