domingo, 3 de julio de 2016

HAGAMOS DE LA NECESIDAD VIRTUD

   El “Brexit” y las pasadas elecciones del “26J” nos han metido de lleno en un nuevo tiempo que aún no sabemos descifrar, y mucho menos conocer sus consecuencias inmediatas y de futuro. Quizás deberíamos empezar admitiendo que el modelo y las referencias que veníamos utilizando están agotados, y necesitamos encontrar un nuevo marco de referencia que nos permita empezar a programar el futuro. Por otra parte, la historia nos enseña que el nuevo tiempo suele ser mejor que el que se agota, si somos capaces de hacer de la necesidad virtud y no pasar demasiado tiempo en el lamento o, lo que es peor, en el resentimiento. Nietzsche nos dice: “todos los valores son históricos”.
   Después de las dos guerras mundiales, el MCE fue un intento para paliar la tendencia destructiva de los países europeos y construir valores. Así empezó todo. Nunca pensamos que la caída del muro de Berlín, como consecuencia del triunfo del capitalismo sobre el comunismo, iba a traernos que Alemania se erigiera en “corazón de Europa”, decidida a aplicar, como solución a los males económicos, el principio de la austeridad y poner en marcha la teoría de que Dios sólo elige a los que cumplen con lo más duro. En este contexto acertaron quienes aseguraron que con la libra les iría mejor que con el euro. Así se desarrollaron en el Reino Unido y otros las ideas nacionalistas, los populismos y la xenofobia, agravadas recientemente por la política errática con los refugiados. Y llegó el “Brexit” que nos dejó la sensación de que éramos "un gigante con pies de barro”. Aviso que aún puede hacernos cambiar a tiempo. 
   Es necesario que la UE recupere los valores democráticos, la solidaridad y el respeto por los derechos humanos. Nunca más el comportamiento anti democrático que rodea al TTIP, ni la idea de anteponer la economía al bienestar ciudadano, ni hurtar los derechos humanos de los refugiados. Debemos construir con rapidez la Europa de los ciudadanos. Hay situaciones ya tratadas como la unión bancaria, la supresión de los paraísos fiscales y la tasa Tobin, que avanzarían hacia la unión política. Muchos tenemos la sensación de que la UE se encuentra en una inmensa burocracia inútil y bien pagada; que el Parlamento Europeo y el Consejo dependen de Merkel; que la pérdida de soberanía de cada país sólo ha servido para facilitar el comercio alemán y que los más pobres pagan más por los préstamos de los más ricos, y tienen que asumir cláusulas “neocon”.
   El 26J nos ha enseñado que en España la corrupción y la indecencia salen gratis. Pero hay que mirar hacia adelante y ver cómo podemos cambiar con otras políticas que integren la filosofía como base. Reconocer que la estrategia del miedo y el voto útil han sido más eficaces que la unión de IU con Podemos y ver porqué en su conjunto ha perdido 1.070.000 de votos, respecto a los conseguidos por los dos en el 20D y sólo en sus ayuntamientos 200.000. Iglesias debería escuchar antes de castigar las críticas.   
   Estas elecciones indican que al “PP” corresponde la iniciativa de presentar un programa, de establecer las negociaciones y “antes” decir al rey que “sí”, con el riesgo consiguiente de fracaso y afrontar las consecuencias. Sólo la sinceridad, la seriedad y la valentía, que nunca ha demostrado Rajoy, pueden hacer creíbles los inicios. Es inmediato encontrar soluciones para los que menos tienen, derogar ¡ya! la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la LOMCE y la Reforma Laboral, y luego lo demás.
  El PSOE, desde la OPOSICIÓN, necesita preparar su Congreso Federal que logre la mejora de la democracia interna, la limpieza, la transparencia y la UNIDAD, y evitando, a cualquier precio, el clientelismo. También lo necesitan Podemos, IU y Cs.
   Pero aún es tiempo para buscar la unidad de la izquierda o transversal con programas e ideas. Lo importante ahora es eliminar las desastrosas políticas del “PP”. 

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