domingo, 25 de marzo de 2018

¿CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ?

    Nuestro pueblo ya conoce que la financiación de buena parte de las elecciones, del partido que nos gobierna, celebradas en los últimos veinte años, se pagaron con dinero de la corrupción. También sabe, confesado por ellos, que la mayoría de los responsables del partido no sabían lo que estaba pasando o no recordaban. Ahora todos buscan la impunidad en las prescripción del delito o en el agradecimiento a los favores hechos, desprestigiando la política. Veamos, además, qué quiere decir ese hasta aquí.
    Para entender la situación política, conviene aclarar que la actual legislatura nació de una componenda, y se va desarrollando con otras más, porque Ciudadanos, que dice formar parte de la oposición, en la práctica, mantiene al Gobierno. Su papel de vigilante de la corrupción, lo olvida con demasiada frecuencia. Además consiente, por ejemplo, que TVE incumpla de manera clamorosa las normas profesionales que respetan los servicios informativos de las televisiones públicas de nuestro entorno, apoyando al gobierno cuando dice en el Parlamento mentiras flagrantes, medias verdades y le salva cuando le acorralan. Le obsesionan las encuestas, olvidando la calle. 
    Es ya un clásico que el Presidente del Gobierno retuerza el lenguaje y los datos para elogiar su gestión con el fin de conjurar el creciente malestar social, y sus consecuencias electorales. Todo lo hace sin alteración de su laxa moral e incluso se permite llamar demagogos e inmorales a los que le atacan o piden explicaciones. 
    Tenemos que presenciar a diario el orgullo que manifiesta por lo que él llama "acertada gestión económica", con números macroeconómicos que no encajan: la deuda equivale al total del PIB, y en su mandato ha crecido 32 puntos del total, lo que supone un coste de 32.000 millones de € de gastos financieros en los Presupuestos. En cuanto al déficit lo ha incumplido tradicionalmente, incluso el 3% último, por lo que España pasa a ser el único país bajo la supervisión de la UE. Eso sí, estamos creciendo, pero mal.
    Si examinamos la situación social, podemos afirmar que ha hundido lo conseguido como "Estado de Bienestar": la sanidad, uno de los grandes logros, la ha llevado a pique y esta semana los sanitarios han hecho huelga; la educación, con el fracaso de la LOMCE, la disminución del profesorado y la escasa atención económica, incluso ha seguido bajando los presupuestos los últimos tres años. En cuanto a la dependencia, está en mínimos y refugiada en una compleja red administrativa, y la investigación está en mínimos y muchos científicos, tienen que irse fuera.
    El tiempo de Rajoy comenzó con una reforma laboral que bajó los salarios (su participación en el PIB ha caído el 15% en los últimos cinco años), aumentando la precariedad laboral. Cada año de cotizante a la Seguridad Social se consigue a costa 35 contratos. Los trabajadores son las víctimas de una crisis que, según Rajoy, ha concluido. Pese a ello, la "brecha social" sigue aumentando, lo que repercute en los ingresos de la S.S. La situación de los jóvenes es aún más deprimente, con un paro que se acerca al 50% y que varios cientos de miles han tenido que salir fuera de España.
    No ha corrido mejor suerte la política energética que este año aumentará la factura del petróleo en 8.500 millones y principal culpable de la subida del IPC. Hacienda disminuye la plantilla, alcanzando el mayor número de cotizantes por empleado en la UE. Un país en el que la economía sumergida puede suponer el 25% del PIB. Se están perdiendo nichos de ingresos que solucionarían muchos problemas...
    Recordar como en un alarde de insensibilidad y de falta de sentido político, Rajoy presume del incumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica. Y hay más...
    Por último, reconocer la incapacidad de todos los partidos para acordar una alternativa, sobre la base de un programan común, que reavive la ilusión perdida.    

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