domingo, 24 de junio de 2012

SR. PRESIDENTE: GOBIERNE CON Y PARA TODOS


     La forma con la que comenzó a ejercer el gobierno y el manejo de los tiempos políticos, dan la impresión de que es de los que cree que dejando pudrirse los problemas terminarán por solucionarse sin necesidad de contar con alguien: el primer mes consideró que debería desaparecer y, salvo alguna comunicación con la prensa sin permitir preguntas, delegó todas sus responsabilidades en la vicepresidencia; con esta actitud, molestó a la prensa y a buena parte de españoles que esperábamos soluciones con la urgencia que había prometido. La soberbia le jugó una mala pasada. Más adelante, durante los siguientes dos meses, no quiso desvelar el conjunto de los recortes presupuestarios, con el objetivo partidista de gobernar en Andalucía. Este retraso en tomar decisiones necesarias costó al conjunto del país un aumento del déficit  del 1,83% del PIB (unos 15.000 millones de €), lo que obligó, por ejemplo, a los recortes en educación y sanidad, que tantos  sacrificios están costando a la población actual y futura, además de molestar por esta demora a las instituciones europeas. Da la impresión de que no gobierna para todos.  
     Pese al compromiso en el Congreso del PP de Sevilla de gobernar buscando soluciones y no mirar hacia atrás, se ha pasado estos seis meses tropezando por no mirar hacia adelante, siempre en perjuicio de la mayoría que más lo necesita. Ha creado con su actitud un catastrofismo alrededor de la gestión de Zapatero, introduciendo en la sociedad española un pesimismo que ha terminado por contagiar a los mercados que han  considerado que la situación era peor de lo que estaba. Para conocer la realidad de nuestros bancos ha propuesto la realización de unas auditorias que no nos permiten comparar nuestras necesidades con otros sistemas bancarios, como sería necesario para ver como estábamos realmente. Otros gobiernos han mantenido el prestigio de sus instituciones, lo que les ha permitido el control de sus decisiones sin alarmar a los mercados, como ha hecho Italia últimamente. Posiblemente, así lo apuntan algunos economistas, nuestro sistema bancario no esté peor que el alemán o el francés; solo el desprestigio del Banco de España, hasta entonces respetado en Europa, ha permitido que seamos las victimas europeas de los mercados. El retraso y la ingenuidad en la toma de decisiones han sido sus principales torpezas. 
    Gobierne de una vez con todos, Sr. Presidente y dé cuentas al Parlamento ahora que parece que existen situaciones nuevas en Europa, especialmente después de las elecciones francesas. La nueva visión ya no es estrictamente fiscal -aquella de la que Vd. ha sido paladín- pues abre un camino a la esperanza por incluir la necesidad de crecimiento (las últimas noticias nos dicen que en la reunión de los cuatro grandes: Alemania, España, Italia y Francia, han acordado un plan de estímulo al crecimiento de 130.000 millones de €). También se ha dado cuenta, esperemos que a tiempo, de que no fue una buena idea el préstamo a la banca a través del FROB, pues era mejor separarlo de la deuda del país, a  pesar de que, según nos contó con mucha prisa, la deuda al Estado la impuso en Europa y pudo irse al futbol por estar todo solucionado. Afortunadamente, ahora se están imponiendo las políticas de las ideas socialistas de Francia.
    La nueva situación es buena para acabar de una vez con el fácil recurso de culpar al gobierno anterior, con cuyo partido tienen la obligación de entenderse más que nunca. Coincide, además, que el nuevo gobierno de Grecia ha dejado de ser  otro culpable debido a sus pasadas elecciones y que en el Banco de España han puesto a uno de los suyos, que esperemos mejore al anterior. No busque culpables, gobierne, a ser posible con las máximas alianzas, y asuma sus errores y aciertos con dignidad. 
  Me parece necesario aclarar, siendo consciente de que navego a contracorriente, algunas situaciones sobre la herencia recibida del tantas veces denostado Zapatero. Al final de su mandato la situación de España era: el déficit de la Administración Central, comprobado y asumido en la Comisión de Transferencias, fue del 5,1% del PIB (frente al 4,8% previsto), pese a que el PP intentó con todas sus fuerzas la no aprobación de los presupuestos de 2011, manejando descalificaciones que hoy nos asombran al escucharlas de nuevo en los medios de comunicación. La deuda soberana terminó con un 68% del PIB (hoy por encima del 80%), uno de las más moderadas de Europa. El crecimiento fue del 0,7% del PIB, atrás quedaba la recesión (este año se estima una recesión del -1,9 %). La prima de  riesgo rondaba los 300 puntos (el pasado lunes superó los 580); el bono a 10 años oscilaba entre el 4,5% y el 5,5% (el miércoles superaba el 7%) y gracias a las gestiones políticas de aquel malvado ZP, hay más libertades civiles en España, es más posible la paz en Euskadi y puede Vd., entre otras cosas, sentarse en el G-20 con todo derecho. Es cierto que hubo descoordinaciones, que se dieron demasiadas subvenciones poco justificables, pero también es cierto que hoy estamos mucho  peor  que con ZP, con el incumplimiento de todos sus compromisos. Si no hubiera sido por esos y otros fallos, una campaña llena de descalificaciones y especialmente por la crisis (con un paro insoportable que sigue creciendo), el PP no estaría en la Moncloa ni gobernando en muchas autonomías y  ayuntamientos. 
  Como dijo en Sevilla, dedíquese a gobernar para todos, busque aliados, negocie con los afectados, entierre la soberbia y aproveche la ligera brisa de popa que hoy parece soplar sobre España. La rapidez en la toma de decisiones es importante. Hoy, más que nunca, el tiempo es oro.

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