La última decena de enero ha estado cuajada de noticias relevantes: el anuncio de Draghi sobre la compra de deuda, las elecciones en Grecia con la victoria de Syriza, la salida de la cárcel de Bárcenas, la Convención del “PP”, la convocatoria de elecciones en Andalucía y se ha conocido la reunión en casa de Bono. Aunque de forma distinta, todas ellas pueden influir en el futuro. Pasaremos una ligera mirada sobre ellas.
Entre el contento general, Draghi ha anunciado un amplio programa de compra de deuda, advirtiendo que el bajo nivel de demanda impide el pleno empleo. J. C. Diez dice que la intervención del BCE en 2012, sobrevaloró su poder sobre los problemas del euro. La política monetaria permitirá ganar tiempo, pero sin una política fiscal y financiera, seguirá la pobreza y el desencanto social. La decisión debe complementarse.
La victoria de Syriza con la presencia de “Podemos” y su empeño en resaltar las enormes semejanzas, ha culminado en la formación de un gobierno de hombres, con la derecha nacionalista de tendencia religiosa. Ante las primeras medidas se ha producido graves y previsibles problemas. Quizás Syriza sólo sea explicable en el entorno social y económico del país heleno y se han echado demasiado pronto las campanas al vuelo, a favor y en contra, por parte de todos. Veremos cómo evolucionan las posiciones y se normaliza el funcionamiento. Respetemos los tiempos. Lo que parece seguro es que la política europea no debe seguir como hasta ahora, ni castigar sin razones a los distintos.
La Convención del “PP” ha resultado poco oportuna por la incidencia de tres factores: la salida de Soto del Real de Bárcenas, que ha sido una nueva puya en la cruceta del partido; el discurso del presidente de honor, Aznar, que ha dejado al descubierto las diferencias internas entre bases y cúpula, y entre un pasado y un presente sólo unidos por la corrupción; por último, la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, alertando sobre el riesgo de aumento de muertes por las graves carencias en urgencias. En este ambiente, conseguir cambiar el rumbo de las cosas puede ser un eufemismo. Lo han intentado después con una publicidad de difícil calificación, en la que aparece un Rajoy servicial, sencillo y muy cercano al que nadie cree ni reconoce. Mutación que no la consigue ni David Copperfiel. La realidad de este gobierno la marcan: la oscuridad en la información, pues siguen sin dar la cara ante los medios; en la trama Gürtel siguen con su huida hacia adelante, en la que colabora Correas (el Capo) renunciando a sus abogados como Bárcenas, con el fin de retrasar la segunda parte de la instrucción, la más dura para Rajoy, Bárcenas y Correas, juntos, como antaño; el seguir presumiendo de éxitos económicos con su “España deja atrás la crisis”, mientras De Guindos le contradice al afirmar que la salida de la crisis sólo será si baja más de 10 puntos el desempleo, pese a todo él sigue. Como dice Iñaki, “escasa hoja de parra para tapar tantas vergüenzas”; añadir ahora su nula sensibilidad hacia los derechos humanos.
Respecto a la convocatoria de elecciones por Susana Díaz, parece que ella ha aclarado que no va con segundas intenciones, afirmando públicamente: “Si vuelvo a ser presidenta de Andalucía permaneceré los siguientes cuatro años en mi tierra”. Creo que este adelanto es todo un acierto. La líder del PSOE en Andalucía, puede estar escribiendo el futuro del PSOE. Ha declarado también su fidelidad a Pedro Sánchez.
A propósito de la reunión en casa de Bono, con los dos máximos dirigentes de “Podemos”, Zapatero y Paje, sin conocimiento previo del secretario general del PSOE, quizás se aclare con la respuesta de Susana Díaz. “Yo no hubiera asistido”. Y se solvente con una frase hecha: “Con amigos como esos, Pedro Sánchez no necesita enemigos”. Esperemos que todo ello quede atrás cuanto antes, por el bien del PSOE.
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