Weber distingue otra forma de conducta en política, distinta a la que hoy se practica en España, que denomina la ética de la responsabilidad. Se refiere a una manera de ejercer la política que no descargue en el otro las consecuencias imprevisibles de sus actos, sino que asume que ese otro no es perfecto, que es un ser humano con necesidades, temores y angustias, que muchas veces son vitales. Lo que se llama tener empatía, una virtud imprescindible en la democracia para la solución de los problemas a través del diálogo. Distinguiéndola de la ética del dogma, donde la ideológica es un dogma que lo soluciona todo. Pero en la derecha, a los que solo interesa el poder, ha aparecido otro virus, no menos peligroso, me refiero al odio que lo trastoca e irracionaliza todo, creando continuas incompatibilidades y líneas rojas.
Vox ha ideado una moción de censura que, aunque sabe que no ganará, le permitirá estar en el candelero unos días, promover manifestaciones y ganar algún voto.
Por su parte el "PP" de Casado, que ocupa el importante papel de líder de la oposición, se limita a culpar al Gobierno de todo, diciendo una cosa y al poco tiempo la contraria, sin pudor alguno: primero dijeron que Sánchez tardaba en confinar, luego que confinaba demasiado y votó contra el Estado de Alarma. Después decían que la desescalada era lenta y no dejaba libertad a las autonomías, luego que las dejaba hacer. Más tarde que intervenía mucho, luego que las había abandonado, hoy que vuelve a intervenir de más. Pero, eso sí, todo esto el PP lo hace por vuestra salud. Realmente no ha dado ninguna solución y las autonomías las utiliza para atacar al gobierno, el modelo Madrid. Hasta el Gobierno de Castilla y León, del PP con Ciudadanos, rompe el discurso de Ayuso y Casado. Además, Feijóo se salta a Casado, en medio de la tensión con el Gobierno y envía a Pedro Sánchez una “propuesta” para reformar la sanidad durante la pandemia. Incluso Aznar y la FAES cuestionan el liderazgo de Casado en el PP...
El patriota Casado aplica ahora el viejo lema "cuanto peor mejor", utiliza sus afines en la UE, generando la desconfianza en la gestión de los 140.000 millones que espera España. Lo hace, además, en pleno proceso de negociación del reglamento.
Mientras el pueblo sufre la pandemia y otras enfermedades que no pueden atenderse y carencias económicas muy graves, en la derecha española se imponen los insultos, los bulos, las mociones de censura y las apelaciones a la patria, a la bandera, a la Constitución y que el Gobierno tiene la culpa de todo... Demasiado simple.
Como contraste y en positivo, el pasado miércoles, el Presidente del Gobierno presentó el Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia de la economía española, destacando el empleo de 72.000 millones del plan de recuperación en los próximos tres años y prevé crear 800.000 empleos. De los 140.000 millones que España recibirá de la UE para ejecutar en el periodo 2021-2026, ha anunciado que la mitad irán al primer periodo. De hecho, en los próximos presupuestos ya se han incluido 27.000 millones de euros. El grueso estará destinado a la inversión verde (37%), porcentaje mínimo que exige la UE, y el 33% a la transición digital ( la recomendación de Bruselas, fija el mínimo en el 20%). "España va a avanzar, pero lo hará con más fuerza y sin dejar a nadie atrás si movilizamos todas las energías nacionales". Todo ello lo dijo en presencia de diplomáticos, empresarios y sindicatos, reclamando, de nuevo, a la oposición que reme junto al Gobierno para la recuperación del país. "Nunca, al menos desde los tiempos de la transición, nuestro país ha necesitado tanto la unidad, cooperación y lealtad institucional de las fuerzas parlamentarias".
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