domingo, 10 de enero de 2016

LA ALTERNATIVA A RAJOY

      La endiablada aritmética de los números electorales del pasado 20D nos advierte que la solución es compleja y que la actitud de los cuatro partidos mayoritarios dice, además, que es casi imposible. Ante estas dificultades no hay que rendirse ya, aunque sí hacer unas cuantas reflexiones o comentarios, sin perder el necesario realismo:
   La alternativa de Rajoy parece estar llegando a su fin, pues necesita para ser investido presidente al menos la abstención del PSOE, y eso parece estar definido si escuchamos la rotundidad del NO de Sánchez, su insistencia y el enorme apoyo interno de la postura. Ante esta situación sólo queda sondear las posibilidades de Sánchez de formar lo que él ha llamado "gran coalición progresista". Numéricamente sale si se sumaran al PSOE la totalidad de Podemos más Ciudadanos. Aunque otra alternativa fuera posible, tendría más inconvenientes y dependería, en cualquier caso, de la posición de Podemos, cuyas declaraciones y actitudes parecen situarle en elecciones anticipadas, máxime si Cataluña sigue resultándole imprescindible. Por ello resulta necesario analizar la situación y exigencias de Podemos.
   Mantiene la exigencia de cuatro grupos en el Congreso, la idea de que "España es nación de naciones" y la realización de un "referéndum vinculante en Cataluña dentro del año". Analicemos las propuestas:
   Iñigo Errejón ha dicho: "la posibilidad de formar cuatro grupos es un elemento fundamental para conseguir cualquier acuerdo". Una línea roja que supone una propuesta al margen de la legalidad. Una originalidad añadida que dificultará los debates.
   En cuanto a considerar que España es una "nación de naciones", usa una terminología confusa, pues para algunos presupone "nacionalismo" (soberanía) y para otros el reconocimiento de "identidad nacional". Este último término implica una asunción de características propias, una interiorización de virtudes y defectos. Lo que supone, en mayor o menor medida, un ejercicio crítico y racional admisible. En cambio, el nacionalismo es un sentimiento que exalta y engrandece las características definitorias de una nación, lo que supone una negación de la deliberación y de la crítica. No se desechan razones, se suprime por completo el proceso deliberativo. Es una ideología que crea fronteras. ¿Cómo diríamos que es el actual proceso Catalán?
   Esta idea enlaza con el "referéndum vinculante". A este respecto, la experiencia nos dice que si en Cataluña se planteara un referéndum vinculante sobre la independencia: si ganara el "SI", Cataluña sería definitivamente independiente, pero si ganara el "NO", pedirían un nuevo referéndum, como demuestran las situaciones de Escocia o Quebec. Habría, previamente, que exigir un tiempo dilatado para hacer una nueva pregunta o el problema seguiría vivo hasta que se consiguiera el "SI", que cambiaría la vida de 40 millones de españoles a los que no se dejaría opinar, además, habría que cambiar la Constitución, tarea imposible si se opone el "PP".
   ¿Qué debe abordarse antes para llegar a un acuerdo?: la eliminación de la brecha social; una nueva Ley Electoral; una nueva Ley de Partidos; la eliminación de la Ley "mordaza" y el establecimiento de principios morales en el ejercicio de la política; y después de este prolongado diálogo, abordar la reforma de la Constitución. O presentar el "referéndum", en situación ilegal, el primer año de gobierno. Podemos tiene la palabra.

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