domingo, 3 de mayo de 2015

DESQUICIADOS Y SUMISOS

   Los últimos escándalos y sus respuestas nos han alterado al límite. Todo parece irreal e incomprensible, mientras recordamos las corrupciones sin consecuencias. El único consuelo es que estamos más cerca del final: conocimos la mayor corrupción del país con Rajoy implicado, no dimitió y explicó lo que quiso en plasma, dirigiéndose a su partido, nunca al pueblo; después de hundir el país, oímos con estupor los mensajes triunfalistas del presidente, donde incluso Cáritas se revuelve, aunque no la Iglesia; no le interesa la transparencia, la libertad, ni la democracia;  en la Junta Directiva Nacional, pese a las muchas peleas y conspiraciones previas, todo siguió igual, dando una muestra más de la falta de democracia interna en la que se mueven; asistimos a las explicaciones de Cospedal sobre Bárcenas, a los autos de Ruz… Pese a todo hemos oído aplausos en la Junta Directiva, en el Congreso, en el Senado e incluso los periodistas, que habiendo recibido el desprecio de Rajoy durante toda la legislatura, le ríen las gracias en el único desayuno abierto celebrado, dejando que se salga sin explicar por qué quiere ser candidato y para qué un nuevo mandato. Desquiciados y sumisos. Hay más:
   Ahora conocemos que la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado sostienen que el PP se financió ilegalmente durante 18 años y que parte de esa financiación ilegal fue destinada a pagar la reforma de la sede en 2008 y atribuyen cooperación necesaria de los extesoreros del “PP” en los delitos fiscales cometidos por el arquitecto de las obras (con un presupuesto de 1,5 millones de €). La Abogacía del Estado es más dura que anticorrupción, al introducir también el impago del IVA y elevar de 194.000 € el fraude fiscal a más de un millón de €. Pero ambos exculpan al “PP” de los aspectos penales, asumiendo el criterio de la Agencia Tributaria que considera que los partidos políticos están exentos del pago de impuestos por donaciones ilegales. En contra del criterio del juez Ruz y de la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional que defienden que las donaciones que se reciban deben pagar impuestos como ingreso extraordinario. Además, Anticorrupción utiliza un cálculo del fraude que no pide el juez. El “PP” es sólo responsable subsidiario. Estrategia con resultado. Desquiciante.
   La administración del Estado, cuyo celo por el déficit ha justificado los recortes y la reforma del mercado de trabajo, creando pobreza, sufrimiento y fractura social, traiciona su principio de que nadie puede gastar más de lo que se tiene. Ahora para ganar las elecciones y seguir en el poder rompe todo lo dicho, en los tres primeros meses se invalida. En 2015 el déficit sube en 300 millones, gastando 9.854 millones más de lo ingresado y tiene pendiente un ajuste de 7.000 millones; aumentando el gasto respecto al primer trimestre de 2014 un 2,6%. A la vez, nos dicen que Gobierno y comunidades autónomas tienen pendiente un ajuste de 15.700 millones. Lo que supone que después de las elecciones generales nos esperan nuevos e importantes ajustes. Quizás el despiste de Riolobos sea una premonición: “El gobierno de Rajoy deja una herencia ruinosa”. Lo curioso es que encabezan las encuestas. Somos así de sumisos.
    Es tiempo de preguntarnos lo que sugiere la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales: ¿Y si resulta que ya hemos salido de la crisis? ¿Y si la situación en la que nos encontramos no es debida a que seguimos estando en crisis, como todos damos por hecho, sino que estamos ante un nuevo modelo de sociedad? Debemos saber que en estas ocasiones hay que utilizar los principios que aprendimos para responder adecuadamente al reto del futuro y no desquiciarnos. Pero también tener en cuenta que sólo la democracia da ocasión para luchar por la dignidad, sin ser sumisos. Este mes hay ocasión para luchar por un modelo social justo. Hagámoslo con rebeldía y solidaridad.

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