domingo, 16 de noviembre de 2014

DEMASIADAS PELOTAS EN EL TEJADO

    La apatía de Rajoy y su opaca política informativa están provocando una paralización de soluciones políticas, consecuencia evidente del ejercicio del “poder sin responsabilidad”. Esa ausencia de responsabilidad ha continuado, generando una corrupción sistémica que alumbra hijos como el fraude fiscal, el trabajo sumergido, el blanqueo de dinero, los paraísos fiscales y la injusticia social. Para su corrección hacen falta leyes que no llegan, capaces de regenerar las instituciones; mientras, es urgente la dotación de la justicia y de las inspecciones de Hacienda y de Trabajo. También demandan soluciones el problema energético y el déficit de tarifa que arruina los hogares y paraliza industrias; la reforma de la Ley hipotecaria, la llegada del crédito a PYMES y ciudadanos, la solución al problema de la pobreza y la fractura social; aunque menos conocido, deben explicarnos las consecuencias del tratado TTIP que puede cambiar nuestro Estado de Derecho y, cómo no, la solución política al problema catalán y así hasta el infinito. Soluciones que pedimos a un gobierno que no gobierna. En fin, demasiadas pelotas en el tejado del presidente para que podamos mirar al futuro sin sentir escalofrío. Mientras, pase lo que pase, continúa hablando de sus éxitos económicos como si sólo le interesaran las elecciones. Veamos algunas novedades.
    La corrupción aporta nueva lista de imputados centrada, esta vez, en empresarios y funcionarios, junto a una novedad del Gürtel por la intervención de la Sala de lo Penal de la AN que cree que existen indicios de que el “PP” se ha aprovechado de parte del dinero movido por la trama corrupta, calificándolo como “partícipe a título lucrativo” (artículo 122 del Código Penal) de los negocios de la red y advierte que tuvo que conocer de los dispendios de la trama, a la vez que desestima un recurso contra Ruz. Lo que supone un nuevo paso en el reconocimiento de la instrucción y más evidencias sobre la corrupción generalizada en las máximas jerarquías del “PP”. La respuesta sigue siendo selectiva en función de los riesgos de romper la “omerttá”. En cambio, piden la dimisión de exdirigentes socialistas no imputados, mientras defienden a los diputados valencianos y a la alcaldesa de Alicante. Para bien, el PSOE da respuestas contundentes.
    Sobre el problema catalán, resulta cada vez más evidente que necesita una solución política, pues los líderes, Rajoy y Más, están demostrando que sus estrategias son un obstáculo para la solución. Lo sensato sería pedir tiempo a las partes, pues hacen falta muchas reuniones para empezar a ver luz. La inmediatez de un arreglo, máxime en período electoral, no es fácil para un problema de Estado que puede hipotecar el futuro de las partes. Ese tiempo puede conseguirse si Más gobierna con apoyos hasta el final de la legislatura. Pero también es necesario que el tema no forme parte de las campañas electorales. En este nuevo clima se podría entrar en una reforma de la Constitución liderada por el gobierno, pues la solución puede llegar en la próxima legislatura. Lo más difícil puede ser encontrar políticos con sentido de Estado para llevarlo a cabo.
    Por último, informar que el TTIP es un tratado que se está negociando en la actualidad entre los Estados Unidos y la Unión Europea para “aumentar el comercio y la inversión” entre ambos. Para el Estado hay dos riesgos esenciales: entre ellos la eventual imposibilidad de aplicar políticas distintas a los enunciados neoliberales que laten en el TTIP. Las características de un tratado como éste, dependiente además de la Unión Europea, harían materialmente imposible su modificación en el caso de que nuevas mayorías pidieran su modificación. En segundo lugar, la privatización de la justicia, al someter todas las discrepancias sobre las inversiones exteriores a procedimientos arbitrales privados, hipotecaría nuestro futuro. 

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