domingo, 16 de junio de 2019

LA POLÍTICA DE BLOQUES DIFICULTA EL DIÁLOGO

    Después de soportar unas elecciones cargadas de insultos, mentiras y pocos programas con soluciones, el resultado ha sido tan claramente democrático que necesitamos diálogo responsable para solucionar los problemas de España. Por supuesto, sin líneas rojas ni intransigencias definitivas, pero las estrategias partidarias han dado preferencia a la política de bloques, aparentemente ideológicos, que han creado una atmósfera que ha hecho imposible el diálogo pedido. Cada bloque se ha considerado autónomo en la mayor parte de los casos. Así en muchos ayuntamientos y autonomías gobernarán los perdedores, en perjuicio, casi siempre del PSOE. Es necesario tener en cuenta que los pactos entre los partidos situados en distintos bloques no deberían presuponer renuncias ideológicas. Se pueden pactar programas, en coyunturas de interés nacional, que se resuelvan con abstenciones e incluso elegir lo menos malo en alguna alternativa, ante un riesgo mayor. Lo que Marx Weber llamaba la "ética de la responsabilidad". Resulta curioso que personajes como Esperanza Aguirre o Díaz Ayuso pidan a su partido, el "PP", que se abstenga para evitar que Sánchez tenga que contar con los independentistas, o que algunos importantes representantes de Vox afirmen que no les parecería mal una abstención de "PP" o Cs pues prefieren lo malo a lo peor. Pero todo apunta a que el "no" radical de Rivera y Casado será el que se imponga. 
     Rivera representa, como nadie, el cambio de posiciones siempre rotundo. El resultado de su grupo ha sido de una derrota clara. Quedó 9 escaños por debajo del "PP" en las generales y la diferencia entre ambos fue mayor en las municipales y autonómicas. Rivera perdió incluso en Madrid, en donde muchas encuestas le auguraban un sorpasso seguro al "PP". El conjunto de esos resultados constituye un fracaso sin paliativos. Si miramos el origen catalán de Rivera su desastre electoral ha sido mayor, pues partía de ser el partido más votado a tener un valor casi simbólico. Defendió a Rajoy en la moción de censura, pese a postularse como líder de la anticorrupción. Ahora pretendía aislar a Vox y ha hecho un espantoso ridículo. Los últimos meses, desde su presencia en la plaza de Colón, han sido completamente negativos con Sánchez. Le Monde dice de Rivera que no es de fiar y Cs no estará en el Grupo Liberal de la UE. Cs y Vox dan poder al "PP", lavando el fracaso de Casado.
    El punto de mira se sitúa ahora en los pactos para decidir el gobierno de España o repetición de elecciones, aquí no parece posible aplicar la ética de la responsabilidad, cuando es más necesaria y el mismo líder del "PP" dio las razones en el reciente pasado. Pablo Casado en las elecciones de 2016, que gano el "PP", dijo: "Si partimos de que el Ganador fuera el PSOE. Imaginemos que el PSOE le sacara 52 escaños y 2,5 millones de votos al PP, ¿alguien podría entender que bloqueáramos la investidura del líder socialista?" En las elecciones generales de abril, el PSOE sacó 123 diputados y 7.480.755 votos. El "PP" quedó segundo, con 57 diputados menos y a 3 millones de votos de diferencia de los socialistas. Ahora bloquea la investidura socialista, cuando Sánchez pretendía gobernar sin apoyos nacionalistas. Da la impresión de que el que más presume de patriota, a la hora de la verdad parece no importarle España. 
    Hay que reconocer que sería razonable un acuerdo estable entre el PSOE y UP, como elemento central de la legislatura, pero hay que recurrir también al voto nacionalista. Javier Pérez Royo (eldiaro.es, 9/06/2019): aconseja a UP: "No puede gastar energías en entrar en el Gobierno, porque tiene que concentrar todas de las que dispone en evitar su disolución como proyecto político.", consejo sobre el que habría que reflexionar. Espero que la responsabilidad triunfe y se eviten nuevas elecciones. 

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