domingo, 23 de junio de 2019

PENSAMIENTOS ANTE EL COMIENZO DE UN NUEVO TIEMPO

    Los pasados tres meses han supuesto una importante prueba para nuestra democracia, especialmente para los nuevos políticos, que han visto cómo desaparecían las viejas seguridades del bipartidismo y han tenido que buscar acuerdos para asentarse en las instituciones una vez pasados los distintos procesos electorales. El mayor reproche a estas negociaciones es que la práctica totalidad ha “chalaneado” con sillones y puestos, sin buscar previamente acuerdos programáticos con contenidos que den soluciones a los problemas de cada territorio.
    Los partidos que dicen ocupar el centro-derecha no han sabido actuar  adecuadamente con la aparición de Vox. Aquí hay que reconocer, sin entrar en el riesgo que supone darles espacios de poder, que Casado, que estuvo torpe en la campaña, con una estrategia de mal gusto y cargada de insultos que le supuso para su partido una histórica pérdida de votos, sin embargo, en las negociaciones ha demostrado poseer una falta de escrúpulos, durante las negociaciones, para llevarse la mayor parte del botín. Mientras Rivera, que entraba eufórico en la campaña, ha hecho un espantoso ridículo, rompiendo incluso las grandes esperanzas de los constitucionalistas catalanes, así como en las negociaciones al trazar una línea roja con el PSOE, contra la opinión de la mayoría de sus votantes, con el agravante además de que, mientras, su aliado francés, Macrón, pactaba en el Europarlamento formar grupo parlamentario con los socialistas en su lucha contra nacionalistas y populistas, perdiendo el prestigio que hubiera logrado dentro y fuera de España, dejando el futuro de su partido en su peor momento. En estos días, Macrón ha desmentido las afirmaciones de Rivera en el sentido que aceptaba sus negociaciones. Por otro lado, tanto PP como Cs han perdido el sentido patriótico, del que tanto presumen y se han hecho nacionalistas. Entendiendo por patriotas los que aman a los suyos y por nacionalistas los que promueven el odio a los otros. En estos momentos con sus rígidas afirmaciones sin explicar motivos no benefician a España. Hoy hace falta una abstención responsable para no utilizar a los nacionalistas.
    En cuanto a la izquierda ha conseguido ayuntamientos, diputaciones y autonomías, aunque todo parece atascado en lo que se refiere al gobierno de España. UP exige públicamente un gobierno de coalición, mientras Pablo Iglesias lo justifica diciendo que no se fía de Pedro Sánchez y que sin ellos no se puede hacer una política de izquierdas, es decir, se erige en el supervisor y garantista del gobierno. Creo que al final de todo habrá acuerdo, aunque será necesario buscar apoyos con los independentistas y otros, que en buena lógica exigirán contrapartidas. En varias declaraciones Sánchez ha declarado su intención de que prefería no hacerlo así, aunque hay que reconocer sus validez indiscutible, pues todos los diputados son iguales ante la Constitución. Ante este panorama es indudable la responsabilidad de PP y Cs, pese a considerarse los más exclusivos. En este caso no contemplan la necesidad que tiene ahora España de un gobierno estable con las mínimas hipotecas. Sin duda más que como patriotas se están obrando como nacionalistas españoles. La diferencia es que los patriotas aman a todos los que habitan su espacio (la patria es de todo) y los nacionalistas odian a los otros que no piensan como ellos. Hace unos días, incluso Rajoy pidió la abstención a Cs.
    Pero las elecciones también nos han enseñado que los municipios, poco tratados en la Constitución, necesitan definir sus competencias y muy especialmente su financiación. También el sistema autonómico necesita aumentar la solidaridad para disminuir la brecha actual y también reformar las leyes electorales.

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