domingo, 10 de mayo de 2020

EL SINGULAR PLENO DE RENOVACIÓN DEL ESTADO DE ALARMA

     El último pleno del Congreso celebrado el pasado 6 de mayo, que debió pasar sin pena ni gloria, debido a la necesaria unidad del momento, presentó desde su inicio una serie de singularidades. Unos días antes de su celebración, Pablo Casado consiguió centrar la atención de todos sobre la importancia de su voto, pues sus dudas sobre si votarían abstención o en contra crearon un ambiente de incertidumbre que puso a trabajar al gobierno para conseguir  pactos que permitieran pasar un tan necesario trance. Las negociaciones, casi sin tiempo, consiguieron el objetivo marcado. En el pleno, el discurso de Casado recordó sus peores tiempos, pues se notaba la presión ejercida  por su entorno, pronunciando un discurso, como siempre, cargado de mentiras e insultos, absolutamente fuera de lugar. Resultó impropio y chabacano, hasta el punto de que entró como protagonista y salió sin brillo, pero fuera de este personaje que ya acostumbra a desacreditar la política en general y no sólo a su partido.
     No digo que el actual Gobierno no haya cometido errores, quizás las negociaciones de última hora debieron hacerse antes, incluso con las autonomías. Seguro que sí, como también ha tenido indudables aciertos. Pero lo que es evidente es que las posiciones de Vox y el PP no sólo no aportan nada beneficioso, sino que, además, usurpan al debate un valioso espacio desde el que realizar críticas y aportaciones constructivas destinadas a enriquecer la acción del Gobierno y profundizar en ella. Pero en este Pleno, además, se produjo un importante cambio en los apoyos, que no se sabe hasta qué punto podrán o no consolidarse. Es indudable que Cs volvió a ocupar un espacio de partido liberal que nunca debió abandonar creando absurdas líneas rojas, que nunca entendieron sus votantes, además avisó que no apoyará una quinta prolongación del Estado de Alarma, aunque el pasado viernes, ante el cumplimiento del Gobierno de los primeros compromisos dijo que podría votar a favor de la siguiente prórroga del Estado de Alarma... Por otro lado el negativo voto de ERC pone en tela de juicio otras negociaciones, ya aparentemente abandonadas. Fue un logro la recuperación del PNV. Sin duda se han visto nuevas alianzas que habrá que tantear, pues en la actual situación de minoría, el diálogo debe ser continuo. Calvo ha dicho que el Gobierno no ha cambiado de alianzas y sigue buscando un encaje de Cataluña en la Constitución.
      Durante el confinamiento no han faltado en los buzones de nuestras terminales móviles, mensajes ajustados a estrategias fascistas, que lo único que han hecho es añadir incertidumbre a la ansiedad del confinamiento. Una intoxicación preocupante que habría que cortar. Los colectivos sanitarios parece que han denunciado estos comportamientos que perjudican y obstaculizan la salida de la pandemia.
     Pero el coronavirus también ha dejado al descubierto la situación de las autonomías y la necesidad de marcar de manera más nítida sus competencias, pues ahora no solo compiten entre sí, sino que también compiten con el Gobierno. El pleno estuvo cuajado de estas protestas, algunas razonables, pero otras fuera de cualquier contexto de una necesaria colaboración, especialmente en asuntos que afectan a toda la nación. Sin duda al título VIII le sigue faltando una mayor definición.
     Ahora, después de las más variadas reflexiones, el Ministerio de Sanidad ve viables la mayoría de propuestas de las autonomías para entrar en fase 1, pero también que tendrá que frenar algunas, lo que puede suponer una nueva confrontación.
     La dimisión de la directora de Salud Pública agrava la crisis en el Gobierno de Ayuso, partido por la mitad, ensanchando la brecha con Cs. Madrid queda como la única comunidad que no avanza en ningún territorio. Será nueva munición para Casado. 

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