domingo, 7 de febrero de 2016

EL PERRO DEL HORTELANO

   Lope de Vega sacó de las musas, en 1618, una obra palaciega, sobre una enamorada despechada, basada en el viejo dicho: "El perro del hortelano ni come ni deja comer". En esta nueva etapa política, Rajoy ha hecho de "perro" no aceptando su investidura y poniendo toda serie de obstáculos a Sánchez que, sin sus miedos, ha sido responsable al aceptarla. La falta de sentido de Estado de Rajoy, la que tanto invoca, es total. Ha metido a España en un "limbo institucional" que ha querido prolongar "sine die", e incluso ahora sigue en espera con un inmovilismo, tolerado por su partido, que perjudica a España y pasará factura al "PP". Mientras su especial trato a la corrupción propicia nuevos imputados: Sr. Rajoy, retírese cuanto antes y deje "comer" a los demás. 
    Recordemos que el "gobierno en funciones" no puede firmar tratados ni tomar decisiones que comprometan al siguiente: en esta línea se ha rechazado el viaje del rey al Reino Unido preparado por Rajoy. También se extienden sus limitaciones a las funciones de la nueva Cámara que no puede someter a control a un gobierno en funciones. Mientras, los independentistas remontan vuelo y se paralizan proyectos de interés. El "PP" debería "reconsiderar" la falta de responsabilidad de su presidente y evitar prolongar una situación que merma la gestión y el ejercicio de la democracia, sólo por satisfacer su "ego". Tan ensimismado está en su persona que no acepta otro partido y él de timonel. Es un peligroso dogmatismo, creerse imprescindible en este momento. 
    La aceptación por Pedro Sánchez de la investidura, tiene la virtualidad de romper el bloqueo que la irresponsabilidad de Rajoy había creado. Si Sánchez tiene éxito habrá investidura y un gobierno progresista/reformista que tiene mayoría en nuestro pueblo y si fracasa empezará a contar el plazo para unas nuevas elecciones que, aunque no son deseables, pueden aumentar la abstención y seguir sin soluciones.
    Ahora le toca a Sánchez explorar los apoyos entre las distintas fuerzas que han dejado clara su mutua incompatibilidad, si bien es cierto que la política obliga a veces a fabricar aliados entre los que se consideraban adversarios hasta la víspera. El entendimiento con IU, con sus 800.000 votos, ha sido clarificador por su simbolismo en la representación histórica de la izquierda. Con "C's", un turno casi obligado, ha dejado clara su afinidad con el "PP". "C's" ocupa un espacio de centro/derecha, capaz de pactar sobre programas sin problemas de pasado. Es el grupo que nunca ha sabido ser el "PP".
    Pablo Iglesias insiste en sus "ya denostadas propuestas", a la vez que expresa su desconfianza hacia el PSOE, censurando a Sánchez por esperar el mandato del rey. El pasado miércoles se unió al "PP" para precipitar la investidura, pese a ser competencia exclusiva del presidente del Congreso. No ha explicado por qué no se movió en los pasados 42 días perdidos por el "PP". Era de esperar que en el primer encuentro, siga exigiendo y no negociando. Sus aspiraciones de sillón están muy por encima de los programas. Y su estrategia es desgastar al PSOE con vistas a unas elecciones anticipadas. Sánchez debe seguir su ritmo, pues hasta ahora es el único que cree que España necesita soluciones, diálogo continuo y generosidad para encontrarlas, y no exhibicionismo. 
    Se acelera tanto la política, que pido disculpas si mañana lo veo de otra forma.

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