domingo, 24 de julio de 2016

SANCHEZ DEBE SEGUIR ESPERANDO

La elección de la Mesa del Congreso y el Senado ha descubierto una serie de negociaciones que se habían declarado inadmisibles, dejando claras otras como el pacto de izquierdas: El popular R. Hernando reconoció abiertamente que como portavoz -y obviamente con el aval de Mariano Rajoy- , negoció un “acuerdo puntual” con CDC, PNV y Coalición Canaria para que prestasen al "PP" y a Ciudadanos diez votos a favor que les aseguraron las vicepresidencias y mayoría en la Mesa del Congreso, a cambio de grupos en el Senado. El "PP" ha afirmado que no descartan pactar la investidura con separatistas, rompiendo la coherencia con los grupos constitucionalistas. Mientras Rajoy sigue en silencio, los separatistas, avergonzados, lo niegan y C's amenaza con el NO. 
En este contexto, Iglesias ha afirmado que "la posibilidad de formar un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy con el PSOE y otras fuerzas nacionalistas está severamente comprometida". Queda claro que no corresponde al PSOE la responsabilidad de decidir el gobierno y que el pacto de izquierdas no era tan fácil como se afirmaba. Se confirmaría así que el pacto transversal que intentó Sánchez en la pasada legislatura era el único posible. De haberse llevado adelante, hoy el "PP" estaría fuera del gobierno y en debate interno sobre un futuro más que incierto.
El "PP" se rasgó las vestiduras en la legislatura pasada cuando supo que el PSOE quería ayudar a los nacionalistas catalanes y ERC a completar los requisitos que le imponían para disponer de grupos en el Senado. Entonces el Gobierno en funciones salió en tromba, interpretando el gesto como una operación ilegítima y vergonzante de Pedro Sánchez destinada a favorecer su investidura. Ahora todo es distinto. Lo hacen ellos.
La nueva situación debe ser también motivo de una reflexión para algunos notables del PSOE que han estado triturando a Sánchez a lo largo de la anterior legislatura y en la actual. Nunca ha existido un Secretario General de PSOE más desasistido por su partido. En esta legislatura es imprescindible la unidad con lealtad y que del debate, que debería ser sólo interno, se salga con una sola voz: la de Sánchez.
Ciudadanos ha entrado en un estado de absoluta confusión, pues ellos también han sido favorecidos por los independentistas en sus puestos en la mesa. Ahora se han erigido en los que deben convencer al PSOE para que se abstenga, comprometiendo en la tarea, incluso al rey. Han perdido la brújula y habrá que esperar su postura definitiva. 
La ocurrencia de Iglesias de  presentar a Doménech para forzar al PSOE a votarlo en la segunda vuelta, fue otra mascarada, pese a votar a Patxi López. Mientras las confluencias empiezan a ir por libre y pueden dejarle en 45 escaños. No me gustaría.
La urgencia de Mariano Rajoy por formar gobierno, se está haciendo con el silencio más absoluto y sin ofertas, esperando que la pieza caiga sola. Debería darse cuenta de que para conseguir los apoyos para la investidura debe llegar, cuanto antes, al límite de sus compromisos. No debe olvidar que pactar con ellos es una operación política de alto riesgo. Y nadie hasta ahora, y mucho menos el PSOE, lo va a asumir así.  
Con este panorama, el PSOE, libre de compromisos, ha empezado su tarea de oposición presentando 15 iniciativas en el registro del Congreso que tienen el valor político de mostrar la realidad de su oposición, a la vez que lanza el mensaje de que no quiere pactar y que su voluntad es buscar mayorías alternativas para acabar con el legado normativo de la anterior legislatura del "PP". Pretende, entre otras cosas, crear una comisión de investigación sobre Interior; abordar un pacto de Estado contra la violencia de género; subir el salario mínimo interprofesional; aprobar un ingreso mínimo vital, la derogación de la LOMCE... Ahora toca esperar la reacción de Rajoy.

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