domingo, 23 de octubre de 2016

ANTECEDENTES Y REFLEXIONES PARA LOS DÍAS SIGUIENTES

   Parece ser cierto que durante el mes de septiembre, en distintas conversaciones de Sánchez, se pudo estar cerca de una alternativa al "PP". Todo quedó minimizado y sin el debate necesario porque la pérdida de las elecciones en Euskadi y Cataluña daban la excusa para derribar a Pedro Sánchez. A la vez se filtraba que Sánchez preparaba "la convocatoria de un Congreso y unas primarias" para elegir un nuevo Secretario General. El hecho se confirmaría en una reunión restringida de una parte de la ejecutiva.
   Los barones veían en esta propuesta un reforzamiento de Sánchez si se daba voz a los militantes (lo críticos lo interpretaban como un golpe). Así se fraguó con urgencia la dimisión de la mitad más uno de la ejecutiva. Un sistema que exigía infidelidades notables y también un cambio de opinión de muchos de los que de manera unánime exigieron a Sánchez el "no es no" en el Comité anterior. Pese a todo se fraguó, con Susana Díaz como cabeza visible, la chapuza del Comité Federal en el que sin debate ordenado, por las voces de todos, se forzó la dimisión de Sánchez, a la vez que se votaba, entre el bullicio, una gestora que debería tomar las decisiones que deseaban los barones llamados críticos. Una operación que ha supuesto la quiebra del PSOE. Los críticos han venido demonizando, sin razones, las terceras elecciones, que en la encuesta de Demoscopia la preferían el 73% de los votantes socialistas. Con todo, creo que el mayor error político de los críticos ha sido nombrar un Secretario General provisional en un tiempo de enorme crisis política y económica y maniatarle desde el principio.
   La última realidad que se ha ido viendo es que a lo largo de sus 23 días de recorrido de la ejecutiva en funciones, ha ido sorteando la opinión de los militantes, creando un alejamiento entre la cúspide y las bases. El pasado sábado el alcalde de Jun (Granada), centro de la recepción de firmas, comunicó: "ya se habían sobrepasado las 93.720 firmas para que se convoquen unas primarias y un congreso extraordinario, según los estatutos del PSOE", y que seguían llegando. Se ha dicho, como una de las razones, que había que tener respeto a los más de ocho millones de votantes del "PP", ignorando que los más de cinco millones de votantes socialistas por la garantía del "no es no" de Sánchez iban a ver que sus votos ponían en el gobierno a Rajoy. Será difícil recuperar la confianza. Parece que todo estaba previsto hace tiempo y que sólo nos dan como razones unas frases sueltas más que discutibles. Una táctica, ya se ha dicho, que nada tiene que ver con nuestra ideología, de la que parece que nos estamos separando. Claro que, como ocurre en toda la socialdemocracia, es normal.
   A las 14:58 de hoy domingo, el PSOE aprueba una abstención incondicional para que Mariano Rajoy sea presidente. La votación ha sido de 139 a favor de la abstención frente a 96 en contra. La división se consuma.
   Estamos en un nuevo tiempo en el que debemos observar los acontecimientos futuros con total objetividad. En principio, la aprobación de los presupuestos y las sanciones, si las hubiera. Quiero pensar, sin poderlo razonar, que esta nueva etapa viene cargada de esperanza y espero que, con tiempo por delante, este gran partido se reponga de sus heridas y se imponga el debate reflexivo. Pronto van a celebrarse las "primarias" y el Congreso Federal "extraordinario" que alumbre al nuevo Secretario General. Esperaremos que éste consiga la unidad de los socialistas y la ilusión de los electores. 
    Mientras Rajoy, del que dice Javier Moreno Luzón (El País 19/10/2016), "un líder extraño, ni transformador, ni transaccional, una persona cuya mediocridad abochorna a cualquiera", y añadiría que ha hecho de la corrupción un asunto que preocupa a los españoles pero que no influye en su voto, seguirá gobernándonos.  

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