domingo, 12 de julio de 2020

LAS DERECHAS NO DISTINGUEN LO SUPERFLUO DE LO IMPORTANTE

     Desde la moción de censura que dio a P. Sánchez la Presidencia del Gobierno, la derecha inició una crítica ofensiva y ajena a la realidad, deslegitimando y declarando ilegal su llegada al poder. Nunca quisieron reconocer que en todo momento se estuvo de acuerdo con la Constitución y que el mandato de Sánchez era absolutamente legítimo y legal. Sabían que no podían ponerlo en manos de la justicia. La derecha siempre ha creído que  gobernar era una tarea política exclusiva de ellos. Como si fuera un mandato divino y no una elección popular. Ni ahora reconocen que todas las elecciones a las que se han presentado han sido victorias para el PSOE de Sánchez y derrotas para el "PP" de Casado. Ya en este tiempo y con motivo de la movilización independentista de Cataluña, se adjudicaron en exclusiva los títulos de patriotas y constitucionalistas. Así empezaron a llamar traidor y anticonstitucionalista al Presidente del Gobierno. Los acontecimientos posteriores han demostrado, precisamente, lo contrario.
     Una vez que tuvieron que asumir el triunfo, iniciaron una oposición, basada en ataques personales contra el Presidente, cargados de insultos personales, mentiras y bulos. Citamos como modelo el acto de la Plaza de Colón. Un discurso que incorporaron al debate político del Congreso y Senado, transformando el centro de la democracia en un ejercicio de tiro contra el gobierno, desvirtuando la imagen de los debates, matando la verdad, imprescindible en toda democracia y prescindiendo de cualquier tipo de estética y ética en el discurso. Han hecho del Parlamento un espectáculo indigno.
     La llegada del coronavirus fue visto, no como una desgracia, a la que deben aportar soluciones para amortiguar su daño. Todo lo contrario, lo usaron como una nueva arma contra el gobierno, culpándole de los muertos e incluso de ocultar su número. A la vez que el "PP" de Casado, con poder en una buna parte de las autonomías, ocultaba y fomentaba sus fallos, como si no tuvieran responsabilidad alguna en sanidad. Cuando la UE empieza a tener consciencia del problema y abre a una serie de países, los más afectados por la crisis económica, ayudas para salir de ella, el "PP" de Casado hace una campaña en la UE para impedir que España pueda utilizarlas. Han llegado a decir que nuestro país no es un Estado de Derecho e incluso han hecho campaña a favor de  los países contrarios a nuestra postura  y a no votar a Nadia Calviño, dejando claro que no les interesa España ni los españoles. Únicamente tomar el poder.
     Ahora sigue el odio, al que hay que añadir el miedo al fracaso en las actuales elecciones, lo que les lleva a mantener bulos, mentiras e insultos, además, ya no distinguen lo importante de lo superfluo. Durante el confinamiento, el discurso contra el Gobierno fue ocupado por el luto. No es que el Gobierno negara el luto, sino que consideró, así lo dijo, que no era momento de detenerse. Este pasado lunes, las derechas han reprochado a P. Sánchez que no estuvo presente en el funeral que se celebró en la catedral de la Almudena. Sabían con anticipación que empezaba la gira en la que se vería con varios líderes europeos para acordar la cantidad y la forma de reparto del fondo de recuperación de la UE. El futuro económico de nuestro país depende, en buena medida, del resultado de esos encuentros. Ante esta oposición, el Gobierno ha optado por la colaboración público-privada y el diálogo social, con buenos resultados. Ahora que Nadia Calviño no ha sido elegida presidenta del Eurogrupo, hay que dar la enhorabuena a la oposición de derechas, pues han actuado ante la UE como auténticos enemigos de España.

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