Sobre Madrid, destacar únicamente que el pasado 4 de abril escribía: "El principal atractivo de la candidata del PP es su voluntad y tesón para atacar a Pedro Sánchez y su gobierno. Ese es su factor crítico para la campaña, lo que explica que tenga poco interés en los debates, una lógica que la conducirá a realizar pocos y solo en Telemadrid, su feudo, preferiblemente lejos de la fecha electoral". La realidad ha sido que estos días se ha negado a participar con todos en un debate, negativa que ha contado con la crítica de Vox, su principal aliado. La negativa se ha mantenido hasta ahora, pese a que los participantes transigen en que el debate sea en Telemadrid. Está claro que retrasará el debate todo lo que pueda. También se equivoca el Presidente Sánchez al actuar como si fuera su oponente. Espero que cuando comience la campaña, el día 18, corrija las listas, rectifique su falsa declaración de bienes y este panorama cambie.
Por otra parte, el 14 de abril de 1931 las calles de pueblos y ciudades celebraban con inmensa alegría la proclamación de la Segunda República. El pueblo español vivió el mayor intento reformista en la historia de España. Un tiempo que conoció el auge de la cultura, como el mejor instrumento social de cambio, logrando la dignificación del trabajador y la generalización de la educación y los derechos de la mujer, que encontraron la oposición radical de las fuerzas reaccionarias del país. Fue el tiempo del sistema libre de enseñanza, que daría infinidad de personajes en las letras, las ciencias y las artes. Ese paso dejó muchos y magníficos edificios escolares en todo el territorio. A ese tiempo corresponde el Instituto nº1 de Albacete, un magnífico edificio inaugurado por Marcelino Domingo. Pero ese despertar de nuestro pueblo tuvo grandes enemigos a los que no gustaba la democracia y dieron un Golpe de Estado, que nos metió en el franquismo, del que aún quedan importantes secuelas. Gracias al Gobierno socialista se sacó el cadáver de Franco de Cuelgamuros. Ahora ha pedido al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) la licencia de obras para poder iniciar los trabajos de exhumación de los restos de víctimas del franquismo del Valle de los Caídos.
Otro de esos restos, es la Ley de Secretos Oficiales, una norma promulgada por el dictador Francisco Franco hace 53 años, que sigue pendiente en el Congreso. Han pasado ya cinco años desde que la Cámara Baja admitiera a trámite el primer intento del PNV para levantar el secreto de los documentos clasificados en un plazo de 25 años y de diez en el caso de las materias reservadas. Por otro lado, el anuncio del Gobierno de presentar su propia propuesta de reforma, podría dilatar aún más en el tiempo este reclamo. Esa ley sigue impidiendo a los medios de comunicación e historiadores el conocimiento del tiempo del franquismo para que, conociéndolo, no se vuelva a repetir. Lo curioso es que la fundación Francisco Franco, financiada con dinero público, dispone a su antojo de buena parte de esos documentos. Sin duda queda mucho por hacer. Está es una reivindicación que, como ya hemos dicho, arrojaría luz sobre sucesos que aún están vetados a la opinión pública y cuyo conocimiento ayudaría a entender mejor los actuales acontecimientos y los peligros que representan los extremismos anti-demócratas, capaces de traer una nueva involución.
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