Últimamente en los debates más importantes del Congreso y de la Comunidad de Madrid, se invoca como razonamiento supremo la estabilidad de España, dándole el aire de una actitud patriótica, responsable y necesaria, aunque la clara realidad es que tanto "PP" como Cs utilizan ese esquema para sus exclusivos usos partidarios.
El Gobierno ha elevado la estabilidad política a la categoría de mito. Pregona que es necesaria para afrontar la crisis y su principal valor frente a Europa, porque garantiza la continuidad en las políticas de ajuste de obligada observancia. La realidad es que la estabilidad política la utiliza para justificar la reincidencia en sus errores, tales como: el desprecio a la opinión pública; la incapacidad para explicar las políticas que lleva a cabo, que se hacen pero no se cuentan, ni justifican; el uso partidista de las instituciones; la resistencia a exigir responsabilidades a aquellos de los suyos que rompen las reglas del juego; y la falta de sensibilidad para entender que hay conductas insoportables en un país en que la gente lo está pasando tan mal. Lo curioso es que Cs, muy pendiente de los titulares de prensa y de las encuestas, pretende seguir todos los hábitos políticos del "PP", entiende que así no peligra el trasvase de votantes. No piensa ni considera que España, más que estabilidad para seguir igual, necesita regeneración.
Pero, ¿realmente existe esta estabilidad política? Se puede considerar que es estable un país con casi cuatro millones de parados, con más de trescientos mil jóvenes preparados que tienen que buscarse la vida fuera de España; con un partido que mantiene una corrupción estructural y un Gobierno hundido literalmente en las encuestas y con las cotas más bajas de credibilidad, con un régimen político agotado y con un proyecto de separación de Cataluña en curso que afecta a la estructura territorial del Estado y que no ha empleado la política. Cuando se habla de estabilidad simplemente se quiere dar tiempo a los poderes fácticos internos a salir inmunes de sus delitos. Como respuesta, sin que hasta ahora Justicia haya logrado disuadirlos, las asociaciones de jueces y fiscales han anunciado que irán a la huelga en mayo. El 14 de abril habrá manifestación en Madrid, y si no hay respuesta, habrá huelga el 22 de mayo.
En el Congreso se han presentado unos presupuestos de los que Montoro ha dicho de ellos, por quinto año, que: "son los presupuestos más sociales de la historia de España". Aquí, Ciudadanos se ha adelantado a relatar sus grandes logros para apoyarlos. Montoro ha aprovechado su intervención para minimizar lo comprometido e incluso disminuir las cifras pactadas, lo que no ha impedido que Cs siga aceptándolos. A la vez que ha hecho coro con el "PP" para pedir cinco votos al PSOE. Vergonzoso.
Por otro lado en el Parlamento de la Comunidad de Madrid, la Presidenta, en su explicación definitiva sobre su máster, apoyada por el "PP", admitió que no fue a clase como los demás alumnos; que no se presentó a los exámenes cuando los demás; que se matriculó tres meses después del plazo, y que no hubo trato de favor. La presidenta del tribunal afirma que nunca la evaluó. Por su parte el Rector afirmó que no hay constancia del acta, ni del trabajo, ni hay registro académico, ni hay tribunal. Antes, ya con sobradas evidencias, PSOE y PODEMOS presentaron una moción de censura, y Cs propuso una Comisión Informativa "para saber la verdad" en la que dispondrían de la presidencia y la mayoría. Una maniobra para ganar tiempo. Veremos el final. Por último repetir que no nos vale la estabilidad que "PP" y Cs necesitan para seguir o sucederse, muchos españoles exigimos regeneración política e institucional, ya.
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