Las elecciones andaluzas son importantes por ser la puerta a un año electoral sin precedentes. En el próximo 2019 habrá elecciones Municipales, Autonómicas, Europeas y posiblemente Generales. También destaca Andalucía como la autonomía más poblada. Las múltiples encuestas realizadas parece que coinciden en dar como ganadora a Susana Díaz (PSOE), con alguna pérdida de escaños, y que necesitará apoyos para gobernar; Ciudadanos subirá a costa del Partido Popular; Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) vuelve a perder escaños; Adelante Andalucía se beneficiará de las caídas, especialmente del PSOE; la coalición de izquierdas suma entre tres y cuatro parlamentarios más y la ultraderecha de VOX podría tener escaños. La campaña, en ausencia de programas, se ha llenado de descalificaciones. La incertidumbre está en la dificultad de formar un gobierno en plazo y evitar la repetición de elecciones. Han sido una exhibición del "todo vale" por el voto.
Por otro lado, Cataluña ha estado presente en el debate. Hay que tener en cuenta que, además de ser un problema que afecta a toda España, aquí tiene gran importancia debido a la enorme emigración andaluza a Cataluña y por el especial interés de Cs en que este tema entrara en campaña. Esta semana se ha producido un giro social, a los seis años del "Proces". La población catalana se ha cansado de ver que los compromisos independentistas no mejoran su nivel de vida y que los recortes, iniciados con enorme intensidad por Artur Mas, siguiendo la estela de Rajoy han continuado. La Generalitat se ha preocupado únicamente de alimentar el sentimiento nacionalista. Mientras, las carencias llegaban a la sanidad, los bomberos, los funcionarios de la Generalitat, la universidad... El gobierno de Torra se enfrenta con varios días de protestas, sin que la llamada independentista surta efecto alguno. Las peticiones sociales fueron silenciadas con la promesa de que el independentismo era la entrada inmediata en un mundo mejor, la cual ha perdido su poder mágico para dar paso al realismo. El Govern presentó en 2016 unos presupuestos que calificó como los más sociales de su historia, que no llegaron a tener efectos. La necesidad ahora de aprobar los nuevos presupuestos es urgente, lo que supone la obligación de negociar con otras fuerzas del Parlament y, por qué no, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, para utilizar el aumento de fondos que en ellos se contempla. Esto puede suponer un giro político importante para el Gobierno de Sánchez y el de la Generalitat o como le dijo la vicepresidenta Calvo a una conceller: “¿No sería lógico que mientras no seáis independientes os entendierais con un Gobierno que reconoce que Catalunya está mal financiada?”. Lo que puede influir de manera general en todos los españoles.
Esta semana ha culminado el Brexit, que influirá en el futuro del Campo de Gibraltar. Ya sabemos que El Reino Unido pierde la capacidad soberana: ya no es libre para negociar con la Unión Europea sobre Gibraltar. Por su parte el Ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas ha reafirmado: "Me sorprende que se debata esto en España. Se trata de un texto jurídicamente vinculante. Cuestionar el carácter vinculante de estos textos no tiene nada que ver con la realidad jurídica de la UE". Cabe preguntarse: ¿dónde estaban los que protestan cuando negociaba Rajoy? Resulta penoso ver la poca información de Rivera y Casado en asuntos internacionales, con frecuencia de Estado. Desconocen, por ejemplo, la campaña de difamación hacia todo lo español que lleva adelante Theresa May y ahora, estos patriotas apoyan su discurso. Y que el viaje a Cuba, con empresarios, se hizo para lanzar la inversión española. En plena campaña, Casado apoya a VOX diciendo: "hay que retroceder en el Estado de las Autonomías". La obsesión del voto sigue causando estragos.
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