domingo, 8 de diciembre de 2019

EL PATRIOTISMO, UN ARMA PARA CONQUISTAR EL PODER

     Todo apunta a que, tras el ascenso de Vox, están apareciendo altos niveles de tensión política. A la vez que esta tensión crece sin medida, el sentimiento patriótico del tripartito se va haciendo más negativo y excluyente. Cualquier asunto sirve de excusa para que desde los sectores más extremistas de la derecha insistan en elevar el tono del debate público. Esa batalla por incendiar la coexistencia civilizada está arrastrando a sectores aparentemente más moderados, que inevitablemente acaban involucrados en la escalada hacia un clima difícilmente respirable, pero enormemente atractivo por la sencillez y la seguridad que aportan pertenecer al grupo.
     Recordemos que el patriotismo tiene dos caras: una fundamental y positiva, basada en el afecto a la tierra, las costumbres, el idioma, la convivencia en paz, sin antagonismos violentos, un patriotismo que genuinamente refleja la adhesión de todos los miembros del grupo a su nación o estado. El otro tipo negativo-excluyente surge cuando un grupo o grupos limita la definición de patriotismo añadiéndole elementos ajenos tales como ideologías históricas que se afirman gloriosas, metas de poder sin límites, valores excluyentes y apoyo al líder sin discusión. En este juego se utilizan sectariamente los valores democráticos, mientras sean útiles para alcanzar el poder.
     En las elecciones del 10N, el panorama político parece haberse repetido, pero con dos factores diferenciadores, el resurgimiento de Vox y la casi desaparición de Cs debido a las enormes torpezas de su líder. El curioso patriotismo del tripartito sigue siendo el mismo: "hay que dificultar las negociaciones con ERC para que el PSOE ceda al independentismo y luego acusarle de traición y declararle enemigo de la patria". La novedad radica ahora en que Vox y su mentor, el "PP", empiezan a querer tener vida propia, dando lugar a la aparición de las primeras fisuras.
     Ahora que las negociaciones con ERC parecen ir por buen camino, aunque el optimismo de Sánchez no gusta a ERC, la novedad surge inesperadamente en la formación de la mesa del Congreso, donde el PSOE ha conseguido salir bien parado, mientras discuten "PP" y Vox que ya buscan su propio espacio de poder en el Congreso. A medida que avanzan las negociaciones con ERC, el "PP" se queda sin sitio para ejercer su patriotismo excluyente, al producirse serias discrepancias internas. El pasado miércoles, Rajoy rompió su silencio en este tema para decir que con Cataluña, "es obligado que los dos grandes partidos vayan de la mano. Y quien rompa eso es un irresponsable". Unas horas antes, Esperanza Aguirre pedía a Casado la abstención por el bien de España, postura muy similar a la de Núñez Feijoo. No les gusta la deriva patriótica de Casado ni su derechización y el abandono del centro. 
     Hoy, parece improbable que la formación liderada por Santiago Abascal supere en votos al "PP", pero las encuestas recientes apuntan al “sorpasso” de Vox al "PP" no sólo en la región de Murcia sino también en la comunidad autónoma de Andalucía. La diferencia en la intención de voto entre el PP y Vox se acerca cada vez más en los sondeos. Casado debería contemplar que la solución al problema de Cataluña no deberá ser utilizada en clave electoral, pues el bien de España necesita posicionamientos similares entre los dos grandes partidos y muchas conversaciones discretas. Mientras Vox prepara su venganza.
     En estos momentos, el gobierno de coalición empieza a ser aceptado en los más variados sectores. Los empresarios asumen el pacto de izquierdas y piden moderación. Con respecto al posible pacto con ERC, Sánchez asegura que el pacto será público y dentro del marco de la Ley, a la vez parece que ambos actuarán con absoluta discreción hasta llegar a un acuerdo. Si no hubiera acuerdo el "PP" debería pensarlo, por España.  

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