Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito (Le Petit Prince), un maravilloso canto a la imaginación, cuenta cómo un aviador caído en el desierto fue sorprendido por la vocecilla del principito: "Por favor…,¡dibújame un cordero!" El aviador pintó muchos, pero ninguno gustó al niño; por fin dibujó una caja y le dijo: "el cordero está dentro"; el rostro del principito se iluminó y exclamó: "¡éste es mi cordero!". Cuando “Podemos” se presentó a las europeas pintó una caja (con un discurso populista, revolucionario y transversal) en la que descontentos de todas las ideologías vieron la solución a sus males. Todo se hizo con un enorme sentido de la oportunidad y dominio de los medios, especialmente TV e Internet. Digo “hasta ahora”, pues el cambio de trayectoria en “Podemos” empieza a ser una constante, ahora en la búsqueda de una hegemonía que les permita, con un proyecto creíble y razonable, la conquista del poder.
Para conseguir esa hegemonía, los herederos del 15M iniciaron un proceso asambleario que culminó en una votación por internet, por la que se dotaron de una estructura piramidal, situando en la cúspide a un endogámico y uniforme conjunto universitario, aparentemente práctico pero posiblemente lo menos inteligente del proceso iniciado. Su nuevo discurso, aunque sin dejar ver el verdadero sentido de su programa, se basa en “propuestas a debate” que podrán adaptarse a medida que las circunstancias lo requieran. Hay que destacar que éstas parten de las personas designadas por los dirigentes de “Podemos”, así como el control de la cocina que alumbrará el texto definitivo. Un proceso que les permitirá controlar los tiempos hasta disponer de la información adecuada que les permita salir con oportunidad, pues son conocedores de que los dos últimos barómetros del CIS, que dan un vuelco del escenario político, son tendencias y no votos, por lo que, razonablemente, no se fían.
Hay que destacar el enorme éxito en la utilización de las redes. Hoy Pablo Iglesias tiene 662.000 seguidores, mientras a Pedro Sánchez le siguen 95.900. Por otro lado, al no tener pasado, su discurso de futuro, frente a los errores de los que sí lo tienen, es mucho más fácil y atractivo, especialmente para los jóvenes, facilitando el trasvase de opiniones de los muchos desencantados. Por otro lado, el bien planificado alejamiento del riesgo que implicaría su participación en las elecciones locales, lo han solucionado con “Ganemos”, con los que mantienen una poco definida relación.
En contra tienen la veleidad de cambio de las redes, que hoy pueden apostar por un candidato y mañana pueden revocarle su apoyo; que sus cambios de posicionamiento ideológico, sin discurso creíble que justifique su posición final, puede ser interpretado como populismo. También son muy vulnerables ante las corrupciones, aunque sean pequeñas, como de las que han sido acusados y ante las que están reaccionando con lentitud y escasa contundencia. Una ligera corrupción demostrada, podría ser fatal para su futuro, hasta ahora enormemente bien gestionado. También deben tener en cuenta que carecer de historia genera desconfianza en una buena parte de la población.
Su intento de unión o absorción con IU, al que consideran casta, está lleno de prepotencia. Su otra lucha, ahora contra el PSOE, intenta usurparle la etiqueta de socialdemócrata, a la vez que emplean contra ellos los mismos métodos del “PP”.
Lo peor es que esa lucha, planteada con demasiada suficiencia, especialmente por su líder, está dividiendo a los votantes de izquierdas. Una división de la que no son los únicos culpables y que, sin duda, favorece al “PP”. Esperemos que pinten el cordero que rompa el embrujo, aunque su apuesta por el éxito de la manifestación de enero, puede animarlos a presentar una nueva caja, eso sí, mejor vestida que la de las europeas.
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