domingo, 24 de mayo de 2015

COMENTARIOS SOBRE EL DÍA DESPUÉS









   La alternancia PSOE-PP de las últimas tres décadas, el llamado bipartidismo impropio por el papel desempeñado por los nacionalismos, tiene por delante tres procesos electorales que serán una prueba decisiva. Se habla ya de la aparición necesaria de una cultura pactista que permita la formación de gobiernos entre varios partidos a veces no necesariamente afines. Falta saber si la clase política que surja es capaz de pactar un modelo de convivencia pues el 25M, el día después, puede traer una nueva frustración para la solución a los enormes problemas que tiene España.  
   Con perspectiva histórica, la situación puede traer el final de los acuerdos de “La Transición”, después de las generales, si se logran mayorías estables para los gobiernos locales y regionales, pues lo peor sería el continuismo. Pese a las indefiniciones, deberán alumbrarse políticos con sentido de Estado, aunque la corrupción conocida y lo que se descubra hará difíciles los acuerdos. Hagamos algunos comentarios al respecto:
   -Las dudas sobre el futuro inmediato de los liderazgos serán lo primero: hay que despejar el continuismo expresado por Rajoy y las primarias del PSOE, pues los líderes de Podemos y Ciudadanos presentan certezas desde el principio; quedan UPyD e IU que tendrán ante sí otros dilemas. Estos movimientos aclararán o enfangarán la situación.
   -Todos los partidos han presentado estrategias dirigidas obsesivamente hacia las elecciones generales, considerando las del 24M como unas primarias para examinar las posibilidades de ganar el gobierno. Aparecen así seis meses de transición que pueden hacer inestables los gobiernos que se formen. Hasta ahora más que crear gobiernos estables que faciliten soluciones, interesa el voto a toda costa para gobernar. 
   -Lo visto hasta ahora hace muy previsibles los discursos populistas. Llamando populistas a las ideologías que tienden a simplificar una compleja estructura social, en la que se contraponen intereses muy distintos, integrándolos en un mismo bien común, o todo lo más, reduciéndolos a la mera oposición de la mayoría desfavorecida ante una minoría opresora. Será difícil encontrar programas estructurados y viables.
   -Como en el tiempo pasado, cobrará especial importancia el periodismo de investigación que ha hecho y hará posible el conocimiento exhaustivo de datos sobre innumerables casos de corrupción. Resulta al menos dudoso, que la justicia esté a la altura del momento, pues el escaso tiempo no deja espacio al optimismo y el “PP” seguirá escamoteando el debate y la depuración debido a la profundidad del mal.
   -Solo una fuerte caída del “PP”, con un Congreso extraordinario que facilitara una profunda regeneración, permitiría los acuerdos necesarios para un cambio que permitiera el avance de la democracia con un nuevo modelo de convivencia y la solución autonómica. De otra forma sólo es posible con la unión de todos los demás, cosa difícil a tenor de lo visto hasta ahora. Aunque no hay que perder la esperanza.
    -Es evidente que los llamados emergentes deberán definir cuanto antes sus posiciones para despejar el futuro, seguir en la indefinición con apoyos puntuales no es lo que necesita el país. Esperemos que, pese a todas las dificultades apuntadas, se encuentre el camino que abra el nuevo tiempo que tanto necesitamos.

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