domingo, 10 de julio de 2016

MAS DE 200 DÍAS DE GOBIERNO PROVISIONAL

    Como un "extra" concedido por la Constitución, Rajoy dispuso de más de 190 días, de los más de 200 ya pasados, para vender con éxito su gestión, "manejando" el poder a su antojo con estrategias como el voto útil y el miedo. Ayudado por otras circunstancias como el "Brexit" y la división de la izquierda, gracias al "sorpasso". 
    La idea de Pedro Sánchez de un pacto transversal, gracias al no de Rajoy e iglesias, sirvió únicamente para poner plazo a la provisionalidad, obligando a convocar nuevas elecciones, que de otra forma hubiera seguido gobernando provisionalmente de manera indefinida. Pero además nos descubrió a un Iglesias que a la salida del rey propuso, antes de negociar programas y hablar con Sánchez, una vicepresidencia todopoderosa y varios ministerios. Después, por gestión de IU, inició unas negociaciones directas donde dejó claro que quería ningunear a Sánchez para integrar a IU. Concedía así un nuevo tiempo a Rajoy, que lo aprovechó, mientras el pacto Unidos-Podemos conseguía disminuir los votos del conjunto en 1.070.000, bajando en las grandes ciudades del cambio. Mantuvieron sus escaños "En común", "Compromís" "Mareas" y subió IU, sólo fracasó Podemos. El análisis de Iglesias fue: "gente que nos veía con simpatía, ante la posibilidad de que podíamos gobernar no nos ha votado"; Echenique: "Nadie sabe por qué el resultado no ha sido el que daban las encuestas. Y nosotros tampoco", y el de Errejón: "Los seguidores del "PP" se han apoderado del lema ¡sí se puede!". Eludiendo la autocrítica, pese a que ellos fueron la clave del fracaso. Eso sí, los grupos más afines a Iglesias culpan a Errejón del fallido pacto. Ahora vuelven a proponer al PSOE una negociación con las mismas características anteriores. La visita de Obama ha dejado al descubierto diferencias con IU. Es tiempo de espera.
    En ese interregno ha caído sobre el "PP" un diluvio de casos de corrupción que dejan claro el aspecto estructural y la tolerancia de esa lacra en el conjunto del partido, en sus instituciones y en Rajoy. Han ganado muchas elecciones financiadas ilegalmente. 
    Esta semana, el supremo líder que nombró a Rajoy ha quedado en evidencia por el amplio "informe Chilcot" que, tras de siete años de investigación, ha sido concluyente y demoledor sobre el papel de Aznar en las Azores, sobre sus mentiras y el engaño para aparentar que, tanto él como Tony Blair, querían evitar la guerra de Irak, además de la cara dura de Aznar de intentar atribuir el atentado de Atocha al PSOE de Zapatero. Una decisión que contó con el unánime y largo aplauso del grupo popular del Congreso, incluido Rajoy, entonces vicepresidente. Decisión que costó 300.000 muertos, 3.000.000 de refugiados y la movilización del extremismo islamista que hoy nos ataca. España participó con 2.800 soldados y en los 14 meses de guerra, hasta que Zapatero ordenó repatriar las tropas, tuvo 14 muertos y un buen número de heridos. Blair ha pedido perdón, Aznar no ha dicho nada y se ha remitido a sus Memorias y Rajoy a que ya han pasado 13 años y Trillo, que España no participó en la guerra. 
    La herencia final de Rajoy es el aviso de Bruselas: "España incumplió a conciencia; la multa por el déficit está un poco más cerca". Lo que supondría de inmediato la congelación de al menos el 50% de los fondos estructurales. Rajoy ha pasado de la nada a un todo en sus ofertas, un todo que empieza a parecerse a otra nada. 
    A Pedro Sánchez la experiencia parece haberle dictado excesiva cautela. El CF del PSOE, sin oírle un análisis electoral, ha aceptado un triple "no": a la gran coalición, a apoyar a Rajoy y a la abstención, apremiando a Rajoy a cerrar un acuerdo con otras fuerzas políticas. El PSOE pasará a la OPOSICIÓN. Ahora toca esperar.
    C's no ha aguantado lo del "voto útil" y lucha entre el no y desaparecer en el sí.

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